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Crítica: Accidentada «Lucie de Lammermoor» [versión francesa] en el Festival Donizetti de Bérgamo

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Autor: Raúl Chamorro Mena
20 de octubre de 2023

Crítica de Raúl Chamorro Mena de Lucie de Lammermoor [versión francesa] en el Festival Donizetti de Bérgamo, bajo la dirección musical de Pierre Dumoussaud

«Lucie de Lammermoor» en el Festival Donizetti de Bérgamo

Accidentada versión francesa de Lucia di Lammermoor


Por Raúl Chamorro Mena
Bergamo, 18-XI-2023, Teatro Sociale. Donizetti Festival 2023. Lucie de Lammermoor (música de Gaetano Donizetti). Caterina Sala/Vittoriana De Amicis (Lucie), Patrick Kabongo (Edgard), Vito Priante (Henri Ashton), Julien Henric (Sir Arthur), Roberto Lorenzi (Raimond), David Astorga (Gilbert). Coro dell 'Accademia Teatro alla Scala. Orchestra Gli Originali. Director: Pierre Dumoussaud. Director de escena: Jacopo Spirei.

   Un Gaetano Donizetti totalmente asentado como pilar del melodrama en la península italiana, anhelaba trabajar regularmente en París para otorgar dimensión internacional a su exitosa carrera, como ya hiciera en su día Gioachino Rossini. Precisamente, «el cisne de Pesaro» propició la presentación de Donizetti en el Théâtre-Italien en 1835 con Marino Faliero, que obtuvo una tibia acogida, frente al éxito clamoroso de Bellini con I Puritani la misma temporada. La llegada de Lucia di Lammermoor (Nápoles, 1835) al referido teatro parisino constituyó el triunfo indiscutible del bergamasco, que recibió diversos encargos de los teatros de la considerada capital de Europa, entre ellos el de Anténor Joly, empresario del Theatre de la Renaissance para realizar una traducción al francés de su ópera más famosa. El éxito de esta versión en 1839 fue apoteósico, lo que consolidó la fama de Donizetti en París y toda Francia, además de convertir a Lucie en un elemento de la cultura francesa hasta el punto de aparecer en un capítulo de Madame Bovary de Flaubert, en el que la protagonista asiste a una función de Lucie de Lammermoor en Rouen. 

   La versión francesa, con traducción del libreto original de Salvatore Cammarano a cargo de Alphonse Royer y Gustave Vaëz, contiene importantes diferencias respecto a la Lucia italiana. Donizetti reescribe la música de los recitativos, cambia la cavatina de la protagonista y coloca la de Rosmonda d'Inghilterra en lugar de «Regnava nel silencio», tal y como ya venía haciendo en las representaciones italianas la soprano que estrenó la obra, Fanny Tachinardi Persiani. Asimismo, en la versión francesa desaparecen los personajes de Alisa y Normanno que se refunden en uno nuevo, Gilbert, que aporta un elemento de cinismo y cierta comicidad. Esto provoca otra importante diferencia con la Lucia italiana, cual es el aislamiento de la protagonista, que pasa a ser el único personaje femenino y pierde a sus dos confidentes, Alisa y Raimondo. Este último cede en importancia en la Lucie francesa, además de ver cortada su aria «Cedi, cedi» y reducida «Dalla stanza ove Lucia». La cadencia de la escena de la locura es la original de Donizetti y no la tradicional y mucho más larga compuesta a finales del siglo XIX por Mathilde Marchesi para Nelly Melba.

«Lucie de Lammermoor» en el Festival Donizetti de Bérgamo

   Como devoto de Donizetti como músico, del melodrama romántico italiano y de Lucia di Lammermoor como emblema del mismo, tenía muchas ganas de ver en teatro la versión francesa. Sin embargo, lamentablemente, la función resultó gris y muy accidentada. La jovencísima soprano Caterina Sala perteneciente a una familia de músicos y cantantes, afrontaba el reto de asumir uno de los papeles más exigentes y emblemáticos del repertorio. Una indisposición le impidió cantar en el ensayo general, a pesar de ello, compareció en el estreno del día 18. Francerco Micheli, director artístico del Donizetti Festival, anunció que Caterina Sala actuaba indispuesta, además de comunicar un nuevo asesinato de una mujer en Italia por violencia machista. Cierto es que la joven soprano llevaba dos años preparándose para este momento y que, a veces, un cantante indispuesto piensa que puede ir sintiéndose mejor y asentándose conforme avanza la representación, pero, personalmente, estimo, que si no se está en condiciones, que salga la cover y si se decide cantar, nada de anunciar indisposición. 

   El caso es que Caterina Sala cantó hasta la pausa y en la segunda parte, la escena de la locura fue interpretada por ella escénicamente, mientras Vittoriana de Amicis cantaba desde un lado del escenario con el apoyo de la partitura. La voz de Caterina Sala es, sin duda, de gran belleza, homogénea, esmaltada y con un centro corposo y consistente. A pesar de encontrarse mermada, lo cual quedó claro desde la cavatina con ascensos y coloratura imposibles, me quedan diversos interrogantes respecto a esta joven soprano. No tengo claro que sea una voz para Lucía y me quedan dudas acerca de su remate técnico. Espero escuchar a Caterina Sala en mejores condiciones, pues el material es de calidad y su juventud, exultante de cara a labrarse una carrera. En cuanto a Vittoriana De Amicis, se trata de una soprano ligera en la tradición de tantas intérpretes de esta ópera, que ofreció un canto correcto y algún filado destacable, pero su intento de encaramarse al sobreagudo al final de la escena de la locura terminó en desastre. 

   Sorprendente la elección del tenor Patrick Kabongo para el papel de Edgard. Voz minúscula, de un calibre apropiado para las Pasiones y Cantatas de Bach y poco más, pues el tenor congoleño carece de extensión y mordiente, con agudos encajados en la gola, que se quedan en el escenario y una expresión totalmente linfática. Kabongo, indudablemente, canta con gusto, pero su falta de consistencia vocal y acentos vibrantes en los pasajes más dramáticos -escena de la boda con la maldición a Lucie o el dúo con Henri- fue palmaria despojando de toda consistencia y carácter al personaje. Tampoco se apreció química ni pasión alguna entre Sala y Kabongo en el dúo del primer acto. Edgard, tanto en italiano como en francés, pide un primo tenore romántico, lo que Kabongo está muy lejos de encarnar. Al escuchar al segundo tenor de la obra, Julien Henric -Sir Arthur, lo sposino en la versión italiana-, uno queda estupefacto, pues al lado de Kabongo parecía Franco Corelli. Henric mostró una voz atractiva y bien timbrada, correctamente emitida, además de canto bien articulado y rotunda presencia escénica. Todo ello llevaba a desear que hubiera encarnado al tenor protagonista. 

   El tercer tenor de la ópera, el cínico Gilbert, personaje nuevo para esta versión francesa, fue abordado por el costarricense David Astorga, de timbre liviano, pero acentos interesantes siempre intencionados, con los que caracterizó adecuadamente a este carácter taimado y sinuoso. Vito Priante fue Henri Ashton, el egoísta hermano de Lucie, que no duda en manipularla y presionarla para sus fines políticos aún a costa de su felicidad. La voz de Priante, un tanto seca y de timbre gris, no destaca por su calidad y belleza, pero sí es suficientemente sonora y como cantante demostró musicalidad y sentido del legato, además de exhibir el mejor francés de todos junto a Patrick Kabongo.

«Lucie de Lammermoor» en el Festival Donizetti de Bérgamo

   Como he subrayado, el ministro de la iglesia Raymond pierde mucha importancia en esta versión francesa y tuvo en Roberto Lorenzi un intérprete apenas cumplidor. Buenas intenciones, búsqueda del detalle y atento acompañamiento al canto por parte del director musical Pierre Domoussaud, pero no pudo meter en vereda a una orquesta fallona - esas trompas madredelamorhermoso!, tampoco oboe y clarinete se libraron del desastre- de sonido mate y desempastado, con una cuerda aguda tan raquítica como agria. Hay una gran diferencia ente la Orquesta Donizetti Opera y esta Gli Originali, en mi opinión, de un nivel inadmisible para un Festival de esta categoría. Empastado y sonoro el coro de la Academia del Teatro alla Scala. 

   La puesta en escena de Jacopo Spirei sitúa la trama en el siglo XX, pero sin ningún elemento más que encuadre en tiempo y lugar la acción. Estamos ante una sociedad misógina y particularmente machista, en la que las mujeres son maltratadas física y sexualmente. En este ambiente se desenvuelve Lucie, manipulada y traicionada por todos los hombres que la rodean, sin poder apoyarse en nadie, pues como se ha subrayado en esta versión francesa es el único personaje femenino. Ello justifica su colapso mental y el asesinato en plena noche de bodas del hombre con el que le han obligado a casarse. Asimismo, el montaje acentúa el carácter marginal y outsider de Edgard, al interpretarlo un cantante de raza negra, con lo que se añade el racismo al contexto machista en el que se desarrolla la trama. Por lo demás, la producción puede considerarse convencional y con un movimiento escénico poco más que eficaz.

Foto: Festival Donizetti de Bérgamo

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