Por Alejandro Martínez
El Gran Teatro del Liceo de Barcelona ha presentado hoy su temporada 2015/2016, la primera bajo al dirección artística de Christina Scheppelmann, aunque con una evidente presencia de compromisos atados anteriormente por Joan Matabosch. Recapitulando lo anunciado, se mantiene numero habitual de títulos y el presupuesto se incrementa en 1,3 millones de euros, habiendo previsto contar con una mayor recaudación en taquilla y confiando en aumentar los ingresos por la vía del patrocinio y el mecenazgo. El propio Liceo ha dado a entender, sin embargo, que no se espera un incremento de las subvenciones previstas por parte de las instituciones públicas. Así las cosas, se cumple el plan estratégico comprometido por el teatro para llevar adelante su viabilidad desde que Roger Guasch se ocupa de su dirección general. La sombra de Matabosch es todavía muy alargada en esta temporada, para bien y para mal. Las intenciones que deja entrever Scheppelmann allí donde tiene ocasiíon son buenas, e incluso muy buenas, pero en el futuro quedarán condicionadas a su disponibilidad presupuestaria.
Se trata de una temporada con marcado acento comercial, centrada sobre todo en el repertorio italiano y con claro hincapié en títulos con un tirón más o menos evidente entre el público menos especializado, como Nabucco, Lucia di Lammermoor, Otello, La flauta mágica o La Bohème, pero con algunos otros ingredientes francamente atractivos, como ese Benvenuto Cellini o I Capuleti e i Montecchi. Asimismo se cierra, felizmente, la Tetralogía wagneriana tal y como estaba previsto. Por otro lado, el Liceo confirma su apuesta, aunque con la boca pequeña, por el barroco con Xerxes (en concierto) y renuncia al lied (cuesta “comprar” a Gehaher con Mozart y orquesta como una propuesta liederística, ya que no lo es). Se echa también de menos la ópera contemporánea, no ya el repertorio del siglo XX, sino incluso del siglo XXI, con estrenos de nuevas obras incluidos, más allá de ese Written on Skin semi-escenificado. En materia de repartos, la oferta oscila entre puntuales grandes estrellas como Flórez, Domingo, Garanca, etc. y algunos carteles de muy bajo perfil. Bajo perfil, para qué negarlo, asimismo el de batutas y producciones, salvo excepciones contadas.
La temporada lírica, no así la temporada artística como tal que comenzará con el English National Ballet de Tamara Rojo, arranca en octubre con Nabucco, en la coproducción, nada estimulante por cierto, firmada por Daniele Abbado ya vista en la Scala de Milán y en el Covent Garden de Londres y que viajará también a la Lyric Opera de Chicago. Ambrogio Maestri será el titular del primer reparto, junto a Martina Serafin y Vitalij Kowaljow, entre otros. Se ha previsto un segundo reparto con Luca Salsi, Elena Pankratova y Enrico Iori. El israelí Daniel Oren estará al cargo de la batuta en una tanda de diez funciones, desde el 7 al 22 de octubre.
Uno de los platos más atractivos de la temporada vendrá de la mano del Benvenuto Cellini, en una apuesta personal de Scheppelmann por una obra que sólo se ha representado una vez en el Liceo, allá por 1977. Se recurre para la ocasión a atractiva producción de la English National Opera de Londres, firmado por Terry Gilliam, miembro de los Monthy Python. John Osborn será el protagonista de un reparto donde destacan también las voces de Eric Halfvarson o Annalisa Stroppa, entre otros. Josep Pons estará al frente de la dirección artística. Scheppelmann se apunta desde ya un tanto con esta propuesta, que a priori sólo cabe aplaudir y de la que se han previsto seis funciones desde 8 al 19 de noviembre.
El tenor peruano Juan Diego Flórez debutará como Edgardo en el Liceo, en una Lucia di Lammermoor que será así foco de atención internacional durante varias semanas. Flórez acompañará a Elena Mosuc, responsable del rol titular, en un primer reparto al que se suma un segundo cartel de cuño español, con la soprano María José Moreno y el tenor Ismael Jordi. La batuta de Marco Armiliato garantiza oficio y la producción de Damiano Michieletto, procedente de Zurich, a buen seguro dará que hablar, como es habitual con las propuestas de este director de escena italiano. Se han previsto catorce representaciones, desde el 4 al 29 de diciembre.
Los dos Otellos, el de Verdi y el de Rossini, podrán verse en el Liceo, el primero protagonizado por Aleksandrs Antonenko y el segundo en la voz de Gregory Kunde, ambos las dos mejores opciones para ambos roles a día de hoy. Para la partitura verdiana se recurre a la batuta de Philippe Auguin, no precisamente destacado en estas lides, y a la producción de Andreas Kriegenburg, quizá uno de sus peores trabajos, a gran distancia de sus geniales Soldaten, por ejemplo. Junto a Antonenko la italiana Carmen Giannattasio será Desdemona y Marco Vratogna volverá a ofrecer su tosco Iago. Se ha previsto un segundo reparto con Stuart Neill, Ermonela Jaho e Ivan Inverardi. Las nueve funciones programadas se extenderán desde el 21 de enero al 7 de febrero. En el caso del Otello rossiniano, se trata de una propuesta en concierto, los días 3 y 6 de febrero, con el gran atractivo de Kunde en la parte titular, secundado por el Rodrigo de Lawrence Brownlee y la Desdemona de Julia Lezhneva. La dirección musical correrá a cargo del poco conocido Christopher Franklin. El Otello de Rossini, por cierto, hace 139 años que no se representa en el Liceo.
Finalmente se mantiene el cierre previsto de la Tetralogía wagneriana con Götterdämmerung, a pesar de los rumores que apuntaban a su inviabilidad económica, por un lado, y a las dificultades de Pons para hacerse cargo de la partitura, por otro. Se vuelve a contar con los cantantes habituales en los tres títulos anteriores, como Lance Ryan o Iréne Theorin, entre otros. Se han previsto seis representaciones, desde el 28 de febrero al 19 de marzo, por supuseto con la producción de Carsen y Josep Pons en el foso.
Curiosamente, por un día de diferencia, se apuntará el Liceo, y no el Teatro Real, el estreno en España del Written on Skin de George Benjamin, con la misma gira de la Mahler Chamber Orchestra dirigida por el propio compositor que se anunciase ya en Madrid, con Barbara Hannigan y Christopher Purves en los personajes principales. El Liceo ha insistido en que se presentará una versión semi-escenificada, cuyos detalles están aún por conocer. Se trata de un único concierto, el miércoles 16 de marzo.
Plácido Domingo volverá a cantar ópera escenificada en el Liceo con Simon Boccanegra, durante el mes de abril de 2016 (del 12 al 29). Se trata de ocho funciones con tres protagonistas. Por un lado Domingo, secundado por Ramon Vargas, Ferruccio Furlanetto y Davinia Rodríguez. Por otro lado dos funciones con Leo Nucci, junto a Barbara Frittoli, Fabio Sartori e Ildebrando D´Arcangelo. Y por último, varias funciones, con los citados solistas, en las que el rol titular recaerá en Giovanni Meoni. La batuta de Massimo Zanetti garantiza una buena labor del foso. Y en escena se ha previsto contar con la más bien tediosa producción propia del Liceo firmada por José Luis Gómez, en coproducción con el Gran Théâtre de Genève. Plácido Domingo celebra su 50 aniversario en el Liceo con estas funciones.
El Serse de Händel, aunque en versión concierto, será el plato principal de la propuesta barroca del Liceo para este año. Sabe a poco, pero el cartel previsto garantiza un buen nivel musical, con Spinosi al frente del Ensemble Matheus y con un reparto encabezado por Malena Ernman. Se trata del estreno en el Liceo de este título.
Dos atractivos repartos se han previsto para I Capuleti e i Montecchi de Bellini, en una tanda de diez funciones, desde el 17 de mayo al 1 de junio de 2016: por un lado, Elina Garança, Patricia Ciofi y Antonino Siragusa, y por otro Silvia Tro Santafé, Ekaterina Siurina y Celso Albelo (¿otra vez en un segundo reparto, como en los Puritani de Madrid?). Ricardo Frizza estará al frente de la dirección musical y se dispondrá la producción de Vicent Boussard procedente de la Bayerische Staatsoper de Múnich.
La Bohème regresa al Liceo tras la larga agenda de funciones que se desarrolló en 2012. En este caso se vuelve a prever una tanda extensa de representaciones, un total de catorce, del 18 de junio al 8 de julio, en fechas veraniegas y con dos repartos. El primero con Tatiana Monogarova como Mimí, con Mathew Polenzani como Rodolfo, con Artur Rucinski como Marcello, Nathalie Manfrino como Musetta y con David Menéndez como Schaunard. Y el segundo con Eleonora Buratto, Saimir Pirgu, Olga Kulchynska (reciente vencedora del Viñas de 2015), Gabriel Bermúdez e Isaac Galán. Marc Piollet dirigirá la orquesta y se escenificará la producción de Jonathan Miller, procedente de la ENO. Se echan de menos grandes voces para los papeles protagonistas.
En un alarde de imaginación Joan Matabosch previó la misma Flauta Mágica de Barrie Kosky procedente de la Komische Oper también en el Liceo de Barcelona. O mejor dicho, la había previsto en Barcelona y después se la llevó también a Madrid, como hiciera también con el Porgy & Bess. En este caso se trata de nueve funciones del 18 al 28 de julio, con director musical y cantantes procedentes de la compañía misma de la Komsiche Oper de Berlín.
La temporada de conciertos y recitales cuenta con la atractiva presencia de Riccardo Muti, que dirigirá dos conciertos (13 y 15 de noviembre), eso sí, de contenido sinfónico, no lírico, con una orquesta compuesta en parte por atriles de su formación Luigi Cherubini y en parte por atriles de la orquesta titular del teatro. Se interpretará el concierto para piano y orquesta n. 24 de Mozart, con Ignasi Cambra como solista.
Christian Gerhaher protagonizará un concierto dedicado a Mozart, con la Freiburger Barockorchester, el 20 de octubre de 2015. No se trata, ciertamente, de un concierto de lied, por mucho que su protagonista sea un consumado representante en la interpretación de este repertorio, por lo que de algún modo el lied propiamente dicho desaparece de la temporada lírica del Liceo. Asimismo, se han anunciado dos conciertos más con contenido lírico, protagonizados por Joyce DiDonato (27 de mayo) y Diana Damrau (3 de junio), esta última con la Orquesta Nacional de Cataluña. John Malkovich será el atractivo de una curiosa cita, el 23 de enero, con la Séptima sinfonía y el Egmont de Beethoven, que el actor recitará. Tres conciertos sinfónicos dirigirá Josep Pons con la orquesta titular del teatro, vinculados de algún modo con la programación lírica del teatro: Wagner y el cine, el 22 de marzo; Romeo y Julieta el 3 de abril; y obras de Mendelssohn y Tchaikovsky los días 6, 7 y 8 de mayo.
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