Por Albert Ferrer Flamarich
Maria Callas, el adiós a la diva. Fernando Fraga. Fórcola Ediciones, Madrid, 2017. 350 páginas. ISBN: 978-84-16247-97-4
En el 40 aniversario de la muerte de Maria Callas, el crítico y divulgador musical Fernando Fraga publica una monografía que se suma al extensísimo corpus localizable en distintas lenguas sobre la diva y que amplía lo editado en español. Su preferencia por Callas ya quedó clara en el último capítulo de Simplemente Divas. Ahora en un desarrollo prosaico y locuaz en el que abundan pequeñas digresiones sobre personajes, hechos y datos curiosos, el autor elabora un libro fermentado por su veteranía, su apasionamiento y su capacidad para hacer entrañable la evocación de un personaje único, a veces contradictorio y que supuso una revolución interpretativa en el campo lírico. Incide en sus años de juventud y comenta las funciones y recitales a partir de testimonios escritos y de su propio conocimiento a partir de las grabaciones –oficiales y piratas-. Esto último, transversal y abundante en todo libro, Fraga lo remata en el capítulo final estableciendo un recorrido desde los documentos audiovisuales y óperas filmadas hasta la incursión de la soprano en el cine, así como del cine en el mito de la Callas. Igualmente destacan capítulos como el extenso y fundamental de las actuaciones en La Scala de Milán, así como los comentarios de análisis vocal y canoro que son, sin duda, lo más sugerente de Fraga dado su amplio conocimiento de la voz y el canto. Ello aparece hilvanado en un esfuerzo por contrastar datos y escrutar distintas versiones de un mito que no escapó al sensacionalismo y la repercusión mediática.
Este “adiós a la diva” es uno de aquellos fértiles libros surgidos de la sabia pluma de quien el discernimiento y experiencia organizan un relato fluido, intenso y que aúna espíritu crítico, divulgación e información exhaustiva, con puntuales toques de humor y sarcasmo como el dirigido a Barbara Heindricks (pág. 242). Al margen de la abundancia de capítulos de distinta extensión (29 en total), cabría haber subdividido en apartados determinados sucesos para clarificar la estructura del hilo discursivo logrando un planteamiento más pedagógico para el lector. En especial para el melómano neófito o poco conocedor del mundo callasiano. En este sentido no se trata de un libro con metodología académica en la organización del contenido a la manera de, por ejemplo, Jaume Radigales en su biografía de Victoria de los Ángeles, Una pel cant. Un cant a la vida, en el que separa la faceta profesional y personal del comentario interpretativo de los roles y su discografía. De ningún modo esta es una monografía tediosa y aburrida como otras publicadas a lo largo de la última década en torno a grandes figuras de la lírica. Muchas de ellas, por cierto, acabaron como una soporífera redacción de actuaciones y extractos de críticas sin aprovechar una información más propia de una base de datos. Al contrario, el texto en sí es ameno y sólo puede resultar algo exigente en ciertas digresiones o en los comentarios sobre la interpretación musical. Ante esto y con absolución, cabe recordar que trabajos como el presente no sólo informan, también forman.
Dentro de la decorosa línea de Fórcola Ediciones, la lectura es ágil gracias a un diseño utilitario y una tipografía de letra cómodamente visible para un libro que complementa y, en parte, sintetiza lo publicado en español. Lo que se le ha escapado a la editorial –propuesto o no por el autor- es un índice onomástico de las obras citadas –no son pocas las novedades de los últimos años sin una herramienta básica como ésta-. Del mismo modo se echa de menos un listado de las grabaciones –oficiales y piratas-, por lo menos, de las muchas citadas y comentadas por Fraga con expeditivo talante. Por último cabe preguntar si en la décima página del corpus fotográfico incluido se trata de Fausto Cleva y no Sir Georg Solti el director que aparece junto a Callas y Tebaldi. Su parecido con la página 14 del mismo bloque parecen certificarlo. Peccata minuta, por supuesto, ante un ejercicio a la altura de lo que caracteriza a uno de los buenos comentaristas líricos españoles de los últimos decenios, no siempre suficientemente reconocido ni remunerado en este difícil campo cultural en España.
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