Por José Amador Morales
Los García, una familia para el canto, de Andrés Moreno Mengíbar (Ed. Centro de Estudios Andaluces)
Los García, una familia para el canto es la primera biografía que trata de esta saga familiar al completo -cuatro generaciones- fundamental en la historia de la ópera y el canto de los siglos XIX y XX. Originaria de Sevilla, la familia llevó su pasión por el canto a los escenarios de las grandes capitales de la ópera: París, Londres, Milán, Turín, Nápoles, Moscú, Nueva York, etc. Compositores, intérpretes y maestros con destinos muy distintos, mantuvieron vivos sus orígenes andaluces así como el sentimiento de pertenencia a una tradición de canto, la de la Escuela García, basada en una interpretación sostenida sobre la respiración sin brusquedades, cuyo método sirvió para formar las mejores voces durante centurias, voces entre las que hay que citar la de la gran María Callas.
Escrito por el historiador y crítico musical Andrés Moreno Mengíbar y editado por el Centro de Estudios Andaluces, el librocubre un hueco que estaba por completar, ya que hasta el momento existía una escasa bibliografía en español de esta familia: apenas la traducción de la biografía de Manuel García de James Radomsky y un par de títulos sobre su hija María Malibrán.
El libro, que cuenta con una presentación a cargo de Teresa Berganza y un emocionante prólogo de la última descendiente de los García, Diana Pauline García, se presentó el pasado 24 de abril en la Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza de Sevilla.
La biografía colectiva de Moreno Mengíbar recorre la vida de Manuel García (Sevilla, 1775-París, 1832), cantante, compositor, empresario y maestro de canto que llevó la ópera por primera vez a Estados Unidos; de su hijo Manuel Patricio (Madrid, 1805-Londres, 1906), quien perfeccionó y consolidó científicamente el método de enseñanza de su padre, formó a algunas de las más famosas voces del XIX e inventó el laringoscopio; de sus hijas María Malibrán (París, 1808-Mánchester, 1836), diva romántica por antonomasia, muerta trágicamente con tan sólo 28 años; y Pauline Viardot (París, 1821-1910), cantante, maestra, compositora y musa de artistas como Tourgueniev, Saint-Saëns, Berlioz, Massenet, Wagner o Brahms; así como de una tercera y hasta cuarta generación que se encargó de transmitir las esencias de las enseñanzas familiares de canto.
Señala el autor que "este libro nace de la fascinación y del cariño de quien lo escribe hacia esta maravillosa familia que alcanzó las más altas cimas de la fama artística, sin por ello dejar en el olvido sus orígenes andaluces, por muy lejanos en el tiempo y en el espacio que quedasen. Hace ya treinta años, cuando inicié mis investigaciones sobre la historia de la ópera en Sevilla, salió a mi encuentro la figura de Manuel Vicente del Pópulo Rodríguez Aguilar, Manuel García. Por entonces no era sino una aparición anecdótica, vacía de contenido, que emergía únicamente cuando se mencionaba el estreno de El barbero de Sevilla de Rossini, ópera en la cual el sevillano asumió el personaje del conde de Almaviva/Lindoro. La posterior indagación sobre esta figura fue llevando a toda una galería de retratos de su descendencia, en la que se presentaban ante nosotros María Malibrán, Pauline Viardot y Manuel Patricio García. Y partiendo de ellos, una descendencia siempre vinculada con la música, que nos lleva hasta el Canadá actual en el que viven las últimas de las García"...
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