Por Albert Ferrer Flamarich
Historia del cuarteto de cuerda. Gabriel Menéndez Torrellas. Akal, Madrid, 2019. 294 págs. ISBN: 978-84-460-4634-9.
El sello Akal mantiene su colección musical con el acierto que su director Jesús Espino y su equipo vienen demostrando los últimos años gracias a aportaciones actualizadas, más interdisciplinares y basadas en un discurso que integra referencias culturales, sociales, intelectuales e históricas a través de breves pero profundos análisis formales, diseminación de repertorios y centros musicales. En cambio, esta vez lo ofrecido en la reciente Historia del cuarteto de cuerda vuelve a sendas de perfil positivista. En él, Gabriel Menéndez Torrellas, uno de los musicólogos españoles más ponderados, firma una monografía necesaria en lengua española sobre una materia de la que no hay una sobreabundancia de referencias, al margen de guías de análisis como las de Tranchefort, en su momento editadas por Alianza Música. En este sentido, la presente supone un complemento a ello, con unas directrices parecidas como comentarios formales y estilísticos de las obras seleccionadas pero sin intención enciclopédica.
En primer lugar, porque sigue un planteamiento y un enfoque elementales y sugerentes dentro de lo que, en el fondo, es una selección de composiciones comentadas por su relevancia en la definición y desarrollo del cuarteto de cuerdas, con las imprescindibles pinceladas sobre historia, estética, contexto de creación y apunte sociológico. Por este motivo, se trata de una rigurosa guía, aunque el autor sólo trate los movimientos que él considera más interesantes de cada obra seleccionada. En segundo lugar porque plantea una historia cronológica y busca fundamentarse en una faceta paritativa como historia de convivencias en lo diacrónico y en lo sincrónico. Lo hace a partir de la oposición mantenida en los seis bloques y 24 capítulos, que tienden a emparejar compositores considerados mainstream con outsider. Según esta creativa percepción esquemática de Menéndez Torrellas, los primeros serían los que compusieron con regularidad para cuarteto de cuerdas legando un corpus destacado. Los segundos son aquellos que no tuvieron una dedicación constante al género, más bien esporádica y que, además, se tendieron a centrarse en aspectos insólitos y, a juicio del autor, más excéntricos, con menor énfasis en la elaboración temática y el desarrollo.
El volumen está pensado para un público diverso que va desde el melómano hasta el músico profesional, aunque aquellos que cuenten con mayores conocimientos de lenguaje musical asimilarán las consideraciones de Menéndez Torrellas sin encontrar superficialidades laxas. No las hay. La concisión de su acercamiento se extiende al modo en que logra sintetizar numerosos datos en una exposición clara, estructurada, austera e inteligible bañada por el excelente don para señalar aspectos interesantes sobre un repertorio ultraestudiado. Y más, cuando no es frecuente que la musicología española se dedique a la investigación de temas ajenos a nuestra música.
No obstante, aun con oportunas pinceladas muy condensadas sobre la programación del cuarteto de cuerdas en los conciertos públicos, la emancipación de la música instrumental y el cuarteto como forma, hay aspectos débiles. El más evidente es el excesivamente escueto repaso a la segunda mitad del siglo XX, con un solo representante español, Cristóbal Halffter (¿porqué no incluir alguno de Conrado del Campo, Luis de Pablo, Barce o Guerrero?). En este punto también cabe señalar la ausencia de aspectos como la realidad de formación de un cuarteto, el músico como miembro de ésta colectividad y una interpretación muy política del engranaje del cuarteto, como ejemplo de civismo. En relación a esto, también se echa de menos una mirada sociológica que explore la igualdad de los roles de los instrumentistas y su dialéctica interpares; la realidad de formación en cuánto a trabajo, ensayos y repertorio; así como un desarrollo de las tipologías de cuartetos (el concertante, el brillante, el conversacional y el debate). Igualmente puede decirse de un capítulo sobre el negocio y la actividad en salas, festivales, concursos, instituciones y una relación de los conjuntos activos durante las últimas décadas. ¿Significa ello que el libro es flojo? No. Sencillamente es una sólida guía de audición y análisis, ordenada cronológicamente y bien trabajada en lo fundamental que es el comentario estrictamente musical dado el positivismo metodológico del que parte. En parte por no reincidir en focos notablemente desarrollados en monografías publicadas las últimas décadas sobre la materia en España como Joseph Haydn y el cuarteto de cuerda de Miguel Ángel Marín (Alianza Música, 2012) y El cuarteto de cuerda. Laboratorio de una sociedad ilustrada de Cibrán Sierra (Alianza Editorial, 2014).
Como es característico del sello madrileño, la edición cuenta con una de las mejores presentaciones de la bibliografía musical. Contiene faja externa, papel satinado, cubiertas duras y letra legible con diferenciación de las citas y extractos inseridos, además de ilustraciones con pasajes de las partituras comentadas. Ello confiere una elegancia y lujo que refuerza el valor cultural y cultual del libro como objeto y como seña de identidad que distingue a Akal. Es un producto de calidad que requiere una lectura atenta tanto para el aficionado y el neófito como para el historiador y el especialista.
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