«Este libro defiende una visión detallada sobre Granados y una hipótesis de su muerte que está llamada a cambiarlo casi todo».
Por Albert Ferrer Flamarich
Granados, crónica y desenlace. Josep Maria Rebés. Editorial Libargo, 2019. 494 págs. ISBN: 978-84-948136-5.
Hagan sitio en su biblioteca: este libro defiende una visión detallada sobre Granados y una hipótesis de su muerte que está llamada a cambiarlo casi todo. Se trata de un estudio nacido a la luz de datos obviados por otras biografías, ante las que brinda conocimiento nuevo, más relevante y refrendado por un aparato documental ingente con el que cubre los más variopintos aspectos informativos. La lección de historiografía e investigación llevada a cabo por el autor, Josep Maria Rebés (Madrid, 1955), barre sin presuntuosidad y con objetividad un sinfín de artículos y libros precedentes. El autor no señala directamente los errores, informaciones falsas o la ampliación de contenidos de monografías y trabajos anteriores. Sólo con las pruebas aportadas, los deja en fuera de juego.
En primer lugar, obviemos los análisis y comentarios estrictamente musicales puesto que no son su objetivo. Lo más sugerente de Granados, crónica y desenlace radica en su extensa labor de búsqueda de lo concreto y lo certero. Por ello ha incluido desde la consulta de los registros civiles de 1892 para constatar la fecha exacta de la boda entre el compositor y Amparo Gal hasta la consulta de guías y horarios ferroviarios y navieros de la época. Más ambiciosas y excitantes son las páginas centradas en los últimos meses de vida del compositor y los cambios de agenda y la elección del viaje de vuelta a Barcelona desde Nueva York en marzo de 1916 pasando por Londres y París. Esto último, recogido en el sexto capítulo, es el núcleo de una labor con la que Rebés cubre importantes lagunas en monografías como la de Walter Aaron Clark o el epistolario compilado por Miriam Perandones, como señaló Xoán Manuel Carreira en una lúcida e irrebatible reseña a ésta-. El mismo Carreira prologa este Granados, crónica y desenlace situándolo claramente en el lugar pertinente dentro de la tradición historiográfica entorno a Granados.
Un lugar de honor que se ganará con la demostración de los orígenes cubanos de los Granados y con la ascendencia catalana de la familia Gal y la falsedad de su relevancia social y económica otorgada por muchos biógrafos. También lo hará con la puntualización de los recuerdos –algunos erráticos- del propio compositor. Aquí cabe agradecer la publicación como Anexo 5 de El Cuaderno rojo de Granados, en el que anotaba sus memorias. Otra novedad: desvelar el error servido por Antoni Carreras Granados, nieto del compositor a partir de unas declaraciones del pianista Ricardo Viñes, amigo de Granados. Un error, por cierto, presente en algunas de las novedades editoriales surgidas al amparo del bienio conmemorativo sobre el compositor. Siguiendo a Viñes, se ha afirmado que el 18 de junio de 1914 Enrique Granados se hallaba en París volviendo de Suiza. En realidad, volvió al país de los Alpes a primeros de agosto. El 18 de junio ya se hallaba en la capital francesa tras tomar un tren en el que también viajaba el Orfeó Català en ocasión de una gira que incluía actuaciones en París y Londres. En consecuencia, Granados no volvía de Suiza si no que iba hasta allí, pasando por París.
En segundo lugar, más allá de la sucesión cronológica de hechos y sin perder rigor, la exposición abandona cualquier tentación academicista y adopta una fórmula de relato histórico a partir de una narración que, sin llegar al ensayo de tintes novelescos, sabe tejer la información y justificar las digresiones. Lo hace siempre secundado por las fuentes consultadas expuestas en parte de las 965 notas al pie de página. Su intención no es ofrecer un libro de consulta sino una creación que consigue entusiasmar por la cantidad apabullante de hallazgos. En éstos dan cabida a aspectos influyentes en la vida del compositor vinculados a cuestiones históricas y sociales, sobre el estamento militar y a la reconstrucción de algunos círculos de amistades e influencias. Todo ello convierte este volumen en algo más que una biografía. Como reza el subtítulo más bien es un estudio bio-bibliográfico. El contexto vital de Granados se desarrolla a partir de una vasta red bibliográfica que proporciona un marco de conocimientos único. Con él limpia la hagiografía del protagonista de un sinfín de anécdotas inventadas, hechos improbados, en ocasiones con tintes más amarillos que poseedores de credibilidad.
En tercer lugar, los anexos rematan los argumentos que justifican el libro como la biografía definitiva –de momento-. La cantidad de hilos abiertos colocarán esta nueva referencia como matriz de lo venidero. Por ejemplo, por presentar la más detallada cronología sobre su vida personal y profesional partiendo mayoritariamente de hemerotecas y no de anteriores monografías. También por contener varios árboles genealógicos según documentación civil y eclesiástica con numerosas correcciones de datos. Este aspecto ha aportado al autor unos fundamentos para desarrollar minibiografías de familiares directos y políticos, así como de personajes históricamente tan relevantes como el gran mecenas Eduardo Conde (Anexo III), tan poco conocidos como el profesor, pianista y compositor Francesc Xavier Jurnet (anexo IV) o como su profesor de música en la infancia: el capitán José García-Junceda y Mesanza (Anexo II) cuyo apartado es otra de las aportaciones pioneras de Rebés. No menos oportunas la Declaración oficial del capitán del SS Sussex, Auguste Maouffel (Anexo X) y la Declaración de neutralidad de España en la Gran Guerra (Anexo IX). Metodológicamente tampoco falta un índice onomástico con la identificación de numerosas personas con quien Granados trató, que son recogidas en cuarenta páginas a la manera de voz enciclopédica. Igualmente cabe loar el respeto a los nombres de personas e instituciones en su idioma original como explicita el autor en su introducción.
Hay que felicitar a Libargo por publicar este trabajo aprovechando la desidia de otras editoriales. Algunas de ellas, por cierto, catalanas y vinculadas a los fastos del biennio Granados. De hecho, sorprende que tan importante y reveladora monografía no haya recibido ni un apoyo económico o institucional de ninguna entidad ni agente organizativo de una efeméride que, en Cataluña, tuvo una importante actividad y difusión los años 2016 y 2017. Libargo lo ha editado fiel a su estilo utilitario, con letra cómodamente legible aunque sin ningún abanico ilustrativo: ni imágenes inéditas, ni fotografías, ni portadas de prensa, ni programas de concierto, ni otros documentos de época consultados y estudiados por el autor. Aún con sus casi quinientas páginas, un estudio de esta profundidad requiere la inclusión de estos materiales. Especialmente de aquellas fotografías menos reproducidas o con la abundante identificación de personalidades llevadas a cabo por primera vez, un siglo después, gracias a Rebés.
Sin duda, con volúmenes como el referido, la actividad de esta joven editorial continúa tomando una forma e identidad muy definidas, gracias a un catálogo que incluye publicaciones del rigor y exigencia de la presente. Este joven sello ha acertado de lleno al acoger un trabajo que quedará como aportación fundamental fruto del pasado bienio Granados. Granados, crónica y desenlace marca un antes y un después en el conocimiento sobre el compositor. Se trata de una nueva piedra angular y, por lo tanto, una nueva referencia obligada para cualquier futura investigación sobre la materia. Y, encima, no la ha escrito un musicólogo profesional. En resumen y con perdón por lo barato del juego de palabras, puede afirmarse que este libro supone un buen «Rebés» a cuanto se conocía sobre la vida y contexto relacional de Granados.
Compartir