Por Albert Ferrer Flamarich
El triunfo de la música. Los compositores, los intérpretes y el público desde 1700 hasta la actualidad. Tim Blanning. Acantilado, 2011 (574 pàgs.). ISBN: 978-84-15277-47-7
Hay que felicitar la gestión de Acantilado que ha sabido conducir su colección por caminos de interés y actualidad en los que el ensayo anglosajón ha sido una mina musicológica. Este extenso volumen de Tim Blanning es un ejemplo publicado hace algunos años pero que puede considerar un clásico reciente por su refrescante perspectiva, que valida el hecho social como generador del fenomeno artístico. Es decir, presenta la vida artística como una suite de acontecimientos que tiene como base la sociedad y el impacto de la misma.
En El triunfo de la música. Los compositores, los intérpretes y el público desde 1700 hasta la actualidad el autor distribuye su análisis en diferentes apartados como la evolución del artista de esclavo a “hombre dios”; la entronización de la música como arte más romántico; los espacios de la música como centros de representación y poder –desde iglesias a los estadios de fútbol-; la tecnología y la música y la liberación social que ha comportado. Relata episodios conocidos desde el anecdotario o la circunstancialidad de las obras bajo el hilo conductor de un carácter omnicomprensivo que combina la información especializada con datos contextuales. La amplitud y variedad de la propuesta lleva al lector a temas como el concierto como culminación del desarrollo musical; la instrumentalización de la música; el giro hacia la subjetividad y el concepto de genio; y un largo etcétera que incluye el music-hall, el vals, la incidencia de la música en el cine mudo, el carisma, la importancia del atractivo sexual y el desarrollo tecnológico como condicionante del espacio y la relación del público con el fenómeno musical. Todo confluye en la transformación de la música en el mundo moderno y, al mismo tiempo, en cómo ha contribuido a cambiar este mundo.
La exposición, que abandona cualquier tentación académica, adopta una fórmula de relato histórico libre a partir de una técnica narrativa que puede recordar los grandes trabajos de ficción de Zweig. Mediante un sutil sentido de la transición y haciendo gala de un imponente aparato documental, Blanning se sitúa en un espacio de libertad narrativa y su intención no es ofrecer un libro de consulta sino una creación que consiga despertar la curiosidad. Se trata, pues, de un libro de prolijidad temática abordada de manera correlativa y con la infrecuente virtud de una lectura fácil. Como expone el autor en la introducción, éste es un ensayo de historia social, cultural y política no de musicología. Esto puede llevar a una distracción del lector en temas que van de la estética a la sociología pasando por la historia y la antropología.
El autor pertenece a aquel linaje de historiadores con grandes dotes narrativas, poseedores de la habilidad para evocar personas, lugares y acontecimientos, capaces de mantener vivo el relato sin que eso signifique dejar de ofrecer opinión o, por lo menos, una mirada crítica con la historiografía convencional. La fluidez del discurso remite al estilo propio del ensayo contemporáneo que ha ofrecido títulos paradigmáticos como The rest is nose de Alex Ross, con el que converge en los pasajes dedicados al jazz, en los EUA y la perspectiva sobre el racismo y su integración. También se vincula con el libro La gran transformación del gusto. La programación de conciertos de Haydn a Brahms de William Weber y La ópera de Daniel Snowman, ambos recientemente editados en lengua española. La edición parte de la estética elegante y el adecuado cuerpo de letra que caracteriza Acantilado y que ha contado con una muy buena traducción de Francisco López Martín en la que sorprende la expresión “un cul de sac” en la página 244.
Compartir