Por Albert Ferrer Flamarich
Ángeles Gulín. Santiago Vela. Témenos Edicions, Barcelona, 2017. 183 páginas. ISBN: 978-84-946780-1-1.
Son muchos los esfuerzos que desde la musicología española se han realizado durante las tres últimas décadas para compensar la falta de estudios historiográficos específicos. No obstante, a pesar del constante surgimiento de novedades, acontecimientos y destacadas tesis doctorales aún hay campos faltos de aportaciones referenciales o que, al menos, supongan un primer paso serio. Uno de estos terrenos es el de los cantantes españoles, a menudo, nutrido de modestas pero significativas y comprometidas aportaciones de melómanos y aficionados. Lo ejemplifica esta monografía dedicada a la soprano gallega Ángeles Gulín (1939-2002) que Témenos Edicions acaba de publicar dentro de una serie que ya ha fructificado con trabajos sobre Manuel Ausensi, Hipólito Lázaro, el catálogo de actuaciones de Victoria de los Ángeles o Raimundo Torres. Éste último a cargo de Santiago Vela (Barcelona, 1943), autor del presente volumen sobre Gulín.
Se trata de una sucinta biografía elaborada desde la amistad y la devoción en un discurso redactado en estilo coloquial. Sin ser edulcorado, el autor ha sintetizado lo esencial a partir de una diversidad de materiales que, en su eficaz ordenación y estructura, devienen una herramienta útil como matriz para futuros trabajos. Más de un tercio del libro son anexos bien esquematizados que evitan la tediosa redacción de unos datos cuya asimilación siempre es más sencilla de este modo. Entre éstos, cabe citar los tres capítulos que recopilan opiniones y recuerdos en un anecdotario de vivencias magnífico –con el agradecido aderezo de emotividad implícita-. Uno de estos capítulos versa sobre experiencias y anécdotas del propio autor con el matrimonio Blancas-Gulín; otro se nutre de consideraciones manifestadas por personalidades vinculadas a la vida personal y profesional de la soprano; y otro capítulo contiene extractos de la crítica especializada (a nivel internacional) acertadamente expuestos en orden cronológico, lo que facilita una perspectiva de la evolución de la carrera de Gulín.
A esto sigue una tabla con el repertorio interpretado (debut del rol y número de veces que lo cantó) que permite encontrar papeles hoy día tan infrecuentes como Amazily de Fernando Cortez de Spontini, Maria Egiziaca de la ópera homónima de Respighi, Carmen Osorio de El poeta de Moreno Torroba, Dolores de La Dolores de Bretón o Francesca de Rimini de Rachmaninov, al margen de los grandes títulos puccinianos y verdianos –su antológica Abigaille de Nabucco-. En el campo simfónico-coral deben mencionarse sus cuatro incursiones en la Octava sinfonía de Mahler con Frühbeck de Burgos en 1968 y 1971 como Magna Peccatrix y Mater Gloriosa.
Otros anexos enumeran los teatros y auditorios en los que cantó junto a una detallada cronología profesional de 29 páginas iniciado desde su debut en 1959 en Montevideo hasta su retiro definitivo en mayo de 1993 en Madrid; así como la discografía oficial y los datos del cedé incorporado con varias grabaciones no oficiales que, sin duda, son un colofón documental valiosísimo. Cierra el volumen un álbum de fotografías y carteles de funciones plasmados con muy buena calidad gráfica. Sin duda, con esta recopilación el aficionado –y especialistas- tiene un modesto pero conciso aparato documental –en parte de primera mano- para que la figura de Ángeles Gulín quede en la memoria de la lírica con la dignidad que mereció su categoría artística y su torrencial voz, quizá la más grande surgida en España en términos de volumen y potencia. Por último cabe felicitar a la editorial por las mejoras en el diseño y tipografía en un salto cualitativo y estético notable respecto anteriores aportaciones. Una colección, por cierto, que desde la humildad va perfilándose como ejemplo en el rescate de las figuras históricas de la lírica autóctona del siglo XX.
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