La decrepitud musical del Principado de Asturias se agrava día a día. Son varias las razones, pero hoy queremos señalar directamente una de las grandes lacras del sector musical español, que Asturias está padeciendo especialmente: la Ley 53/1984, de 26 de diciembre, de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, una ley que tuvo sentido cuando se realizó, pero que ahora está hundiendo, literalmente, el nivel musical de importantes conservatorios, así como el ánimo de multitud de interesantes músicos que ven como la administración les deniega contantemente y con una rigidez que roza lo esperpéntico, la posibilidad de realizar algún tipo de concierto fuera de su labor de funcionario. Nos lo explica F. Jaime Pantín, pianista concertista, prestigioso profesor de piano y crítico de CODALARIO. «En 1984 esta ley tenía sentido, ya que se daban muchos casos de duplicidades que eran incompatibles con el ejercicio de la labor pública, así que hubo que sacar una que pusiera orden, pero no se trataba de prohibirnos dar conciertos, sino de controlar los excesos que se estaban dando», explica Pantín.
En la mayoría de las Comunidades Autónomas españolas la ley se contempla con cierta transigencia por las autoridades, al ser conscientes del excesivo celo con que fue planteada. Sin embargo en el Principado de Asturias, cuyo Gobierno está en manos del socialista Adrián Barbón, se está aplicando de forma absolutamente restrictiva, lo que está deteriorando desde hace muchos años el nivel musical de la región. Recientemente un músico tan conocido como Marco Antonio García de Paz, director del León de Oro, ha tenido que renunciar a su puesto de trabajo en el Conservatorio Superior de Música de Asturias [CONSMUPA] al resultarle imposible compatibilizar su labor docente con su carrera concertística. A un profesor de piano del conservatorio se le deja ofrecer una conferencia, pero no un concierto. «¡No estamos diciendo que se nos permita abandonar nuestra labor docente, sino que se nos deje, siquiera de vez en cuando, ofrecer algún concierto, algo muy sano para un músico, que además debería ser normal! », explica.
¿Cuál es la solución? «No la hay», afirma F. Jaime Pantín. Lo único que se podría hacer es realizar un cambio en la ley, que ya está obsoleta y no se hizo para esto. Un profesor de instituto puede dar una conferencia y a uno de conservatorio no se le permite ofrecer un concierto, pero sí una conferencia, porque al legislador en aquel momento se le olvidó o no quiso incluir el término “concierto” en la ley. En otras comunidades se entiende que es beneficioso que los profesores tengan una cierta actividad artística. En Asturias no, y el deterioro es galopante…».
Foto: FPA
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