Un reportaje de Agustín Achúcarro
Para iniciar el año y continuar con su temporada la Orquesta Sinfónica de Castilla y León cuenta con dos de sus instrumentistas, concretamente con el corno inglés Juan Manuel Urbán y el trompeta Roberto Bodí, para interpretar como solistas Quiet City, para cuerdas, trompeta y corno inglés de Aaron Copland. El concierto será en el Auditorio de Valladolid los días 10 y 11 de enero.
Ambos músicos quieren que sus palabras sobre la obra que van a interpretar, y lo que la rodea, se fusionen en una sola opinión, así que asumen las declaraciones del otro como propias. «Quiet city en principio era una obra de teatro y su autor le encargó la música a Copland. Este escribió unos bocetos para trompeta que reflejaban los estados de ánimo de un personaje desde diferentes puntos de la ciudad», explican Urbán y Bodí. «El compositor -prosiguen ambos intérpretes- aprovechó esa música para crear la obra para corno inglés, trompeta y orquesta de cuerda». Una partitura que los dos instrumentistas definen de la siguiente manera: «Es una obra con un clímax cálido, pero con mucha energía», algo que consideran que «es la base para que Copland eligiera estos instrumentos y así representar el espíritu de la obra de teatro a través de la música».
Para Juan Manuel Urbán su parte tiene unas características muy concretas. «Podríamos decir que es la parte más nostálgica y amable, en la que el compositor aprovecha el color y el timbre melancólico del corno inglés». En el caso de la trompeta el polifacético Roberto Bodí considera lo siguiente: «Su complejidad reside en su sencillez, siendo en el sonido y en la expresión donde se encuentran las mayores dificultades; la trompeta representa a la vez la parte enérgica y reflexiva».
Montar esta partiturales ha supuesto «adaptarse a la sonoridad del otro instrumento y les ha obligado a buscar un sonido que no utilizan en su día a día con la orquesta». «Ha habido que equilibrar y encontrar un sonido más empastado entre los dos instrumentos, por lo que hemos tenido que hacer ligeros cambios para adaptarnos el uno al otro», apuntan trompeta y corno.
El hecho de tocar la parte solista junto a sus compañeros de orquesta, al margen de que sean músicos avezados en participar en diversas formaciones, no les ha supuesto ningún problema. «Ha sido muy fácil montar esta pieza ya que ellos tienen un papel mas de soporte armónico de los solistas», ante lo que subrayan la labor de la dirección. «Lo más importante es la figura de Leonard Slatkin, un director que conoce a la perfección la música de Copland y nos ha facilitado mucho la visión de la obra, por lo que el poder tocar junto a él ha supuesto un regalo que te da la vida».
Lo cierto es que tanto Bodí como Urbán hacía tiempo que habían puesto su mirada en Quiet City. «Queríamos tocarla porque siempre nos ha parecido interesante por su originalidad y su belleza, y porque la interacción entre instrumentos está siempre presente».
Al margen de la obra de Copland la Sinfónica de Castilla y León interpretará El carnaval romano, op. 9 de Berlioz, Metamorfosis sinfónicas sobre temas de Carl Maria von Weber de Hindemith y Variaciones sobre un tema original, Enigma, op. 36 de Elgar. «Nos parece una elección variada, compuesta por cuatro piezas de cuatro grandes compositores, por lo que, sin duda, resulta un concierto muy ameno, cercano a todos los públicos, donde predomina la música con mayúsculas. Creemos que todas las obras reflejan diferentes emociones, por supuesto en función del compositor, estilo y época, por lo que se podría decir que el programa en sí es un Quiet City», concluyen Urbán y Bodí.
Foto de Bodí y Urbán: Photogenic
Compartir