Francia siempre ha sido un espejo en el que mirarse, al menos en lo concerniente a la recuperación de su patrimonio musical, sobre todo desde que el interés por los repertorios pretéritos comenzase a calar entre los músicos y musicólogos galos. De hecho, gran parte de este éxito casi inimitable radica en el profundo apoyo institucional que desde hace décadas viene ofreciéndose a grupos y estudiosos para el estudio, interpretación y grabación de obras de los hasta entonces desconocidos grandes maestros del Grand Siècle. Así hemos visto alzarse las grandes figuras de la Francia de los siglos XVII y XVIII por encima de muchos de los maestros del XIX o XX. Los Jean-Philipe Rameau, Jean-Baptiste Lully, Marc-Antoine Charpentier, Marin Marais, André Campra o Henry Desmarest han sido algunos de los más destacados. No obstante, otras figuras que pueden considerarse menores también han obtenido mucha atención por parte de los grandes conjuntos franceses, algunos de sobra conocidos ya por el público de cualquier lugar del planeta.
Uno de estos grandes conjuntos, empeñado durante años en desempolvar legajos y buscar partituras inéditas, es quien protagoniza esta grabación. Le Concert Spirituel, conjunto con sede en la ciudad francesa de Metz, y que es dirigido desde su fundación por Hervé Niquet, es a su vez uno de los mejores embajadores de la música francesa en los escenarios de todo el mundo.
Para el presente registro fonográfico han centrado su atención en la ignota figura de Louis Le Prince, compositor del siglo XVII del que apenas conocemos dato alguno. Se sabe que al parecer fue "Presbytero in Ecclesia Cathedrali lexovensi Symphoneta/Symphoniarca, & Capellano./" [maestro de capilla, en resumidas cuentas] en la catedral de Lisieux. La única obra que se conserva de su producción es esta Missa Macula non est in te, que se interpreta y graba aquí por primera desde hace siglos. La obra, que fue publicada por en 1663 por Robert Ballard, llevaba el sobrenombre de Missa sex vocum ad imitationem moduli, dando así buena muestra de las pretensiones del compositor galo en su composición.
Únicamente se conserva una copia de esta partitura, albergada en la Bibliothèque nationale de France, consistente en esas seis partes, escritas por separado y para las tesituras vocales más comunes del momento en Francia: dessus I [soprano], dessus II, haute-contre [literalmente contralto, aunque hoy sabemos que solía cantarse por tenores agudos, con gran registro y facilidad para las notas altas "de cabeza"], taille [tenor], basse-taille [barítono] y basse [bajo]. Además, la partitura no consta de parte instrumental alguna, ni tan siquiera del bajo continuo -algo ciertamente habitual en la época, por otra parte. Por lo demás, la obra es una clara referencia y alabanza mariana, y está compuesta en el tono de sol menor, descrito por Charpentier como "serio y magnífico".
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