Estrenada en París, en junio de 1855, llega ahora a Bilbao, como continuación del programa
Tutto Verdi,
Las vísperas sicilianas, la segunda
grand opéra de Verdi compuesta para París, después de
Jerusalem (adaptación de
I Lombardi), y lo hace precisamente en su versión original francesa y con ballet, mucho menos habitual que su traducción italiana, estrenada sólo unos meses después, en Parma, en diciembre de 1855. Con libreto de Charles Duveyrier y Eugène Scribe, a partir de
Le duc d´Albe, texto que ya había inspirado la obra homónima de Donizetti, este título, en su versión italiana, se vio ya en ABAO en 2001, en el
Año Verdi. Se trata de un gran mosaico en cinco actos, lleno de teatralidad y música inspiradísima y melódica que narra un hecho histórico acaecido en la
Sicilia de 1282. Ya desde su prodigiosa
obertura queda claro que estamos ante un Verdi de entidad y su escritura vocal es una de las más singulares del maestro de Roncole, con ese rol imposible de Henry/Arrigo.
El reparto viene encabezado por el Henry del gran
Gregory Kunde, al que tuvimos la oportunidad de
entrevistar recientemente. Quizá sea el único tenor capaz de sostener a día de hoy la exigente tesitura del rol. Su presencia en el reparto es ya suficiente aliciente para asistir a estas funciones. Junto a él, estaba prevista la soprano norteamericana
Tamara Wilson, galardonada con el primer premio en la 48ª edición del Concurso de Canto Francisco Viñas, en 2011. Sin embargo, la cantante fue sustituida hace un par de semanas por la armenia
Lianna Haroutounian, que precisamente ha compartido escenario con Kunde recientemente en Atenas, representado también este título, aunque en su versión italiana. Completan el elenco de cantantes, en sus roles principales, dos voces bien conocidas en España, como las de
Stoyanov y
Ulyanov, en los papeles de Guy de Montfort y Jean Procida, respectivamente.