Por José Antonio Cantón
Málaga, 6-IV-2021. Auditorio Museo Picasso Málaga. La Spagna. Pablo Garrido (viola da gamba), Ramiro Morales (cuerda pulsada), Jorge López-Escribano (clave) y Alejandro Marías (dirección y viola da gamba). Obras de Cabezón, De la Enzina, Forqueray, Hume, Isaac, Marais, Da Milano, Ortiz, Praetorius y De la Torre.
Después del éxito obtenido por los Hermanos Zapico en su concierto del pasado mes de noviembre, el Museo Picasso Málaga, en colaboración con la Orquesta Filarmónica de Málaga, volvía a presentar un programa de música antigua que ha suscitado máxima expectación a tenor de la absoluta respuesta de público. En este caso ha sido el grupo instrumental La Spagna, liderado por Alejandro Marías, quien ha mantenido un destacado grado de autenticidad en la interpretación de un conjunto de obras en torno a la famosa melodía renacentista del mismo nombre, que se expandió como seña de identidad musical de España durante las épocas renacentista y barroca por todo el continente europeo. Con tal visión, ha abordado obras de distintos autores españoles y extranjeros sobre el tema musical de dicha canción, demostrando con ella su riqueza de invención, agudeza de inspiración y dominio de las diferencias entendidas como variación musical.
La actuación se inició con Triste España sin ventura de Juan de la Enzina, un lamento muy apreciado musicalmente por su profundo sentido elegíaco que el gran compositor zamorano dedicó a la figura del príncipe Juan de Castilla, con motivo de su prematuro fallecimiento. Sirvió como introducción a un variado programa que, después de una pequeña explicación de Alejandro Marías, reiniciaba su andadura con la danza Spagnoletta de Michael Praetorius realizada con una rítmica de controlada expresividad que permitía apreciar la gran conjunción de los componentes del cuarteto.
En sustitución de una obra del napolitano Ascanio Maione, fue la muy apreciada La Spagna de Francesco da Milano con la que demostraron un sentido de autenticidad estilística en la marcada acentuación del cantus firmus que la sustenta, dejando su escucha una sensación complaciente. Le siguió el curioso sonar a modo de danza instrumental del Agnus Dei de la misa a cuatro voces La Spagna fechada en 1506 del músico flamenco Heinrich Isaac, como un ejemplo de transformación profana de una música con destino religioso, que es como estaba orientada. Su cadencioso discurso fue contrastado a continuación con la Danza Alta de Francisco de la Torre, de un elegante estilo cortesano. Como derivación y consecuencia de la anterior obra, tocaron Tres sobre el canto llano de la Alta, haciendo una demostración de primigenio contrapunto, antes de cerrar la primera parte del concierto con Recercadas sobre La Spagna del toledano Diego Ortiz, pieza sacada de su Tratado de glosas en las que se percibía el protagonismo cada vez más creciente de la viola en el discurrir de la pieza, anticipando la que llegó a ser su preponderancia absoluta en la segunda parte del concierto.
Ésta se inició con una interesante composición del militar y a la vez músico escocés Tobias Hume, A spanish Humor, en la que la viola supera a los instrumentos de cuerda pulsada explotando toda la riqueza de articulación que llegan a potenciar sus legati, que se manifestaban intercalados con pasajes de gran intensidad expresiva. Fue una inquietante introducción a los dos autores franceses que cerraban el programa: Jean-Baptiste Forqueray, del que tocaron la versallesca La Portugaise, y Marin Marais del que, después de una cadenciosa Sarabande á l'Espagnol, la viola de Alejandro Marías llegó a las esencias de los sones hispanos en Les folies d'Espagne del mismo compositor, todo un elogio de la forma variación desde el refinamiento musical más sublime llevado a efecto por un virtuosismo excelso en el toque de la viola da gamba alcanzado por los dos «gambistas» de este grupo.
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