Crítica de Raúl Chamorro Mena de La Silvia de Domenico Scarlatti interpretado por Forma Antiqva y Aarón Zapico en el ciclo Universo Barroco del Centro Nacional de Difusión Músical
Plasmación musical de un encomiable descubrimiento
Por Raúl Chamorro Mena
Madrid, 24-IV-2024, Auditorio Nacional, sala de cámara. Ciclo Universo barroco del CNDM. La Silvia (drama pastoril con música de Domenico Scarlatti y libreto de Carlos Sigismondo Capece). Jone Martínez, soprano (Silvia y Daliso), Carlos Mena, contratenor, (Laurinda), Alberto Palacios, tenor (Mireno). FORMA ANTIQVA - Pedro Lopes, oboe; Isabel Juárez viola; Ruth Verona, violonchelo; Jorge Muñoz, contrabajo; Jorge Jiménez, violín primero; Daniel Pinteño, violín segundo. Aarón Zapico, clave y dirección.
Domenico Scarlatti (1685-1757) ha pasado a la posteridad fundamentalmente por sus sonatas para clave, pero resultan prácticamente desconocidas las diez óperas que compuso, oscurecidas en cierto modo, no sólo por la importancia de su obra para teclado, también por la producción operística de su padre Alessandro. La única ópera que se conserva completa de Domenico Scarlatti es su intermezzo cómico La Dirindina.
La musicóloga española Nieves Pascual León descubrió en la biblioteca Santini de Münster diez arias de los actos segundo y tercero de la ópera La Silvia de Domenico Scarlatti sobre libreto de Carlo Sigismondo Capece –ambos al servicio de Maria Casimira de Polonia- estrenada en el Palazzo Zuccari de Roma el 27 de enero de 1710 y totalmente inédita durante más de tres siglos. Sin duda, el teatro instalado en el referido palacio sería de particular belleza, dado que lo diseñó el gran Filippo Juvarra.
Sin embargo, esta apasionante y meritoria labor de investigación por parte de Nieves Pascual no culminaría, ni adquiriría todo su valor, si no se interpretara el material descubierto, como subrayó la musicóloga valenciana en su intervención previa al inicio de la música. Por tanto, corresponde agradecer al Centro Nacional de Difusión Músical [CNDM] que haya ofrecido esta oportunidad en su magnífico ciclo Universo barroco, apuntándose, sin duda, un gran tanto con ello.
Las diez arias se articulan conforme a la estructura del aria da capo propia del período barroco y, tal y como explicó Aarón Zapico antes del comienzo del concierto, se ha conferido cohesión a estas piezas mediante la interpretación entre una y otra, de movimientos de Sinfonías del propio Domenico Scarlatti y alguna de otro autor contemporáneo como Pietro Ugolino detto Petruccio, del que se tocó como pórtico su Sinfonía a tres.
Ciertamente, la música de Scarlatti se ha demostrado fresca, creativa e inspirada con algunos momentos muy hermosos como el dúo «Già parmi che all’alma!» y las arias «Son tue prove, arcier bendato», «Come lieta al caro nido» y «Non potrà no più ingannarmi».
Impecable estilísticamente y con un sonido cuidado, además de entusiasta y entregada, la prestación orquestal de Forma Antiqva con Aarón Zapico al clave y la dirección. La pequeña agrupación de ocho músicos supo dotar de intensidad lírica a los pasajes lentos y del adecuado ímpetu rítmico a los allegri, además de acentos y factura dramático-teatral.
Entre los solistas vocales destacó el experimentado contratenor Carlos Mena, que acreditó la voz mejor apoyada y proyectada de todas, además de demostrar dominio de la agilidad y asumible extensión. Timbre muy grato, correcta emisión y pulcras maneras canoras, las de la soprano Jone Martínez que interpretó arias de Silvia y Daliso, si bien su presencia sonora –incluso en un recinto pequeño como la sala de cámara y el liviano contexto orquestal- fue muy justa, echándose en falta, asimismo, una mayor fantasía y variedad en el fraseo. El tenor Alberto Palacios deberá afianzar la impostación y el canto legato, pues su voz es sana y su disposición impecable.
Ante las ovaciones del público, se repitieron la inspirada aria de Laurinda «Non potrà no più ingannarmi» y el bellísimo dúo de Mireno y Silvia «Già parmi che all’alma!».
Fotos: Elvira Megías / CNDM
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