Crítica de La Pasión según San Juan en Bach en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia, con La Cetra Barockorchester & Vokalensemble Base bajo la dirección de Andrea Marcon
Emocionante fidelidad al mensaje
Por José Antonio Cantón
Murcia, 21-III-2024. Auditorio ‘Víctor Villegas’. La Pasión según San Juan de Johann Sebastian Bach. La Cetra Barockorchester & Vokalensemble Basel. Solistas: Jakob Pilgram, Christian Wagner, Shira Patchornik, Sara Mingardo, Mirko Ludwig, Francesc Ortega y Guglielmo Buonsanto. Director: Andrea Marcon.
La calidad multidisciplinar del italiano Andrea Marcon como clavecinista, organista y director musical así como su especialización en el estilo barroco han sido los factores más destacables apreciados en su dirección de La Pasión según San Juan, BWV 245 de Juan Sebastián Bach pocos días antes de cumplirse su tercer centenario el próximo día 7 de abril, fecha del estreno que tuvo lugar en la Iglesia de San Nicolás de Leipzig de la primera versión de las varias que llegó a realizar el compositor.
Su estructura general es similar a la de La Pasión según San Mateo, BWV 244 con la narración cantada, en esta ocasión por el tenor helvético Jakob Pilgram que hacía de evangelista, e integrada por arias, coros y corales de carácter meditativo. Como es tradicional en este género de obras de índole sacro Jesús fue interpretado por un barítono, en este caso por el alemán Christian Wagner, función que le llevó a ser destacado entre las voces solistas. En cuanto al coro, hay que poner en valor la naturalidad con la que se manifestó en los doce corales de la obra, cualidad que se apreció en la oración de apertura en la que quedaban señaladas las enseñanzas religiosas que hay que extraer de este trágico final de la vida de Cristo. Su intervención en los episodios de turbas, en las voces de multitudes, en las palabras de sirvientes del sumo sacerdote en el huerto de Getsemaní y en la madrugada junto a Pedro, estuvieron bien proporcionadas en conjunción canora logrando la determinación emocional de cada momento así como en los diferentes corales, que representaron siempre desde un estado de sereno canto en pos de alcanzar un estado meditativo que compensaba el creciente dramatismo de cada episodio precedente.
En las arias, Von den Stricken meiner Sünden (Sólo me salvaré) de la primera parte y Es ist vollbracht! (¡Todo se ha consumado!) de la segunda, la contralto veneciana Sara Mingardo expresó todo el sentimiento que puede destilar su natural voz, favorecida por un acompañamiento instrumental que se percibía resaltado por el buen hacer de los responsables del bajo continuo, Johannes Keller al clavecín y Joan Boronat- Sanz en el órgano positivo. Siguiendo con las solistas, la soprano Shira Patchornik se hizo eco del sentido de la fidelidad expresada en el texto del aria Ich folge dir gleichfalls mit freudigen Schritten (También yo te seguiré con alegres pasos) y en el arioso lamento de la segunda parte Zerfließe, mein Herze, in Fluten der Zähren (En honor del Altísimo, llenáte, corazón mío de amargo llanto) ante el profundo dolor por la muerte del Maestro suspendido en la cruz.
El aspecto más destacado se produjo en el diálogo de Jesús con Poncio Pilatos, prefecto romano en Judea. El barítono Christian Wagner se manifestó casi en trance representando a Cristo, interiorizando sus palabras hasta los límites de trascendencia que se iban imponiendo a las razones de su interlocutor para justificar y llegar a determinar la sentencia a muerte en la cruz. Dentro de una línea de autenticidad estilística marcada por el maestro Marcon, éste supo generar todo el aspecto psicológico que transmite Bach en su música hasta llegar e ese pasaje trágico en el que el evangelista hace el escueto y definitivo recitativo; Und neiget das Haupt und verschied (Inclinó la cabeza y entregó el espíritu).
A partir de ese sobrecogedor instante, Marcon afrontó la conclusión de la obra realzando la tonalidad mayor que acompaña el coral que significaba el triunfo de Cristo sobre la muerte con una elaborada línea de bajo que le servía de contrapunto. Fue muy descriptivo el rasgado del velo del Templo de Jerusalén al ser anunciado por el arioso del tenor seguido por las notas sostenidas del oboe da caccia y la flauta, cuyos sonidos destacaban sobre los agitados trémolos de las cuerdas representando el temblor de la tierra.
Los mismos instrumentos acompañaron en tonalidad menor a la soprano en su aria anteriormente ya mencionada cargada de resignación, confirmándose la especialización de los instrumentistas de la orquesta que dejaba una sensación de sentimiento amoroso a la preciosa música de Bach desde la delicadeza con la que expresaban su trascendente mensaje. Antes del coral final, las voces basilienses dejaron una sensación de reposo y consuelo: Ruht wohl, ihr heiligen Gebeine (Descansad en paz, restos sagrados), un estado de ánimo que se percibió reforzado por la oración que integra su contenido, en el que el espíritu creyente rogaba que Cristo durmiera en el seno de Abraham antes del último día, y la definitiva visión de Jesús en su gloria, anhelo que Marcon pausó para acentuar el intenso deseo que este pasaje significa, expresado por el pueblo cristiano en esta conclusión del oratorio. Marcon terminaba así con una emocionante versión de La Pasión según San Juan en la que, fiel al mensaje, ha demostrado su profunda identificación con la sobrecogedora mística musical de Bach, deslizando constantemente una lírica barroca de impactante efecto para el público que respondió con un emocionado y respetuoso aplauso.
Foto: Auditorio Víctor Villegas
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