ANJA SILJA, PROTAGONISTA ABSOLUTA DE "LA DAMA DE PICAS" VIENESA
"La Dama de Picas", Chaikovski. Viena, Staatsoper, 8-10-10. Neil Shicoff, Angela Denoke, Anja Silja, Albert Dòhmen, Boaz Daniel, Zoryana Kushpler. Dirección musical. Tukhan Sokhiev. Producción: Vera Nemirova
La producción gira en torno a la Condesa y si ésta la interpreta una actriz-cantante del nivel de Anja Silja, es una ventaja. La acción se sitúa en un hospicio u orfanato, que adquiere la antigua cortesana o meretriz de lujo, para fundar un lupanar. Ahora ya mayor, será la "madame" del nuevo burdel, mientras Lisa y Polina son su "mano derecha" y estrellas del establecimiento. Ghermann es un cliente, obsesionado por el juego, pero que comparte dicha actividad con otros vicios. En la escena de la fiesta, en lugar de la zarina Catalina la Grande, entra la Silja (por elpatio de butacas) como gran Madame del Burdel. Su presencia es de gran impacto indudablemente. Asimismo, su gran escena resulta de gran intensidad, por cuando la cantante alemana, ya consumida vocalmente, aúna carga dramática con proverbial elegancia y un magnífico juego de gestos procedente de alguien, no lo olvidemos, que trabajó con Wieland Wagner. Su muerte se produce en medio de un orgasmo con Ghermann. Para ambos, la victoria en el juego que garantizan las tres cartas, tiene una connotación de clímax sexual. Realmente sorprendente, comprobar cómo la veterana Silja con 70 años a sus espaldas, incorpora todo su tronco sin apoyo alguno, en su catafalco mortuorio en la escena en que comunica las tres cartas al protagonista. El veterano Neil Shicoff, que anunció una leve indisposición, convence globalmente en su Ghermann. El timbre desgastado, ha perdido "squillo". Su línea de canto, como siempre, irregular. Esos sonidos restallantes que prodigaba, han perdido algo de brillo y mordiente. Inalterable su habitual entrega con esa emisión muscular y esforzada, pero la acentuación siempre vibrante, nerviosa y comunicativa. Todo ello, además, con una voz de tenor protagonista, que lleva 30 años de respetabilísima carrera. Un señor, con sus defectos, pero que hace OPERA. A Angela Denoke no se le pueden discutir sus cualidades dramáticas, pero sus irregularidades vocales tampoco. La voz corre y sin ser nada bella ni personal, ni contar con espesor en el centro, ni enjundia en el grave, tiene notas percutientes y con brillo en la zona centro-primer agudo. Eso sí, el agudo extremo siempre problemático, resultó particularmente insufrible en su Lisa vienesa del pasado día 8. Sonidos fijos, hirientes, pasados de afinación. Más que al grito, cercanos al chirriar de una tiza en una pizarra. Recibió algún abucheo aislado, pero perceptible. Pésimo el Tomsky que ofreció Albert Dóhmen, que nunca fue un prodigio en la zona alta, pero es que todo el paso al agudo resultó puro sufrimiento. Muy flojo el Yeletsky de Boaz Daniel, de timbre atractivo pero nulamente flexible, incapaz de una sola modulación. Sin la más mínima elegancia, sentido del "legato" ni nobleza en su bellísima aria.
Magnífica dirección musical del joven y talentoso Sokhiev, al que ya le pude ver una estupenda dirección de esta ópera en Toulouse. Quizás le faltara algo de tensión teatral, pero a destacar el sonido transparente y espléndido de la fabulosa orquesta, el refinamiento y la gran cantidad de detalles y matices que mostró en su labor. Destacable, también la prestación del coro, como corresponde a un teatro de esta categoría.
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