El gran pianista croata Kemal Gekić, portada de CODALARIO en diciembre de 2023
KEMAL GEKIC: «Una interpretación debe evocar la existencia de algo más allá de lo mundano y el milagro de la creación»
Una entrevista de Aurelio M. Seco | @AurelioSeco
¿Qué es la «grandeza artística»? ¿Está la Idea de Humanidad relacionada con ella? ¿Y dónde se encuentra esta Grandeza? ¿Siempre en nuestros principales auditorios? La respueta es no. ¿Por qué algunos de los más importantes artistas del presente no están en el lugar mediático que por justicia artística le corresponde? ¿Es importante que así sea? ¿Y qué responsabilidad tiene el propio artista, el público, los gestores y los críticos respecto a la trascendencia de su arte? ¿No es acaso esa «trascendencia» un concepto puramente externo a los intereses del Hombre en muchos casos? En torno a estas cuestiones y otras importantes versa la entrevista que protagoniza la portada de CODALARIO en este mes de diciembre de 2023. Está dedicada a uno de los más influyentes pianistas vivos, el gran maestro croata Kemal Gekić, un nombre que con seguridad no está situado entre los más mediáticos del mundo de la Música, pero cuya trascendente poética musical tiene un importante eco en el presente.
¿Qué personas y artistas han sido importantes para conformar quién es hoy Kemal Gekic?
Hubo muchas influencias poderosas, posiblemente demasiado numerosas para nombrarlas en esta ocasión. Sin embargo, mencionaría cinco grupos principales de influencias: En primer lugar, mis padres y mi familia, quienes (además del hecho obvio de proporcionarme el material genético y una determinada mentalidad) fueron los que ejercieron la mayor influencia en mis años formativos y me guiaron hacia valores verdaderos. Luego vienen líderes espirituales y filósofos: Buda, Pitágoras, particularmente Jesús (y, por supuesto, muchos otros, como la Escuela Jónica, Platón, Aristóteles, Kant, Hegel y Schopenhauer), cuyas palabras estudié con pasión y sobre las cuales medité, encontrando su resonancia dentro de mi propio espíritu. Grandes artistas que dedicaron sus vidas al arte en su forma más elevada sirvieron como una fuente permanente de mi inspiración: Miguel Ángel (cuya maravillosa biografía escrita por Irving Stone no puedo recomendar lo suficiente), Leonardo, Bosch, Velázquez, Goya, Turner, Delacroix, Seurat, Monet, Dalí y muchos otros. Grandes poetas, escritores y dramaturgos como Homero (cuyas obras leí por primera vez a los 11 años), Dante, Shakespeare, Goethe, Byron, Tolstoy, Chekhov y varios escritores de la región de mi país, como Mazuranic, Njegos, así como una gran cantidad de cuentos populares y mitos antiguos. Mencionaría a Mika Waltari, el escritor finlandés, a través de cuyas obras conecté con épocas pasadas, como la dinastía XVIII del antiguo Egipto o el tiempo de la caída de Constantinopla. Finalmente, fui influenciado por grandes músicos, principalmente por Bach, Beethoven y Liszt, después de ellos por Mozart, Schubert, Chopin, Schumann, Rachmaninoff, Debussy y otros como Bill Evans, Oscar Peterson, Keith Jarrett, David Bowie.
Usted es croata pero decidió trasladarse a EEUU. ¿Por qué? ¿Qué relación mantiene con Croacia? ¿Qué le ha aportado EEUU?
Cuando me trasladé a los Estados Unidos, tenía casi 40 años y sentí la necesidad de una perspectiva de vida diferente después de haber pasado la mayor parte de mi tiempo en Europa. Residí durante casi 20 años en Croacia y luego el mismo período de tiempo en Serbia (en aquel momento, ambas formaban parte de Yugoslavia). Durante mi gira en Estados Unidos en el año 1999, tras las extraordinarias reseñas y críticas, recibí una oferta de la Florida International University en Miami que resultó irresistible. Como consecuencia, asumí los roles de Artista Residente y Profesor Titular en la misma institución. Durante los siguientes veinte y pico de años, fui transformándome cada vez más en un ciudadano del mundo, dividiendo mi tiempo entre América (alrededor de 6 a 7 meses al año), Europa (2 meses) y Asia (3 meses). Siempre mantuve mi conexión con Croacia, especialmente con mi ciudad natal, Split, donde aún tengo familia y amigos. Las memorias de mi infancia persisten en mí y no desvanecerán. Todavía recuerdo cada roca a lo largo de esas costas dálmatas, incluso aquellas que ya no existen debido a desarrollos arquitectónicos posteriores. Todos esos recuerdos, sonidos, imágenes y olores siguen vividos dentro de mi mente y mi corazón. También fundé la Escuela Internacional de Verano Kemal Gekic en Split, abierta a pianistas internacionales, y colaboré en el establecimiento del ahora reconocido Festival Piano Loop.
«Durante mi gira en Estados Unidos en el año 1999, tras las extraordinarias reseñas y críticas, recibí una oferta de la Florida International University en Miami que resultó irresistible»
¿Como ve la situación musical y, en general, la situación política, económica, artística de Croacia desde EEUU?
No resulta fácil obtener una percepción correcta de esas circunstancias desde la distancia. Sin lugar a dudas, Croacia se ha convertido en un poder turístico en los últimos años, siendo sumamente atractiva desde el punto de vista cultural e histórico, y ha desarrollado una variedad de contenidos adicionales, como las industrias gastronómicas, médicas y de bienestar. En Croacia abundan las antiguas ciudades históricas (Split, mi ciudad natal, tiene más de 1700 años) con una arquitectura asombrosa. No escasean las mentes creativas, músicos, artistas, diseñadores y autores. Se lleva a cabo una amplia variedad de eventos artísticos, festivales y series de conciertos. Mi esperanza es que Croacia no se dirija hacia el desarrollo y el turismo masivo, lo cual podría destruir su belleza natural, sino más bien hacia el turismo de élite, aprovechando los recursos que ya existen y preservando su naturaleza e historia únicas.
¿Cómo es el día a día de Kemal Gekic en EEEUU?
Vivo una vida dual, la que hoy en día se definiría como bipolar: por un lado, muy introvertida, reclusa y dedicada al estudio, y por otro, extremadamente extrovertida, viajando y conociendo a muchas personas, con más de 100 vuelos al año, para conciertos, clases magistrales y grabaciones. Si describiera un día en el que no viajo y no sucede mucho, suelo despertarme bastante temprano, alrededor de las 5. Las primeras 3 horas las dedico a leer noticias, publicaciones, escribir correos electrónicos y responder mensajes acumulados durante la noche. La mañana es el momento en el que experimento una gran claridad mental por lo que las ideas y visiones más interesantes surgen una tras otra, y me aseguro de apuntarlas en un diario especial. Después de tomar café o té, toco el piano durante 2 horas; el mejor momento para mí es entre las 9 y las 11 de la mañana. Después de las 11, suelo salir; vivo cerca del mar, así que salgo a caminar y nadar. Nací junto a las costas del mar Adriático, aprendí a nadar antes que a caminar, y la conexión con el mar la considero un medio vital y regenerador. Si no me apetece salir, puedo caminar directamente desde mi estudio hasta la piscina y disfrutarla un rato. Luego es el momento de leer o recibir visitas. No percibo la tarde como un momento musicalmente productivo, así que la utilizo para cualquier tarea que necesite ser realizada, o para ponerme en contacto con amigos o familiares que viven en diferentes zonas horarias. Entre las 5 y las 7 de la tarde es otro buen período en el que puedo tocar y realizar un trabajo de calidad. Después de las 7 es el momento de mi primera comida sustancial, que puede tener lugar en casa o en un restaurante con amigos. Puede que vaya a un concierto u otro evento. Normalmente me acuesto alrededor de la medianoche, rara vez a la 1 o las 2 (excepto alguna excepción como este momento que mientras escriba son las 2). Soy todo menos sistemático; casi cada día es completamente diferente para mí, por lo tanto esta descripción es solo una de las muchas posibilidades, cuando no ocurre mucho. Si estoy componiendo y me obsesiono con ello, como sucede con frecuencia, puedo pasar la mayor parte del día simplemente haciéndolo. No puedo detenerme mientras me vaya bien. Los jueves y viernes imparto clases en la universidad y estos días generalmente me abstengo de tocar el piano.
«Soy todo menos sistemático; casi cada día es completamente diferente para mí»
¿Qué música está estudiando ahora? ¿Cuáles son sus próximo planes artísticos? ¿Tiene previsto grabar?
En este momento me estoy enfocando principalmente en mis propias composiciones. Siempre quise ser un músico «integral»: aquel que no sólo toca el instrumento, sino que lo percibe como una extensión de su propio cuerpo, que escribe música y arreglos, e improvisa cuando es necesario. En el mundo de la sobre-especialización, me sentí desalentado al intentar alcanzar este objetivo (por ejemplo, la segunda mitad del siglo XX dio lugar a músicos que no solo se especializaron en ciertos instrumentos, sino también en segmentos más estrechos del repertorio, como los «chopinistas» o intérpretes exclusivamente dedicados a la música de Bach. Además, a la gente le gusta poner etiquetas a todo, así que a pesar de poseer un repertorio variado y sentirme igualmente cómodo con Bach, Mozart, Beethoven, o con cualquier autor contemporáneo, siempre me etiquetaron como un intérprete de Liszt). Aunque ocasionalmente incluí algunas de mis propias transcripciones en conciertos (como el Totentanz de Liszt, Romeo y Julieta de Prokofiev, o Noche en el monte pelado de Mussorgski) y mis propias cadencias para conciertos de Mozart y Beethoven, nunca dediqué una parte significativa de una actuación pública a mis propias obras hasta 2019, cuando finalmente rompí la crisálida de mi propia indecisión y programé algunas de mis obras para la temporada de 2020-2021. Sin embargo, las medidas contra el Covid-19 cancelaron los conciertos, y de los 51 planeados, solo realicé uno. En 2024, tengo previsto tocar varios conciertos dedicados exclusivamente a mis obras originales y transcripciones. Estoy trabajando en las sonatas y los estudios de Scriabin, y también en el proceso de grabar en Japón El clave bien temperado de Bach, que considero la obra para teclado más grandiosa jamás escrita. Scriabin era un compositor cuyas obras solía disfrutar escuchando, no tanto interpretando. Ahora he redescubierto mi pasión por tocar su música, que creo que, junto a las obras de Chopin y Debussy, constituye una de las más idiomáticas jamás escritas para piano.
«Nunca dediqué una parte significativa de una actuación pública a mis propias obras hasta 2019, cuando finalmente rompí la crisálida de mi propia indecisión y programé algunas de mis obras para la temporada de 2020-2021»
«Considero El clave bien temperado de Bach la obra para teclado más grandiosa jamás escrita»
¿Dónde está, a su juicio, la «grandeza artística»? ¿Qué características tiene que tener una versión musical para que a usted le atraiga?
Esta es una pregunta muy difícil, que debo responder con cierta objetividad, pero principalmente con una gran dosis de subjetividad, que es, de hecho, lo que se me pide. Objetivamente, un «gran artista» es alguien que produce «gran arte». Subjetivamente, lo que se considera «gran arte» varía de época en época, de opinión individual a opinión individual. Es un asunto separado del tema de la celebridad. Recordemos que algunos artistas que fueron increíblemente celebrados en cierto momento han sido prácticamente olvidados hoy en día, mientras que algunos que en el pasado no gozaban de un reconocimiento muy amplio son considerados grandes hoy en día (un ejemplo adecuado es Vincent van Gogh, quien vendía sus pinturas por sumas muy pequeñas, a veces en intercambio por comida, y había personas que no las aceptaban ni siquiera de forma gratuita). Para mí, una obra de arte excepcional debe contener dos fuerzas opuestas: la primera es un impulso creativo, inspiración, una idea valiosa, fascinante y verdadera, y la segunda es la fuerza opuesta y resistente del medio, que es la técnica y el material. En una obra de un gran artista, estas dos fuerzas se equilibran. No acepto como gran arte ninguna obra que no contenga ambas de estas fuerzas en equilibrio. El predominio de la primera la convierte en amateurismo (una idea sin la técnica para expresarla), mientras que la prevalencia de la segunda la convierte en un oficio técnico, pero sin una idea fuerte, no en una obra de gran arte.
Desde un punto de vista más profundo, gran arte tiene que expresar algo arquetípico, algo universalmente humano, incluso si se realiza a través de detalles pequeños. Esto me lleva a algo muy importante: para mí, un gran artista tiene que ser un gran ser humano. En primer lugar, él necesita un conocimiento absoluto, ser ampliamente educado en diversos campos, especialmente en historia, artes, ciencia, filosofía, no solo en su campo específico. Luego, toda esta información debe colocarse en la perspectiva adecuada, procesada al servicio del arte. Y finalmente, y lo más importante, debe haber corazón, amor, valentía, compasión y altruismo. Entiendo que hay un estereotipo del «Gran artista» siendo extremadamente egoísta y centrado en sí mismo, pero en mi opinión, nadie que no comprenda que hay elementos superiores de él puede ser un verdadero gran artista. Aquí quisiera citar a alguien muy destacado en un campo distinto al del arte y la música: «El arte es estar con una mano extendida hacia el universo y otra mano extendida hacia el mundo, permitiéndonos ser un conducto para la transmisión de energía». Albert Einstein
Para que una interpretación me resulte atractiva, debe reflejar las características que he mencionado anteriormente. En particular, una interpretación debe evocar en mí la trascendencia, la existencia de algo más allá de lo mundano y el milagro de la creación. Comprendo que no es posible que cada vez que escuche algo podré experimentarlo plenamente, pero incluso un atisbo me llenará de felicidad y gratitud. No puedo disfrutar de una «ofensa de Poncio Pilato», que es lavarse las manos al interpretar la obra, no asumir la responsabilidad y esconderse detrás de aspectos externos (como una «técnica pulida», un «hermoso sonido» o una «buena comprensión de la estructura», etc.), básicamente un formalismo vacío, que escuchamos bastante en estos días. Lo que se necesita es una vista personal sincera (no una «individualidad» forzada o artificial por sí misma).
«Una obra de arte excepcional debe contener dos fuerzas opuestas: la primera es un impulso creativo, inspiración, una idea valiosa, fascinante y verdadera, y la segunda es la fuerza opuesta y resistente del medio, que es la técnica y el material. En una obra de un gran artista, estas dos fuerzas se equilibran»
«Un gran artista tiene que ser un gran ser humano»
¿Es importante el error en una interpretación musical?
Los errores tienen su jerarquía de importancia. Hay varios tipos de errores, con su correspondiente grado de gravedad. Los errores que se mencionan con más frecuencia y que muchos pianistas temen suelen ser las llamadas notas «falsas» y los fallos de memoria. Aunque pueden estropear la interpretación, es posible que no siempre sean el factor más decisivo para evaluar la misma. A veces podemos preferir una ejecución «mala» de un artista a una ejecución «perfecta» de otro. Por supuesto, lo más deseable es una interpretación perfecta en términos de precisión de notas y fiabilidad de la memoria, pero se pueden tolerar algunos pequeños defectos, siempre que existan otros valores musicales que prevalezcan y den al público la satisfacción musical. (Desde otro ángulo, me gusta citar a Thelonious Monk diciendo: «no existen notas falsas en el piano»)
El error más grave es una interpretación errónea en cuanto al contenido de una obra, ya sea por no comprender la naturaleza del contenido o por elegir medios incorrectos para expresarlo (estilo, tempo, sonido, fraseo etc.). Debo mencionar que es un tema que conlleva mucha relatividad, ya que implica algún juicio personal, una cuestión de gusto, un determinado conocimiento de la historia de la interpretación. A veces, las siguientes generaciones aceptan completamente la interpretación errónea de ciertos compositores o incluso enteros períodos musicales (por ejemplo, la mayoría de las obras de Beethoven grabadas después de 1945 no reflejan el estilo, las intenciones e incluso las prácticas interpretativas del período del compositor). Esta cuestión se complica aún más considerando el hecho de que los instrumentos para los que se escribieron originalmente las obras fueron sometidos a una importante evolución y no son exactamente iguales, tal y como el público mismo.
Finalmente, el último y el error más grave es lo que llamé la ofensa de Poncio Pilato: lavarse las manos de la obra frente al público, no interactuar con la música, no interpretar la obra en cuestión en absoluto, pero aun así tocarla «correctamente». Generalmente este tipo de impotencia se oculta detrás de las frases como «deja que la música hable por sí misma» y otras expresiones vacías. Cada vez que leo «había un fuerte sentido de estructura musical» en la reseña de una interpretación, tengo la sospecha de que no estaba sucediendo mucho en términos del contenido de la obra. No olvidemos que, si bien comprender la estructura de una obra musical no sólo es loable sino indispensable, la estructura es una categoría inferida del contenido, y no existe independientemente en el mundo material, de la misma manera que la forma de un gato o un perro no existe realmente independientemente de un animal determinado, excepto en los libros de zoología. En resumen, una persona que está sujeta a esta aflicción tiene que encontrar la manera de volver a involucrarse con la música, de reavivar la pasión que la llevó a ser músico en primer lugar; de lo contrario, esa persona no tiene por qué ser frente a una audiencia, especialmente hoy en día cuando MIDI está ampliamente disponible.
«Cada vez que leo «había un fuerte sentido de estructura musical» en la reseña de una interpretación, tengo la sospecha de que no estaba sucediendo mucho en términos del contenido de la obra»
¿Qué pianistas han sido, a su juicio, los más importantes de la historia y por qué?
Lamentablemente debo decir que los pianistas, al igual que los artistas en general, suelen ser irrelevantes en la historia del mundo, quizás con la excepción de Paderewski, quien como Primer Ministro de Polonia firmó el Tratado de Versalles en 1919, y posiblemente Liszt, quien fue un fenómeno cultural más amplio trascendiendo los estrechos límites de la profesión pianística. La historia mundial generalmente considera como «importantes» a aquellos que son responsables de matar a un gran número de personas y destruir ciudades y países, como César, Genghis Kan, Napoleón, Hitler, Stalin, etc. Aquellos que avanzaron el mundo y la humanidad creando cosas hermosas, generalmente recibieron atención más modesta (y elogios menos extravagantes).
Si su pregunta era sobre la historia de la Música y el piano, entonces creo que debemos empezar con Beethoven, quien exploró los recursos del piano de una manera más moderna que sus predecesores y abrió la puerta a la generación romántica. El siguiente sería Chopin, quien creó un nuevo estilo pianístico y una nueva estética que inspiró a generaciones futuras. Podemos decir que nunca más habrá otro Chopin que pueda lograr tal avance para el instrumento, porque sus logros fueron verdaderamente revolucionarios. A continuación está Liszt, quien sintetizó todos los estilos existentes antes de él durante su vida, creando nuevas aventuras sonoras nunca antes escuchadas, con una mirada hacia el futuro. Con Liszt, la escritura para el instrumento alcanzó su madurez, y podríamos decir que después de él, no se ha inventado nada esencialmente nuevo en cuanto a las texturas del piano (aunque, por supuesto, la música continuó expresándose de manera muy individual por muchos compositores posteriores). Se ha dicho que Ravel inventó las segundas paralelas en su Gaspard de la nuit, pero yo las encontré en el Divertissement à la Hongroise de Liszt (basada en Schubert). El empleo de los puños por parte de Prokofiev en su Sexta sonata para piano tampoco fue el primero, ya que he leído un informe de la época sobre Liszt tocando su juvenil Marcha húngara no solo con los puños, sino también con los codos. Liszt contó con muchos alumnos excelentes que contribuyeron enormemente al desarrollo de la vida musical en Europa y América. Mencionaría, entre numerosos otros, a Arthur Friedheim y Moritz Rosenthal, quienes dejaron grabaciones de alta calidad. Admiro también a Alexander Scriabin y Sergei Rachmaninoff como intérpretes, quienes dejaron grabaciones que atestiguan un nivel extremadamente alto y único de expresión artística. Disfruto de Alfred Cortot y Josef Hoffman por sus contribuciones especiales, y siento que tuvimos la fortuna de que Vladimir Horowitz viviera tanto tiempo, ya que, además de algunas maravillosas grabaciones sonoras, también dejó un número de grabaciones en video que revelan los destellos de la tradición romántica rusa (nacido en 1903, fue casi un niño del siglo XIX, si no físicamente, ciertamente espiritualmente). También contamos con varios grandes pianistas alemanes, como Wilhelm Kempff y Walter Gieseking. Glenn Gould fue un artista norteamericano con ideas únicas en muchas áreas, pero lo que personalmente más admiro es el poder de sus convicciones y su total inmersión en la música. Me gustaría también mencionar la versatilidad de Keith Jarrett: sus habilidades compositivas y de improvisación, su dominio del jazz, de los estilos clásicos y experimentales, y especialmente su sobrenatural dominio del instrumento. Hay muchos otros pianistas, cada uno con sus propias fortalezas y especialidades, cuyas interpretaciones admiro por diferentes razones, pero para no llenar este espacio con demasiados nombres, dejémoslo aquí por ahora.
«Con Liszt, la escritura para el instrumento alcanzó su madurez, y podríamos decir que después de él, no se ha inventado nada esencialmente nuevo en cuanto a las texturas del piano»
¿Qué versiones musicales escucha, busca, Kemal Gekic en su casa?
Normalmente escucho 5 categorías de música.
1. La música que no conozco bien, pero que me intriga: compositores contemporáneos, obras menos conocidas de compositores conocidos, compositores desconocidos.
2. Música del mundo: disfruto particularmente de la música mongola, los coros y los grupos vocales de Macedonia, Bulgaria, Serbia y Dalmacia (Croacia). La música turca y armenia también es muy inspiradora, así como la música gitana húngara y rumana. El jazz latino y el jazz afrocubano, así como la samba brasileña, son muy refrescantes cuando me apetece escucharlas.
3. Obras maestras conocidas: La Pasión según San Juan de Bach, Conciertos de Brandeburgo, Oberturas, Cantatas, Misa en si menor, Sinfonías de Beethoven, Conciertos para piano de Mozart, Oberturas, Sinfonías y Réquiem, obras orquestales de Schumann, Mendelssohn, Liszt, Wagner, Tchaikovsky (especialmente poderosas son la Sexta Sinfonía y la Obertura de Romeo y Julieta), Rachmaninoff, Shostakovich, Stravinski, Mahler, Bruckner, los ballets de Prokofiev y Khachaturian. A medida que envejezco, re-evalúo mi juicio anterior sobre estas obras maestras, las disfruto de nuevo o descubro algunas bellezas nuevas en ellas.
4. Hago uso de mis propias grabaciones, particularmente aquellas hechas en directo, con propósitos de estudio. Mis ejecuciones pasadas insinúan posibles evoluciones futuras, y tengo curiosidad por rastrear su trayectoria.
5. Música pop y rock, porque descubrí que allí existen canales de comunicación que están ausentes en la música clásica actual. Escuchar a los Beatles, los Rolling Stones, los Doors, Pink Floyd, David Bowie, Talking Heads y muchos otros me ofrece nuevas ideas que puedo aplicar en mi propia interpretación musical.
¿Le gusta el cine, y la literatura?
Me gusta el cine, pero soy más aficionado a los libros. Cuando era adolescente, devoraba cualquier libro que cayera en mis manos, desde la literatura francesa, rusa y alemana, hasta algo de literatura estadounidense y española. Leí incontables libros, de los cuales algunos se desvanecen en la bruma de mi memoria, porque leo muy rápidamente. Los libros que despiertan un particular deleite en mí, los leo una y otra vez, hasta interiorizarlos y memorizarlos (por ejemplo, conozco de memoria una de las 4 versiones de El maestro y Margarita de Bulgakov). Los libros fundamentales para mí son aquellos que abordan conceptos humanos universales y la historia de diversas sociedades, pues el mundo actual es el resultado y la consecuencia de esos legados que nos antecedieron, y comprender el presente exige conocer el pasado. Mi lista, no exhaustiva, comprendería la Biblia (tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento), dado que gran parte de nuestra sociedad moderna, especialmente en Occidente, está intrínsecamente conectada con ella; la Ilíada y la Odisea de Homero para comprender el mundo de la Antigua Grecia, su mitología y su cultura; La enseñanza de Buda, seguida por La Divina Comedia de Dante para sumergirse en el mundo medieval, y Fausto de Goethe para comprender el movimiento romántico. Recomendaría libros de Víctor Hugo, Alexandre Dumas (tanto padre como hijo), Zola, Eugène Sue, Balzac, Flaubert, Quevedo, Cervantes, Gógol, Pushkin, Tolstói, Dostoievski, Chéjov, Bulgakov, Novalis, Shamiso, Ruckert, Hölderlin, Richter, Hoffmann, Mishima, Soseki, Kawabata...la lista podría continuar eternamente. También me gustan los Cuentos de tiempos antiguos de la autora croata Ivana Brlic Mazuranic, que relaciono con las Baladas de Chopin y las obras de Mussorgski.
¿Ha visto la película TAR?
No he tenido la oportunidad de verla aún, pero entiendo que es una película aclamada, con actores de calidad y una historia interesante. Hace tiempo que decidí distanciarme de películas que abordan la música clásica, la vida de compositores o intérpretes. Muchas de estas películas, dirigidas a un público general y amplio (en búsqueda de beneficios), distorsionan o ajustan los hechos sobre la música y los músicos, generando, en el mejor de los casos, malentendidos y, en el peor, falsificaciones. Algunas son lamentablemente tan absurdas que me han causado vergüenza viéndolas. Incluso cuando una película está bien realizada (como, por ejemplo, Amadeus de Miloš Forman), la cantidad de hechos erróneos es sorprendente. En este caso, Mozart es presentado (para servir a la historia) como alguien con habilidades limitadas pero con un talento natural otorgado por Dios, que él mismo no comprende completamente, pero que de alguna manera mágica le llega. La representación de su relación con Salieri es completamente falsa, y por lo tanto, el genio de sensibilidad e inteligencia que realmente poseía Mozart se presenta al público de una manera muy distorsionada. ¿Y qué decir de Paganini con Klaus Kinski?
«Los libros que despiertan un particular deleite en mí, los leo una y otra vez, hasta interiorizarlos y memorizarlos»
¿Qué es, para Kemal Gekic, lo más importante en la vida?
Lo más importante es no perder el propio ser, la propio alma. Somos testigos y participantes de la creación misteriosa del mundo, tanto en su maravilla como en su horror, y debemos recordarlo siempre y ponerlo en la perspectiva adecuada.
¿Qué es para usted la amistad? ¿Y el amor?
La amistad es un regalo muy preciado, un hermoso enriquecimiento de la vida que nos fortalece. Surge del aprecio hacia el otro y del reconocimiento de sus buenas cualidades. Los seres humanos son seres sociales y la amistad tiene un gran significado. Es fundamental ser comprensivo y perdonar, tal como nos gustaría ser comprendidos y perdonados a nosotros mismos. Ser demasiado críticos puede ser perjudicial. Mi sentimiento personal se asemeja más a una fraternidad que a una amistad. Una buena amistad implica compartir una parte de la vida, brindar apoyo y dedicación. El amor se erige como el más sublime fenómeno en la existencia. Se despliegan múltiples formas de amor, cada una portadora de belleza singular. El amor se revela como una fuerza vital, el origen primigenio de toda bondad.
Algunas de sus versiones son sorprendentemente originales, por ejemplo su versión el Estudio nº 12, op. 25 de Chopin. ¿Cuando usted toca, lo hace de manera instintiva o se enfrenta conscientemente a otras versiones? ¿O ambas cosas?
Experimento la interpretación de otros músicos como algo que no está directamente conectado conmigo; es su propio camino de vida y, en consecuencia, no puedo reaccionar o «confrontar» algo que realmente no está relacionado con la mía. Siento que cada persona, en la vida y en el arte, tiene su propio destino único, tanto para bien como para mal. Diferentes caminos suelen cruzarse, pero rara vez avanzan juntos en la misma dirección. Considero a mis colegas como mis hermanos, dado que todos estamos atraídos y dedicados a la belleza del arte. Con el respeto hacia los demás, mantengo mi propia visión. Mis inspiraciones provienen de lo más profundo de mi propia percepción e imaginación, procesadas a través de mi conocimiento cultural.
La composición específica en cuestión, el Estudio op.25 nº 12 de Chopin, es una de las obras que siempre me ha conmovido profundamente. Nunca pude identificarme con su apodo «estudio del océano», que me parece bastante simplista, y basado principalmente en el hecho de que los pasajes del estudio suben y bajan por el teclado (lo mismo ocurre en el op.10 números 1,2,4,8,9,10 y op.25 núm. 5 parcialmente, núm. 6 parcialmente, 8 parcialmente, 10 y 11). Además, esto implicaría un Chopin interesado en música pictórica descriptiva, lo que ciertamente no fue el caso, y su experiencia «oceánica» no fue particularmente rica ni afortunada: aparte de su infeliz viaje a Mallorca, no tuvo experiencia con el mar. Siento que la inspiración para esta obra proviene de una fuente completamente distinta - de los «primos» de este estudio, todos compartiendo la tonalidad en do menor: Nocturno op.48 no 1, Preludio op. 28 no 20, Polonesa op.40, y todos evocando un sentimiento particular: una pérdida trágica y una grandeza póstuma, héroes caídos en defensa de la patria. El tema principal tiene parentesco con la figura de B-A-C-H, o con el tema del Preludio, coral y fuga de Cesar Franck, los cuales implican una forma de cruz.
El tema comienza con la voz de tenor, a la que se une la voz de soprano en los compases 7 y 8, que en continuación van juntas formando un coral que resuena en el enorme espacio de una catedral. La figuración en los compases 7 y 8 contiene un pasaje cromático que podría provenir directamente de la Crucifixión de la Misa en si menor de Bach. La armonía en el compás 6 podría haber servido como gran inspiración para Rachmaninoff, y el do mayor que aparece dos veces durante la obra no suena de ninguna manera ni feliz ni positivo. Nunca antes el do mayor había tenido una atmósfera tan trágica.
Años después de grabar este estudio, encontré una edición de los estudios publicada por Arthur Friedheim, y en su edición encontré un voicing muy similar al mío. Friedheim fue alumno de Liszt, quien tuvo muchas oportunidades de escuchar a Chopin tocar su música. Es posible que la tradición viniera directamente de Chopin mismo, a través de Liszt y Friedheim. Sentí entonces que mi interpretación fue justificada tanto por mi sentimiento instintivo como por fuentes históricas
¿Cuál es el mensaje musical de Kemal Gekic?
El significado de la música no reside en la repetición eterna de fórmulas y procesos predecibles ya bien conocidos y calcificados. Más bien, es una celebración del misterio de la creación del mundo, una celebración de lo milagroso, bello y trascendente, que se expresa a través de una visión y expresión personales. La música es un portal hacia otros mundos, nos conduce a metamorfosis físicas, mentales y emocionales, trayéndonos de regreso a este mundo. El aferrarse excesivamente a este mundo (impregnado de miedo, vergüenza, ego y vanidad), deshabilita el funcionamiento del portal. Por lo tanto, debemos ser fieles a nuestra esencia y valientes en nuestra autenticidad.
Haga un análisis del mundo de la música actual y, en general, del mundo.
El mundo nunca antes había alcanzado el acceso a tanta información musical. Se han descubierto, grabado e interpretado tantas obras de autores conocidos y desconocidos. A través de internet tenemos a nuestro alcance la música de África, India, China, música del Antiguo Egipto, música de la Antigua Grecia, música romana, música medieval, música renacentista, barroca, clásica, romántica, música del siglo XX, jazz, pop, rock, punk, hip-hop, heavy metal, prácticamente cualquier música imaginable está a nuestra disposición, junto con todo lo demás. Las escuelas nacionales están casi completamente eliminadas y el mundo avanza hacia nuevos estilos sintéticos que podrían ser más universales e internacionales. En otras áreas, la gente definitivamente está volviéndose más consciente y mejor informada. Por otro lado, los intentos de controlar la información y la cantidad de pura desinformación también están en aumento. La brecha entre ricos y pobres se está ampliando en todos los países y la corrupción se está convirtiendo en el problema principal a nivel mundial. Las antiguas estructuras de seguridad se están desmoronando, y nos están empujando más cerca del conflicto nuclear y de una catástrofe ecológica. No obstante, sostengo la creencia de que nuestros problemas son como el sarampión, una enfermedad infantil, y confío en que seremos capaces de superarlos. El mundo está evolucionando y progresando a una velocidad desconcertante, hacia una realidad diferente a medida que nuestra comprensión de esta situación evoluciona, y la cantidad de cambios positivos supera ampliamente los aspectos negativos del momento. Esta es mi convicción.
«La música es una celebración del misterio de la creación del mundo, una celebración de lo milagroso, bello y trascendente, que se expresa a través de una visión y expresión personales»
«El mundo está evolucionando y progresando a una velocidad desconcertante, hacia una realidad diferente a medida que nuestra comprensión de esta situación evoluciona, y la cantidad de cambios positivos supera ampliamente los aspectos negativos del momento»
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