¿Cuando un intérprete deja de ser una joven promesa para convertirse en un profesional reconocido?
Bueno, en realidad eso lo tienen que decir los demás. Yo ahora mismo me siento joven, porque soy joven, y espero que este momento de mi carrera no sea más que el principio. Quiero evolucionar, quiero aprender, y no me planteo si he llegado no a ese punto en el que uno deja de ser una joven promesa. Yo quiero hacer del piano mi vida y por eso entiendo que mi relación con este instrumento se medirá a largo plazo.
¿No le molesta entonces el cliché recurrente de la joven pianista que viste en vaqueros?
No me molesta que subrayen mi juventud, porque es una realidad. Es también cierto que en los últimos años mi carrera ha ido en ascenso, he tenido estupendas oportunidades tanto aquí como en el extranjero, y este año tengo muchos proyectos, pero eso no quita para que de hecho yo esté empezando una carrera profesional.
¿Hay también grandes músicos detrás de estrellas mediáticas como Lang Lang o Yuja Wang? ¿O acaso es más llamativo el envoltorio que el contenido?
Yo siempre estoy a favor de la difusión internacional de la música clásica, y en ese proceso juegan un papel impagable algunas personas más mediáticas o comerciales que consiguen a veces popularizar más una música que debería llegar a todo el mundo. Además en estos casos no se trata de falsas estrellas. En el fondo hay muy buenos músicos y si ponen su talento al servicio de una campaña de marketing que se traduce en popularidad de la música clásica, bienvenido sea su papel. No creo que esa dimensión más comercial de sus carreras esté reñida, de hecho, con ser grandes profesionales, con buen criterio. Consiguen en el fondo que la música clásica esté viva. No hay que verlo con complejos. Somos músicos y tenemos que hacer nuestra música para que llegue a todo el mundo, y eso pasa por algunas fórmulas más comerciales o mediáticas.
Compartir
Aviso: el comentario no será publicado hasta que no sea validado.