Por Juan Carlos Galtier
Zaragoza. 15-V-2017. BBC Philarmonic. Stephen Hough, piano. Juanjo Mena, director. Obras de Vaughan Williams, Rachmaninov y Elgar. Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza.
Juanjo Mena y la Filarmónica de la BBC volvían a Zaragoza este lunes dentro de la XXIII Temporada de grandes conciertos de Primavera del Auditorio y lo hacían con un programa más que interesante que ratificó la sensación de que Mena está en este momento en plenitud de su facultades como músico, que disfruta mucho trabajando con la agrupación de la que es titular y que le quedan 20 o 25 años de trayectoria en la que va seguir aportando mucho a todas las orquestas con las que trabaje.
El programa ofrecía dos obras novedosas para la mayoría del público de Zaragoza junto a una más conocida pero que tampoco se escucha tanto en directo dada su tremenda complejidad. Las dos obras más “desconocidas” eras dos importantes muestras de música inglesa del pasado siglo que la orquesta demostró conocer a la perfección. Para abrir la velada sonó la obertura Las avispas de la música incidental sobre Aristófanes escrita por Ralph Vaughan Williams. Se trata de una música con tintes levemente descriptivos que requiere un nivel de virtuosismo orquestal importante que los británicos superaron sin problemas bajo la mano de un Mena que, con gesto moderado, mantiene todo bajo control primando la claridad y transparencia en el discurso orquestal que le fue a la perfección a este obra.
Después sonó la endiablada Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninov. Como decíamos, siendo una obra relativamente popular, suena poco en los conciertos y probablemente sea porque es muy difícil no solo para el pianista sino también para el director. Aquí no se trata de acompañar a un solista con pericia sino de ir construyendo con él un discurso sonoro de igual a igual en una obra plagada de trampas y cambios de ritmo que requiere máxima concentración por parte de toda la orquesta. Stephen Hough fue un intérprete ideal para esta obra porque al virtuosismo necesario le sumó la humildad de estar completamente atento a lo que venía de la batuta y la orquesta y así logró brillantez y precisión. En manos del pianista, de la orquesta y de Mena lo difícil pareció natural y entre todos pusieron en pie una estupenda versión de este obra a la que tampoco faltó la chispa de poesía y canto legato tan necesario en algunos momentos. Tras las ovaciones Hough volvió a demostrar su talla como pianista con una delicadísima interpretación de Mompou.
Y en la segunda parte llegó el turno de una sinfonía que sin duda merecería una mayor presencia en las salas de conciertos, la primera de Sir Edward Elgar, una maravillosa obra post romántica que bebe de toda la tradición europea pero sin renunciar a ese toque británico tan propio de las obras de este compositor. La interpretación de Mena al frente de los filarmónicos de la BBC fue de referencia, jugando con una gran inteligencia con los planos sonoros y sacándole todo el jugo a una sinfonía grande y nada sencilla de sostener. Quizás el gran momento de la sinfonía fue el tercer movimiento donde las cuerdas cantaron con delicadeza la melodía de Elgar y lograron un momento de comunión con el público de esos que se notan por el silencio intenso que provocan en la sala. En general toda la orquesta se demostró en este concierto como un conjunto de una solvencia inatacable y Mena ratificó así que no hay repertorio que se le resista y que probablemente es el director español mas interesante del momento. Como regalo al público orquesta y director reivindicaron otra de sus facetas en las que están haciendo una grandísima labor: interpretar y grabar de modo óptimo el gran repertorio español para orquesta. La interpretación de la tercera de las Danzas Fantásticas de Turina sirvió para recordarnos que dentro de unas décadas la BBC Philarmonic y Juanjo Mena serán considerados también una auténtica referencia en la grabación del repertorio orquestal español, ahí es nada.
Compartir