Una entrevista de Ruth Prieto
El 14 de Junio del 2018 en la Villa Médicis en Roma y como compositor residente, el creador peruano Juan Arroyo, instalado en París desde hace años nos propone el estreno de Smaqra II y Smaqra III como continuación de su primer cuarteto híbrido encargo del Centro Henri Pousseur en 2015. Desde entonces se han jalonado estrenos en distintos países y la admiración hacia un compositor que investiga a través de un proceso creativo complejo, con el propósito de revelar la naturaleza evocadora e irracional del sonido que muchas veces se encuentra donde no lo esperamos.
El 14 de Junio del 2018 en la Villa Médicis tendrá lugar el estreno SMAQRA II y III ¿Qué puede comentarnos de este estreno?
Estoy muy contento de poder estrenar estas dos nuevas piezas en la Villa Médicis y por el magnífico Cuarteto Tana. Cuando hace más de un año recibí un mail de Monique Vialadieu, actual directora del Centro Art Zoyd, encargándome la escritura de un nuevo cuarteto híbrido, no dudé un segundo en aceptarlo. Este encargo significaba la culminación de un proyecto que comenzó en el año 2015 con el estreno de Smaqra I, por encargo del Centro Henri Pousseur e interpretado por el cuarteto Tana. Desde entonces la primera pieza del ciclo Smaqra se tocó en varios países del mundo y el 14 de Junio próximo tendremos la dicha de poder tocarla por primera vez en Italia estrenando el ciclo entero.
¿Cómo ha sido el proceso creativo de esta obra?
El proceso creativo de la obra ha sido muy arduo. A fin de poder desarrollar muchas partes de la obra he acudido a la experimentación directa con los instrumentos, improvisando con ellos, grabando extractos, construyendo maquetas en ciertas secciones, dosificando los tratamientos en tiempo real, escribiendo al papel varios pasajes. En muchas ocasiones he construido la pieza como una pieza electrónica, descubriendo y administrando la forma según la vida propia que se manifestaba en el material sonoro utilizado, y en otras como una pieza instrumental acudiendo a estructuras abstractas. Para la escritura de Smaqra II y III el Centro Art Zoyd me brindo la posibilidad de tener una semana de trabajo en sus estudios, con el apoyo de Oudom Southammavong, realizador en informática musical.
El programa del concierto que usted ha diseñado además de su obra incluye el cuarteto con electrónica de Fausto Romitelli y el cuarteto de Claude Debussy. ¿Cuál es el hilo conductor de este programa?
El hilo conductor del programa de concierto es el juego de máscaras. Tanto en la música de Claude Debussy como en la de Fausto Romitelli, la necesidad de transformar las cualidades de referencia o de causalidad de los instrumentos está muy presente en ambas obras. A su vez, este juego de máscaras ha inspirado mucho mi trabajo de composición, llevándome a reflexionar sobre las diferentes maneras de deformar la audición causal a través de las técnicas de hibridación sonora. En el marco del centenario de la muerte de Claude Debussy, quien fue también artista en residencia en la Villa Médicis entre 1885 y 1887, me pareció fundamental poder rendirle homenaje en este lugar histórico y que incita a la creación artística.
Este estreno forma parte de su estancia en la Villa Médicis donde este año está de compositor residente, ¿cómo ha sido esta experiencia?
Mi experiencia en Italia ha sido muy positiva. Gracias a esta residencia en la Villa Médicis y a todas las comodidades que ella pone a disposición de sus artistas, he podido concretar la escritura de varias piezas, entre las cuales figuran: Sospeso, encargo del dúo XAMP, para dos acordeones microtonales; Seliox, encargo de Radio France, para saxofón barítono y violonchelo, dedicado al dúo Denisov; Saturnian Songs, para Tanacello y ensemble, dedicado a Jeanne Maisonhaute; Listen to me (I’m not yours, I’m with you), instalación sonora para tres instrumentos autómatas, para la muestra Take me (I’m yours) de la Villa Médicis; Sayanatasqa, en la versión para TanaViolin, dedicada a Antoine Maisonhaute; y Smaqra II y III, encargo del Centro ArtZoyd. Además esta residencia me ha permitido tener el honor de ser invitado para dar varias conferencias sobre mi trabajo artístico en el Conservatorio di Musica Santa Cecilia, en Roma, y en el Festival ENSEMS en Valencia.
Se habla mucho últimamente del Realismo Sonoro Mágico de Juan Arroyo, ¿qué es eso del realismo sonoro mágico en música?
Bueno, me parece que es un quasi oxymoron que representa muy bien mi manera de encarar la creación musical. Más que como una corriente estética lo veo como una actitud frente a la realidad. Naturalmente, la influencia de una cierta literatura latinoamericana, representada entre otros por grandes autores como Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier o Mario Vargas Llosa, me ha conducido a cultivar el amor a la belleza por lo inusual, a escribir no solo con lo que pienso sino también con lo que escucho
Usted ha creado también los instrumentos híbridos, ¿qué es un instrumento híbrido y cómo suena?, ¿cuál es la diferencia con un instrumento tradicional?
Inspirado por las exploraciones realizadas por Adrien Mamou-Mani (Acústico-investigador en el IRCAM) en el ámbito de los instrumentos aumentados, me interesé en la construcción de los llamados instrumentos "híbridos". Estos son instrumentos clásicos que tienen la capacidad de proyectar tratamientos y sonidos electrónicos por sí mismos. Esta novedad nos ofrece la posibilidad de volver a tejer el vínculo entre la causalidad del sonido y su difusión, coloca al intérprete de nuevo en el centro de la gestión del resultado del sonido y también permite contemplar conciertos mixtos en lugares no equipados que ofrecen la posibilidad de una mayor difusión. En definitiva esta nueva lotería instrumental abre un abanico de posibilidades, un terreno fértil para la exploración de nuevas formas de expresión sonora.
Hay otro concierto el 19 de junio con otra obra para violín híbrido que forma parte de esta residencia, ¿qué nos puede comentar de esta obra?
Esta nueva pieza es una versión nueva de Saynatasqa para TanaViolin. Esta pieza se la dedico a Antoine Maisonhaute, violinista del cuarteto Tana, quien la estrenará el próximo 19 de Junio en la Fundación Scelsi, en Roma. Este concierto ha sido co-organizado entre La Villa Médicis, la Fondation Scelsi y el Ensemble Regards. En esta pieza también exploro las posibilidades de enmascaramiento sonoro, teniendo como resultado una forma parcelada a la imagen de una suite de máscaras.
Usted comenzó su andadura como compositor en Lima, Perú, su país de origen, para luego seguir en Francia, en Burdeos y en París. ¿Cómo ha sido esta trayectoria hasta llegar al prestigioso IRCAM?
Habiendo nacido en 1981 en Lima, Perú, de una madre bióloga y de un padre sociólogo, ambos profesores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Comencé mi formación artística desde muy joven en la Escuela Francesa André Malraux de Lima y luego en el Conservatorio Nacional de Música del Perú. En el 2004, impulsado por la necesidad de desarrollarme artísticamente, por la falta de perspectivas en mi país de origen, y el deseo de conocer a una sociedad ideal y diferente de la sociedad peruana que salía de 20 años de conflicto interno, de la crisis económica y de 10 años de dictadura, opté por continuar mi formación artística en Francia. Desde que llegué a Europa trabajé mucho para poder sustentar mis estudios y progresar en la adquisición de conocimientos musicales. Las condiciones de estudio en el Conservatorio de Burdeos y en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de Paris; los encuentros e intercambios con otros artistas en la Casa de Velázquez y en la Villa Médicis, la abundancia de proyectos musicales en la fértil escena Europea han contribuido sin duda alguna en mi desarrollo artístico.
El año pasado fue compositor residente en La Casa de Velázquez en Madrid y este año en la Villa Médicis, ¿qué le han aportado estas experiencias? ¿Son importantes las residencias para un compositor?
Para mí las residencias en la Casa de Velázquez y en la Villa Medici han sido muy importantes. Ellas me han permitido trabajar con músicos españoles e italianos muy talentosos, desarrollando proyectos artísticos en España e Italia, creando nuevas piezas y teniendo condiciones magníficas para la reflexión artística. También he podido conocer mejor la cultura de esos dos maravillosos países, integrando en mi escritura elementos de sus músicas, afianzando mis conocimientos históricos y por ende enriqueciendo mi bagage cultural, pero sobre todo, estas experiencias de vida me han permitido crear muchos lazos de amistad.
Es usted miembro de la Academia de Bellas Artes de Francia en Roma, ¿cómo vive este reconocimiento?
Vivo este reconocimiento con mucha humildad. Para mí no son importantes los galardones ni los diplomas sino más bien las experiencias de vida que uno va cultivando a lo largo de la vida y que nos permiten crecer como personas.
Sus preocupaciones estéticas lo han llevado a explorar los sonidos complejos provenientes de su lengua materna y a interesarse por las escalas de los instrumentos precolombinos. ¿Cómo se traduce en su obra este mestizaje cultural?
El interés que tengo por el mestizaje cultural se traduce en mi música a través de la hibridación sonora. Una de las cosas que más me apasionan en la composición musical es la creación de nuevas singularidades sonoras a través de la intersección de dos o más timbres, gestos o espacios. Además la adquisición en Europa de conocimientos en informática musical me ha permitido proseguir mi trabajo de escritura de obras basadas en rituales latinoamericanos, con bastante objetividad.
En su biografía he leído “Su sonido busca revelar la naturaleza evocadora e irracional de su sustancia, en una exploración constante y profunda” ¿qué tiene de evocador e irracional su música?
Intento hacer que la música nos revele una naturaleza evocadora e irracional porque el sonido se encuentra donde no lo esperamos. Mi objetivo estético es lograr trastocar las cualidades sonoras del instrumento que produce el sonido para crear una nueva realidad sonora. Esto lo consigo deformando la naturaleza del sonido en el gesto, en el timbre y en el espacio.
Foto: Manfredi Gioacchini de la Villa Médicis
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