Crítica del concierto de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, bajo la dirección de José Luis Gómez y con la violinista Ellinor D´Melon como solista
Jóvenes talentos
Por José Antonio Cantón
Murcia, 31-X-2024. Auditorio y Centro de Congresos ‘Víctor Villegas’. Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia (ÖSRM). Solista: Ellinor D´Melon (violín). Director: José Luis Gómez. Obras de Felix Mendelssohn y Anton Bruckner.
El segundo concierto de la vigésimo octava temporada de la ÖSRM ha estado dedicado a dos obras señeras en su particular repertorio como son el Concierto para violín y orquesta de mi menor, op. 64 de Felix Mendelssohn y la Cuarta Sinfonía, «Romántica» de Anton Bruckner, compositor del que este año se cumple el bicentenario de su nacimiento. Para tal ocasión la orquesta ha contado con dos intérpretes de creciente proyección artística como vienen acreditando la violinista Ellinor D´Melon, nacida en Jamaica, destacadísima intérprete formada entre 2010 y 2024 en la Cátedra de Violín de la Escuela Superior de Música Reina Sofía de la Fundación Albéniz, y el maestro español de origen venezolano José Luis Gómez, músico de sólida formación y una carrera de acreditada experiencia en el panorama internacional.
Con una lectura precisa, un concepto claro y manifiesta expresividad, ambos se adentraron en la interpretación de la famosa obra concertante del compositor alemán con un alto grado de convención mutua en el modo de discurrir el primer movimiento, en el que destacó el que asumieran esa ambivalencia clásica y romántica que lo anima, sobresaliendo la solista en la ejecución de la cadencia, pasaje en el que reafirmó su capacidad virtuosística de modo brillante. El director concertó siempre dejando que Ellinor D'Melon llevara la iniciativa conduciendo la orquesta con eficaz cinética lo que favorecía el desarrollo de la obra, como se pudo apreciar en el modo de realzar la naturaleza cantábile del segundo movimiento, un Andante en el que el diálogo de ambos elementos concertantes adquirió visos de sublimación expresiva, resultando uno de los momentos más destacados de la velada por la riqueza de matices y la muy lograda interacción discursiva hasta su diluido final. La creciente alegría que el autor propone en el tercer movimiento, se manifestó con gran vitalidad por los dos protagonistas, lo que propició un mayor esclarecimiento en el sonido de la orquesta de modo acentuado en el viento madera que recordaba el tratamiento que Mozart daba a esta sección como elemento de cohesión del instrumento orquestal, realzando con su voces la belleza de este concierto, todo un ejemplo de ideal romántico materializado en música.
Ante la ovación de un público plenamente identificado y satisfecho con el resultado de su ejecución, la violinista ofreció como bis el rapsódico Grave que abre la Segunda Sonata para violín solo, BWV 1003 de Johann Sebastian Bach acentuando la lentitud de su tempo, la ornamentación de su discurso y el potencial melódico que favorece su tonalidad en modo menor, dejando así patente la maestría violinística de su ser musical. Sin duda fue el instante más sobrecogedor del concierto.
En la segunda parte se ofreció una de las sinfonías más apreciadas de Bruckner, como puede derivarse de su contenido poemático que la llevó a que fuera conocida con el sobrenombre de Romántica. Atendiendo a tal premisa, José Luis Gómez dio prioridad en su lectura a este carácter, intensificó la dinámica sonora anteponiéndose a la menor dimensión de la plantilla instrumental de que disponía. De modo sucinto es necesario destacar que en el primer movimiento el metal se manifestó en toda su potencia en contraste con la cuerda que lo envolvía armónicamente. Un sucesivo sentido de marcha imprimió al segundo tiempo, destacando por su contrastado fraseo, llegando a la plenitud expositiva en el Scherzo con un elevado acento de las llamadas cinegéticas que determinaron la creciente sonoridad de la sub-sección de las trompas. Finalmente, el maestro se planteó la conclusión de la sinfonía con ese aire de solemnidad que viene a determinar el autor, controlando que no se produjera la más mínima precipitación en su discurso ante el mensaje de alegría que contiene la culminación de esta obra fundamental del catálogo sinfónico bruckneriano.
La ÖSRM ha sabido aprovechar su invitación al maestro José Luis Gómez como un eslabón fundamental en el proceso de reafirmación y crecimiento de su capacidad artística en el que está comprometida ante la próxima determinación de una nueva dirección titular que ha de presumirse acertada y fructífera.
Foto: OSRM
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