Desde la perspectiva de los 22 años de carrera, es buen momento para repasar tan importante trayectoria y recordar los comienzos.
Debuté en Noviembre de 1991 con Don Giovanni en Sabadell, aunque anteriormente había tenido ya contactos con la lírica, si bien no me había planteado realizar una carrera profesional. Por ejemplo, en diciembre de 1987 había cantado el Carmina Burana y realizado actuaciones en Mallorca, Tenerife, Pamplona.... En 1990 canté el Jorge de Marina en el Teatro Principal de Mallorca. Esto ya fue muy importante, siempre he dicho que Jorge es como un Edgardo y medio. El Don Ottavio de Sabadell fue muy positivo y contaron también conmigo para Don Pasquale. En ese momento se produce un "click" y ya interpreto La Favorita en Las Palmas, El Duque de Mantua de Rigoletto en Palma de Mallorca, Los pescadores de Perlas en el Grec de Barcelona, un concierto en Peralada y ya vino el debut en el Liceo sustituyendo a Fernando de la Mora como Lord Percy en el día del estreno, 9 de Noviembre de 1992, de Anna Bolena, junto a Edita Gruberova.
Lleva muchos años siendo el tenor español de más brillante y sólida carrera internacional. ¿Cómo se lleva esa responsabilidad dada la gran tradición tenoril española?
No me lo tomo tanto como un responsabilidad, si no como una gran satisfacción. Son muchas horas de trabajo las que le dedico a mi profesión, a la cual amo profundamente. Tengo una gran vocación y hay un gran trabajo detrás.
Porque debe quedar claro que esta profesión exige un gran sacrificio, independientemente de las cualidades que se tengan de nacimiento.
Sin duda, porque si existen unas grandes cualidades di natura, hay que "tecnificarlas". El canto, la ópera, exige un trabajo y sacrificio diario. El reciclaje está siempre latente. No te puedes relajar ni un momento, porque cuando no es el estudio de nuevas obras o ampliar repertorio, es el trabajo de seguir encauzando tu voz por el camino justo. Algo que no es fácil, porque nosotros como personas cambiamos mucho en todos los aspectos y la voz, lógicamente, también.
Va a debutar próximamente en Peralada otro papel belcantista pero que tiene una gran tradición de tenores spinto, de voces y modos heroicos pero discutible estilo, como serían Mario del Monaco y Franco Corelli. Me refiero al Pollione de Norma de Bellini, que estrenó el mítico Domenico Donzelli, considerado un baritenore, aunque también se ha dicho y escrito que Bellini pensaba en su querido Rubini.
Es un papel muy belcantista. Mucho más de lo que se piensa y estamos acostumbrados, y no sólo lo digo como tenor conocedor de este repertorio, si no también como aficionado que ha disfrutado y lo sigue haciendo de la ópera como oyente. Pasó lo mismo cuando abordé el Gualtiero de Il Pirata en vivo y la posterior grabación en estudio. Todo el mundo hablaba de Corelli (aunque no sé quién lo ha podido escuchar porque ¿Dónde está la grabación?). Escuché los registros disponibles y había un abismo con lo escrito en la partitura. Estoy contentísimo de mi trabajo con Pollione y, honestamente, pienso que va a quedar muy bien. Lo cantaré con mi voz, que todo el que me sigue y conoce sabe que ha ganado en homogeneidad y es un papel lleno de indicaciones claramente belcantistas. Estamos ante un papel tenoril que no roza ni siquiera el primo Verdi y la escritura no es tan central y grave como el Arturo di Ravenstel de La Straniera del propio Bellini.
Usted ha sido y sigue siendo un gran paladín de la zarzuela y con una importante particularidad, porque no se ha limitado a cantar romanzas y dúos en los conciertos y recitales como han hecho, en mayor o menor medida, todos los cantantes españoles, si no que ha interpretado varias obras completas en teatro.
He cantado Fernando de Doña Francisquita, Javier de Luisa Fernanda, Leonardo de La Bruja, Leandro de La tabernera del puerto, el Rubio en Cádiz y otras que vendrán y no ha habido más por problemas de agenda. Mi dedicación es la misma hacia la ópera que hacia La Zarzuela. Mi debut en Madrid fue con Nemorino en el Teatro Real y unos meses después con el Fernando de Francisquita, que he cantado en otras dos series más de funciones en el Teatro de La Zarzuela, es decir dos series con la producción de Sagi y una con la nueva de Olmos. Por ello siempre digo con orgullo que pude debutar en Madrid en los dos teatros principales el mismo año. Hay nuevos proyectos de zarzuela, pero como digo siempre hay que tratar al género con el máximo nivel y presentarlo en las mejores condiciones. Siempre he reclamado y hace ya años que se va en esa dirección, que se de el mismo trato en cuanto a exigencia de las mejores condiciones en todos los aspectos, a una producción de zarzuela que de opera. Hay que defenderla bien y desde esa perspectiva tener no ya el interés, sino la necesidad de exportar nuestro género lírico. Estuve recientemente en Hong Kong en tournèe con el Teatro San Carlo interpretando Traviata y allí hablamos con la dirección artística de la posibilidad de llevar zarzuela.
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