El barítono español José Antonio López participa en la Lucia di Lammermoor de Donizetti que el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera programa los próximos días 29 y 31 de mayo, bajo la dirección musical de Carlos Aragón y escénica de Francisco López.
¿Cómo ha sido su experiencia en el De lo humano… y divino en el Teatro de la Zarzuela?
Fue una función estupenda y muy intensa, con un montaje de alrededor de hora y media sin pausas y una música bellísima. La propuesta escénica a unos les ha parecido una cosa y a otros, otra. Personalmente me he sentido muy gusto con la experiencia.
No hay muchas grabaciones suyas en Internet. ¿No le importan este tipo de cosas, ahora que está tan de moda cuidar la imagen de los cantantes?
Hasta ahora no he considerado oportuno ponerme con ello porque, además, el tiempo y esfuerzo necesario para que todos esos aspectos se hagan con la suficiente calidad con considerables, y ahora mismo empleo todo mi tiempo en estudiar. Por supuesto, tengo más grabaciones que las que aparece en Internet, pero considero que no tienen la calidad suficiente de imagen y sonido, ya que han sido grabadas en conciertos y ensayos puntuales.
Hábleme de su formación
Estoy implicado en el mundo de la música desde muy pequeño. Empecé como clarinetista. En realidad estudié bastantes instrumentos, entre ellos el piano, la flauta, el saxo pero, de forma reglada, únicamente clarinete y piano. Después me interesé por la pedagogía musical, que me llevó hasta Hungría para familiarizarme con el método Kodaly.
¿Cuándo llega el canto a su vida?
En general, toda mi carrera estaba enfocada hacia la música en general y, llegado el momento, empecé a cantar un poco por casualidad. En su día me había salido de los estudios oficiales del conservatorio, para poder examinarme de determinadas materias y, cuando quise volver a estudiar de forma oficial, era complicado. Una de las vías que encontré fue a través del canto, dentro del Conservatorio de Murcia.
¿Qué profesores han sido importantes?
En el conservatorio comencé a estudiar con profesores que ya estaban a punto de jubilarse. No veía el canto como algo especial, sino como algo más bien lejano. En un segundo momento ya tomé la decisión de tomármelo en serio y, un amigo, me recomendó tomar clase con la profesora Ana Luisa Chova. Tenía una calidad que se adecuaba totalmente a mí y era exactamente lo que estaba buscando. Se puede decir que ella ha sido mi única profesora de canto, una maestra muy abierta a cualquier tipo de reflexión que pudiera hacer por mi parte. Ana Luisa Chova ha sido quien me ha formado y quien me ha permitido terminar la carrera para poder empezar a trabajar.
¿Qué opinión le merece la figura del representante?
En lo que a mí respecta...
Foto: Igor Cortadellas
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