Crítica de la Final del 65 Concurso Internacional de Piano «Premio Jaén»
Prevaleció el sentir romántico
Por José Antonio Cantón
Jaén, 13-IV-2024. Teatro Infanta Leonor. Final del 65 Concurso Internacional de Piano ‘Premio Jaén’. Pianistas concursantes: Jooyeon Ka, Roberto Rumenov Iliev y Deren Wang. Orquesta Filarmónica de Málaga. Director: Salvador Vázquez. Obras de Frédéric Chopin, Sergéi Prokófiev y Sergéi Rachmáninov.
El Concurso Internacional de Piano ‘Premio Jaén’ ha mantenido su relevancia cultural a lo largo de más de seis décadas patrocinado con especial acierto por la Diputación Provincial de Jaén, institución que ha sabido entender y atender su trascendencia tanto en el ámbito regional como en el nacional. Con una inscripción inicial de casi un centenar de participantes de más de una veintena de países, el Concurso ha alcanzado una de sus mejores pruebas finales de las habidas en los últimos tres lustros, con magníficas interpretaciones de los pianistas que han conseguido llegar a tal fase decisiva del certamen con la interpretación de tres obras señeras del repertorio concertante, que han sido complementadas con una de las actuaciones orquestales más significativas de los últimos años a cargo de la Orquesta Filarmónica de Málaga bajo la batuta del maestro malagueño Salvador Vázquez, recientemente nombrado titular de la Orquesta de Córdoba y uno de los directores españoles más reconocidos y valorados de su generación.
La velada se inició con el admirado Segundo concierto en do menor, op.18 de Sergéi Rachmáninov a cargo del pianista chino Deren Wang que llamó la atención por la serenidad del tempo adoptado desde los sobrecogedores acordes iniciales. Su comprensión de la estructura del primer movimiento generó una sensación en el oyente que predisponía a su disfrute, de manera especial el segundo tema, una de las melodías más atractivas del compositor. La brillantez con la que expuso la coda que cierra este moderado tiempo, reafirmaba cómo este pianista sabe equilibrar musicalidad y técnica en un elevado grado de virtuosismo. En la lectura del Adagio volvía a manifestar sus mejores cualidades al teclado, distinguiendo con especial claridad ornamentación, articulación y fraseo, aptitudes esenciales en todo aquel que se comprometa con la recreación, entendidos como factores necesarios expresividad. En su pequeña cadencia supo graduar los niveles dinámicos con especial distinción, predisponiendo al emocionante final del movimiento en el que solista y orquesta alcanzaron una excelente conjunción. Con manifiesta tensión ejecutó la primera parte del Allegro scherzando final antes de demostrar su capacidad de canto en esa melodía que se hizo famosa al formar parte banda sonora del magistral film de David Lean realizado en 1945, Brief encounter, que tanto agrada siempre su escucha. El listón quedaba bien alto para la concursante que le sucedía en el programa. El tercer puesto logrado por Deren Wang con esta actuación parece poco para los méritos acreditados por este pianista proyectado consolidar una carrera muy interesante.
Fue la coreana Jooyeon Ka la que, con la significación de haber sido clasificada dos veces, 2015 y 2020, para la ronda principal del muy prestigioso Concurso Internacional Chopin de Varsovia, la que se presentaba con el Segundo concierto en fa menor op. 21 del gran compositor polaco. Ganó el primer premio con una lectura muy académica, seguramente transmitida por su maestro, el insigne pianista francés Jacques Rouvier, presente en la sala. Se adentró en la obra con destacada impronta romántica, siendo fiel a los postulados que marca el compositor, entre los que hay que destacar los asumidos por la orquesta, que realzó desde las indicaciones del maestro Vázquez lo limitado del tratamiento en instrumentación de esta obra, pensada exclusivamente para el lucimiento del solista. Las claves expresivas de Chopin, como uno de los compositores para piano más grandes de su época, que nunca hubiera permitido que su instrumento quedara en un segundo lugar, fueron siempre respetadas por ambos elementos concertantes lo que dejaba una sensación idónea en los melómanos que prefieran el sentir romántico a las sonoridades de otras estéticas más arriesgadas.
Esta apreciación se cumplió con el último concursante; el búlgaro Roberto Rumenov Iliev, que eligió el retador Tercer Concierto en do, op. 26 de Sergéi Prokófiev. Desarrollando un protagonismo determinante desde su entrada, después del enunciado armónico de los dos clarinetes, se hizo con la obra de una manera realmente apabullante, dominando su discurso con una admirable contundencia de mecanismo que en ningún momento llegó a esa estridencia percusiva a la que es tan proclive la interpretación de este concierto. Sin perder elocuencia en los pasajes líricos, ni densidad polifónica ni capacidad rítmica, mantuvo siempre una inteligencia armónica realmente admirable que le permitía en todo momento descubrir con sentido los intrincados y complicados secretos musicales de enfant terrible propios de este genio de la gran instrumentación bien integrada que fue Prokófiev.
Desde que asisto asiduamente a la fase final de este concurso, hace ya más de quince años, nunca había visto y escuchado tal dominio por parte de un pianista mandando en la obra con una tan sólida introyección de su concepto. La ovación fue monumental, lo que le llevó a conseguir el Premio de Público más que merecidamente. Finalmente quedó segundo en el certamen. Las distintas pruebas clasificatorias han debido pesar lógicamente en el criterio del jurado.
Por calidad y número de participantes, asistencia de público en las distintas fases y organización, esta edición del ‘Premio Jaén’, ha acreditado con creces la importancia artística entre los distintos certámenes internacionales en su clase que se celebran en España.
Foto: Premio Jaén
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