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JESÚS HERRERA: «Han sido tres años tan intensos que no me parecen insuficientes»

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Autor: Agustín Achúcarro
14 de abril de 2024

Jesús Herrera, director artístico de la Sinfónica de Castilla y León, habla en Codalario tras anunciar que deja la institución

Jesús Herrera

JESUS HERRERA: «Tres años en la Dirección Artística de una orquesta es relativamente poco, pero han sido tan intensos que no me parecen insuficientes» 


Una entrevista de Agustín Achúcarro | Foto: Liz Isles
Jesús Mª Herrera Moreno llegó en 2021 a Castilla y León para hacerse con la Dirección Artística de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León sin hacer mucho ruido. Tras conseguir una serie de resultados evidentes, por más que en ciertos ambientes se rumoreaba su marcha de la orquesta desde hace meses, el conocer oficialmente la noticia un miércoles y saber que el viernes se iría, levantó algunas suspicacias. Algo que, entre otras cosas, sucedió debido posiblemente a que por su labor se había hecho un hueco importante y costaba aceptar que se fuera. Ahora, como hizo a su llegada para este medio, en una entrevista que supuso una carta de presentación, reflexiona sobre los motivos por los que se va, así como acerca de la labor que ha realizado, lo que deja hecho y lo que deja por hacer.  

En 2021 fue nombrado Director Artístico de la OSCyL y en entrevista realizada a Codalario, en aquellas fechas, destacó que incidiría en «la comprensión de su proyecto» y en «cómo desarrollarlo» 

Cuando llegué no quería imponer ideas, que me parecían buenas, de forma totalmente subjetiva, sino que antes tenía que conocer muy bien la realidad, pues es una responsabilidad muy grande gestionar una institución pública financiada por los ciudadanos de la Comunidad más extensa de España, y una de las más grandes de Europa, con todo lo que ello conlleva. Durante estos tres años de trabajo en la orquesta he descubierto un montón de cosas sobre la realidad de Castilla y León y sigo descubriéndolas. Esta orquesta, además de tener su sede donde realiza una temporada estable, representa el modelo internacional de orquestas con un punto de vista de público de abono, se debe a su Comunidad y debe saber qué interesa.  Así que, mi forma de trabajar se basa en que primero observo, luego reflexiono y después implemento ideas, no solamente en base al servicio público de la orquesta, sino también en relación al personal. En el caso concreto de los músicos, ellos tienen una sensibilidad muy particular y hay que ver qué tipo de cosas les motiva, escucharles, observarles y ver qué es lo que va a sacar de ellos el máximo rendimiento, hay que tener empatía con todos.

 ¿Por qué deja la dirección artística de la OSCyL? 

La razón es bastante sencilla y hay unos motivos que son bastante claros. El punto más importante es mi vida personal, porque mi pareja vive en Londres y llevamos cuatro años viviendo en sitios diferentes. En segundo lugar, en relación a mi labor, he podido dejar bastantes cosas cerradas. El otro día se anunció nuestra participación, el siete de octubre próximo, en el ciclo ProArte de la Elbphilarmonie de Hamburgo y también hemos cerrado las condiciones para un nuevo contrato discográfico con Signum. A esto se añade el que han quedado ciertas cosas atadas, que garantizan que de aquí a 2027 la orquesta va a estar jugando en otra liga completamente diferente. Por lo que, si en este momento yo lo dejo, la carretera está construida y tienen por donde seguir.

Sí, pero ¿por qué se va sin esperar a que finalice esta temporada?

La dejo sin terminar porque en mi nuevo trabajo tengo un proyecto enorme que necesita que me incorpore ya, y de no hacerlo lo perdería. Propuse trabajar a jornada reducida aquí y allí hasta que se incorporase el nuevo Director Artístico, pero por temas burocráticos no se ha podido realizar. Desde la Fundación Siglo, hasta última hora, han intentado todas las maneras posibles para solucionarlo y al final hemos visto que no sería posible esa compatibilidad.

A esto se añade el que a mí me gusta trabajar por todo el mundo y vuelvo a Intermusica, que es una de las agencias más importantes, que hace proyectos a gran escala en todos los continentes, por lo que va a ser un paso muy importante en mi carrera. Desde la agencia podré ayudar a que se haga justicia con las orquestas españolas, no solo la OSCyL, sino aquellas que se lo merezcan, pues son maravillosas y quizá no tengan la proyección que se merecen. 

¿Se puede producir un vacío hasta que llegue el nuevo director artístico? 

Thierry Fischer, el director musical, y yo, nos hemos involucrad o para hacer una búsqueda de una persona que no solamente sea excelente en la gestión, sino que a nivel mundial tenga el respeto suficiente como para poder culminar todo lo que hemos iniciado. Para que no se considere a la OSCyL exclusivamente una maravillosa orquesta regional, que es una de las líderes de España, sino que dentro del panorama internacional sea una de las orquestas conocida y respetada. Creemos que hemos podido encontrar a esa posible persona, lo que pasa es que todavía tiene que formalizarse.  No todo está tan atado como querría, pero parece que no queda mal. Además, se ha incorporado gente nueva al equipo administrativo, que viene con muchas ganas.   

Enumérenos aquello que se propuso y consiguió y lo que no llegó a hacer, como el nombramiento del concertino

 En el caso del tema del concertino titular, me alegra el mencionarlo, porque si uno escucha el sonido actual de la orquesta se da cuenta de la gran diferencia que hay. Si tuviésemos una persona o dos que, más allá de cuando dirija Thierry, pudieran seguir el resto de los conciertos, con esa complicidad, trabajando y consolidando la amplitud en el abanico de colores y el sonido, eso permitiría llegar a la orquesta aún más allá. Además de haber conseguido lo del concertino me hubiera gustado reforzar más la estrategia de comunicación y marketing, que el elemento visual de la orquesta se fortalezca más.

De entre las cosas que se han hecho está la creación de la OSCyL Joven, el record de abonos completos, el modelo de Residencias Artísticas, que permiten ir incorporando compositores y nuevas composiciones. Porque con eso también se consigue que la orquesta pueda participar en proyectos internacionales, a gran escala. Hace que una determinada figura -este año Anna Clyne- consiga que a través de ella el público vaya comprendiendo, aproximándose a una estética. Se han reforzado los abonos de proximidad, y por fin se ha reestructurado el Proyecto Miradas, que ha sido dificilísimo. El otro día tuvimos un concierto precioso con más de doscientos cincuenta niños en el escenario. Y luego están las giras, con lo que significa haber podido tocar en el Concertgewoub de Ámsterdam y en la ciudad noruega de Stavanger. El curso que viene se irá a Hamburgo y a otros sitios, que se irán anunciando. Y estas colaboraciones en el extranjero no son hechos aislados, sino que existe una continuidad.  En las últimas semanas he conseguido incorporar al equipo personal de nivel, que sé que lo van a hacer muy bien, por lo que creo que el proyecto queda bien encarrilado.

Y por supuesto, quiero señalar al equipo artístico con Thierry Fischer, Vasily Petenko y Elim Chan. Un trío espectacular que ayuda mucho. Pues si hablamos, por ejemplo, con las grandes salas europeas pueden no conocer a la orquesta, pero si les doy estos tres nombres, se interesan.

¿Seguimos con logros, cosas que quedan en el tintero, y conclusiones de su trabajo?

Recuperamos el Ciclo de cámara, en el que quise que participaran ensembles mixtos, en los que la mitad fueran músicos de nuestra orquesta y la otra de formaciones como la Filarmónica de Berlín o la de Viena. Conseguidos estos contextos para el concierto con el grupo de Viena, le encargué una obra a Manuel Martínez y con los de Berlín a Jesús Rueda. Esto nos permite ayudar a que sus obras se conozcan. En el caso del primero, la solista de Viena le ha pedido un concierto para fagot. Otro ejemplo: El flautista Emmanuel Pahud va a tocar un concierto de Guinovart, y eso hará que lo pueda llevar con otras muchas orquestas. Y aunque eso, en principio, escapa de mi poder de acción, no es menos cierto que he podido sembrar para que eso ocurra. Me gusta que una buena idea lo sea porque tiene varios caminos para crecer.

Cuando creé el concurso de dirección, pues en España hay muy pocas herramientas para ayudar a los jóvenes, como ocurre en otros países, al llegar a un acuerdo con Juventudes Musicales de España conseguí que el ganador, David Fernández, no solamente dirigiera a la OSCyL, sino que pudiera hacerlo también con otras orquestas. Y en 2025, tras el próximo concurso, habrá un nuevo asistente.


Son muchas cosas las que se han realizado 

Esta orquesta tiene tanto potencial y tanto por explotar. Creo que hay muchos niveles, desde lo pequeño a lo grande, y lo importante es que se ha conseguido encaminar y llegar a un punto en que lo que yo podría aportar en términos generales está hecho, por lo que ya no me necesitan, pues es solo cuestión de seguir el camino. Por supuesto que siempre hay ideas nuevas. Estoy seguro de que la nueva persona vendrá con iniciativas distintas a las mías, y que lo mío no se perderá, pues se continuará. La persona que ocupará mi puesto abrirá nuevos caminos y enriquecerá todo con un punto de vista diferente. Tres años en una orquesta es relativamente poco, pero han sido tan intensos que no me parecen insuficientes.

¿Y cuál, más allá de su relevancia, ha sido ese proyecto que le ha hecho más ilusión?

Sin pensarlo, instintivamente, me quedo con el concierto del Ensemble de metales Brass for Africa, de la ONG ugandesa, que lo hicimos con la colaboración de la Sinfónica de Bilbao y la Filarmónica de la Región de Murcia. Una actuación con chavales que habían crecido en una pobreza extrema, y que vinieron a tocar con nosotros y a demostrar que a través de la música se puede prosperar. Fui a dar unas conferencias a Uganda y vi que lo que allí estaban haciendo era maravilloso, así que pensé que había que traerlos para acá. Y cuando vinieron, les vimos tocar de esa forma tan auténtica, que me lo llevo en el corazón. Encima sacó lo mejor de los músicos de la orquesta, pues muchos les dieron clases gratis y otros donaron cosas, en particular hubo uno que se gastó mucho dinero en darles instrumentos.

¿En qué situación quedan la Joven Orquesta y el Coro de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León?

Creo que la Joven Orquesta es un proyecto estable, que cuenta con una partida presupuestaria específica, y pienso que tiene muy buen futuro. Yo dejo todo preparado hasta la primavera del 2026.  

En cuanto al Coro, cuando llegué se llamaba Coros de Castilla y León, y ahora se denomina así solamente cuando son proyectos participativos masivos, como por ejemplo El Mesías que se hizo con La Caixa. Y luego está la denominación de Coro de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, que es más específico, que cuenta con la dirección del maestro Jordi Casas, que puede buscar a nivel artístico las voces que mejor le sirvan para las obras que se van a interpretar. Sigue manteniendo el carácter voluntario, de coros aficionados, pero me siento contento con el hecho de que ahora se le identifique con que es de la orquesta. Obviamente, no se puede saturar la programación, pero si mantener una regularidad en favor del repertorio sinfónico coral.

¿Cuántas de las próximas temporadas de la OSCyL han sido confeccionadas por Jesús Herrera?

 La temporada 2024-25 sigue mi línea completamente, de hecho vendré a presentarla el 7 de junio. Cuando llegué realicé el 80% de la 2021-22, el 100% de la 22-23, 23-24 y 24-25, por supuesto contando con Fischer. En esos programas suelo tener mayor participación en unos que en otros. Cuando dirige Fischer toma el mayor partido, mientras que el resto los hago yo con su asesoramiento. Somos un buen equipo. De la temporada 25-26 dejo cerrado lo del director titular y los asociados, con Fischer,  Petrenko y Chan, las dos residendencias de instrumentistas solistas y la de composición, y el resto estará en manos de la nueva dirección artística. Seguiremos haciendo residencias como la del clarinetista Martin Fröst, en la que se implicó muchísimo el clarinete solista de la OSCyL, Carmelo Molina. Puedo asegurar que los próximos residentes, de la Temporada 24-25 son como Fröst, que no solamente es el instrumento, sino que también es su personalidad. Y la 25-26, siendo algo diferente, también va por ahí. Son gente con una excepcionalidad que van más allá de su instrumento.

Y algo que se esté haciendo ahora mismo, de última hora

Se consiguió in extremis que venga uno de los diseñadores acústicos más importantes del mundo, Tateo Nakajima, y ahora está trabajando con la sala. Ha venido con motivo del programa de Fischer- Mahler y se va a quedar trabajando durante el próximo año. Esta sala está muy bien, pero le falta un punto de magia en el sonido, a veces se satura, hay puntos en los que ciertas secciones se pierden y los músicos en el escenario no siempre se escuchan bien. Y cuando eso se consiga perfilar, va a ir en beneficio del desarrollo artístico. 

Todo ese crecimiento de la OSCyL ¿cree que va a contar con el suficiente apoyo político y social?

A nivel social veo mucho entusiasmo, y en cuanto apoyo político tengo que decir que el Director de la Fundación Siglo, Luis Barbado, y la Viceconsejera, Mar Sancho, tienen devoción por la orquesta, con lo que es un período ideal para hacer cosas, ya que no siempre es así. Por supuesto que lo público está atado por los presupuestos, la administración española es engorrosa, no somos tan competitivos como una orquesta inglesa, pero ahora hay mucho apoyo.

Y qué recuerdos tiene de la dura época de la pandemia

Pienso que, cuando puedes elegir lo que haces, es incluso más difícil que si te dicen, haz esto. Durante la pandemia las cosas eran lo que eran. Esta semana podemos hacer esto y la siguiente esto. Era una situación muy frustrante y obviamente terrible, con muchas personas que lo pasaron muy mal.

A nivel de gestión, había que ser muy fuerte, porque la incertidumbre era mucha, pero solo teníamos un plan. Creo que es más difícil cuando puedes elegir.

¿Cómo valora la relación que ha tenido con los músicos?

Yo hacia los músicos he sentido un enorme respeto, también he tenido una actitud muy cordial con todos ellos y he procurado que se sientan respetados, pero en ningún momento he querido establecer amistad con un grupo específico. Porque si entre ellos surge un problema y yo solamente conozco la versión de una parte, pues entonces la otra está en desventaja. Así que siempre he mantenido una pequeña distancia, de la forma más elegante posible. Aun así, creo que se han sentido arropados y me he sentido muy respaldado por ellos. En la Comisión artística, en el Comité de empresa, que hablaban por toda la orquesta, han hecho una gran labor, ahí las cosas han ido muy bien. Todo el mundo ha tenido siempre abierta la puerta de mi despacho.

¿Cómo es un día tipo de trabajo en la OSCyL?

Hay dos niveles, reactivo y proactivo. Elegí vivir en un sitio de Valladolid que me permitiera ir y volver andando al trabajo, en un paseo de veinte y pico minutos, y en ese tiempo tenía un espacio para pensar. Normalmente era donde se me ocurrían todas las ideas, cuando el cerebro descansaba de la presión. En el nivel reactivo, en el horario de oficina, con todo el mundo por aquí, no se para. Vas de un incendio a otro, en función de las prioridades. Así que, por las tardes, los fines de semana o los festivos, cuando se marchaba el resto, era el momento en que yo trabajaba mejor. Ése es el tiempo en el que esas ideas que se tienen se pueden implementar, cuando le das sentido al tema estratégico. El hecho de que la mayor parte de mi vida personal estuviera en otro lugar, me ha permitido llevar esta vida.

¿Cómo se solucionan imprevistos de última hora, tales como que determinado solista no puede actuar?

Se siente una adrenalina que es incluso excitante, y a mí en cierta manera me gusta, porque te saca de lo ordinario. Uno aprende mecanismos, máxime teniendo una visión clara de lo que se quiere en ese determinado concierto, en el que se produce un contratiempo de última hora. A esto, se suma el tener una buena red de contactos y conocimientos de la oferta en el mundo. Tuvimos en noviembre pasado una cancelación que me obligó a pasar por treinta y seis directores, y algo que normalmente se resuelve en 24h, tarde más. Si no aceptas a cualquiera, sino que buscas las piezas que necesita tu puzle, como es mi caso, puede ser algo más complicado. Yo no creo en que haya que crecer a empujones, sino gradualmente, pero teniendo en cuenta que también se baja muy rápido, si hay un hueco en lo organizativo, y esa es una máxima muy importante en las contrataciones.

¿Cómo es su vida fuera del trabajo?

A mí me ha fascinado el patrimonio que hay en esta Comunidad, la historia y la variedad que hay desde los pueblos del sur de Salamanca, al Bierzo, la montaña palentina, las catedrales o los yacimientos de la Sierra de León o el de Atapuerca. He pasado tres años empapándome de esa cultura. Y mi vida social ha sido sobre todo con los artistas invitados, con las cenas después de los conciertos, con las conversaciones con personas como Jordi Savall, Hilary Hann o Wilde Frank. Personas tan admirables, que comparten su visión del mundo, a veces de forma banal y otras muy profunda. Yo he cuidado mucho el que a los artistas les guste la experiencia de venir aquí y por eso me ofrecía, cuando hay concierto viernes y sábado, a enseñarles el sábado por la mañana la ciudad, hacer un poco de embajador de Castilla y León.  No dejo amistades, incorporo amistades en la distancia.

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