Jenufa (Janacek), Bayerische Staatsoper, Múnich. 06/03/13
Hace tres años se estrenaba en la Staatsoper de Múnich una nueva producción de Jenufa, con el protagonismo de Eva Maria Westbroek como aliciente principal. Aquellas funciones fueron un triunfo vocal para la citada soprano. La producción se reponía ahora con el protagonismo de la ya veterana Karita Mattila en el rol titular. Mattila es una soprano llena de virtudes, con una carrera fascinante a sus espaldas, y con un feeling especial con las partituras de Janacek (muchos lectores recordaran su Katia Kabanova en el Teatro Real de Madrid. Así las cosas, resultó decepcionante encontrarse con una gran artista pero con un instrumento mermado. La erosión de su voz es evidente y se diría que ya hace un par de años que se acrecienta. La emisión es árida, y la proyección irregular. La transición al agudo, a menudo calante, desconcierta, oscilando entre ataques de dudosa afinación y sonidos, los menos, bien restallantes y liberados. Todo ello lastra, indefectiblemente, el fraseo, lleno de intenciones, pero incapaz de sostener a menudo una línea consistente. El centro, en todo caso, sigue manteniendo esa poesía y ese color tan característicos y comunicativos, de un lirismo fácil y elocuente. Tan voluntariosa, pues, como impotente, fue en lo vocal su recreación de Jenufa. En esas condiciones, no extraña que el calendario de Mattila no indique nuevos compromisos escénicos después de esta Jenufa. Nos quedó al menos, eso sí, una recreación actoral impecable, si bien muy marcada y radical, que exagera el carácter pusilánime y patético de la vivencia de Jenufa, que se nos aparece constantemente como una víctima de todos: de sí misma, de su entorno y de su destino. A la vista de la insuficiente dirección actoral que se observaba y que luego comentaremos, nos aventuramos a decir que esta perspectiva es una opción más bien personal de Mattila. Sin duda lo da todo en el desempeño de esa encarnación, pero nos preguntamos si es un punto de vista acertado, insistiendo en exceso en lo pusilánime y desvalido de Jenufa, que queda así casi desposeída de cualquier temperamento, como deshumanizada.
Compartir
Aviso: el comentario no será publicado hasta que no sea validado.