Intentando ser lo más conciso posible, ¿podría decirme qué autores considera fundamentales o imprescindibles para conocer el piano?
¡Uf! Pues primero de todo Johann Sebastian Bach, aunque podríamos entrar en el debate historicista de si se ha de tocar o no en un piano moderno, pero evidentemente para un pianista tocar Bach es como el vademécum para un médico, lo ha de mirar constantemente. Yo muchas veces, tras tocar por ejemplo el Emperador o el Primero de Brahms, luego vuelvo a un preludio de Bach o a una sonata de Mozart también y siento la necesidad que tenía de tocarlos, de refrescarme, de que me entrara un necesario oxígeno a través de ellos.
Luego tras Bach, pues hacer un repaso de la historia del piano puede ser de lo más complejo, pero desde luego no podemos entenderla sin mencionar a Beethoven, Mozart, Hayden, Schubert, Schumann, Chopin, Brahms, Ravel, Debussy, Falla, Prkofiev, Rachmaninov... ¡y todos los que me estoy dejando en el camino! Podríamos hablar de Albéniz, Granados, Mompou... pero hablamos ya de un estilo evolucionado a partir de todos los que he mencionado con anterioridad, que son los grandes. En cualquier caso, difícil es entender la historia del piano sin la aportación de todos y cada uno de ellos.
Hoy, tras la pregunta de un periodista, me surgía la reflexión: ¿Si Chopin no hubiera muerto con 39 años, qué hubiera pasado? Creo que un gran problema para la historia de la música, puesto que Chopin hubiera llegado a todo lo que estaba por venir; quiero decir, por una parte hubiera anticipado la historia de la música pero por otra hubiera retrasado a todos los que venían detrás. Es incontestable que en el último Chopin hay un grado de evolución salvaje que ya casi araña el Impresionismo que está por llegar.
¿Cuánto de Impresionismo haya usted en Chopin y cuánto Romanticismo en Debussy?
Yo me diría, ¿qué aprende Debussy de Chopin que hace que su música se asimile? Podemos hablar del pedal, que a Debussy le fascinaba como Chopin escribía y como ponía el pedal, cómo los utilizaba, o al menos lo que le contaron. Hay una historia , que no se puede confirmar, que una profesora de Debussy, Antoniette Mauté, fue alumna de Chopin. Aunque está por demostrarse, evidentemente hay un vínculo histórico, París une a los dos compositores y es evidente que Debussy tuvo que conocer si no a discípulos, si a herederos de la escuela pianística de Chopin.
Ese tipo de sonido neutro que en ocasiones encontramos en Debussy, el uso del arabesco, que evidentemente Debussy utiliza de una manera completamente distinta pero que ahí esta, la asimilación de parte del sonido, Debussy era un veradero apasionado además de determinadas fórmulas que Chopin ya exploró, como el estudio. Encontramos en este último disco dos estudios que si además de oírlos uno tiene ocasión de ver físicamente cómo son tocados, uno se dice: ¡esto es un escándalo! El movimiento que plantean ambos son exactamente el mismo. El movimiento de rotación del brazo en el Op.25 nº1 de Chopin es una evidencia y curiosamente Debussy comienza su Estudio XI exigiendo exactamente el mismo movimiento. ¿Muy sospechoso, no?
Ambientalmente también encontramos otras relaciones, de color, de sonido... ¡Atención también a los preludios! Es curioso que Debussy compone dos cuadernos de doce preludios, ¿cuántos preludios escribió Chopin? Veinticuatro -más los tres extras -. Uno escribe veinticuatro y el otro también... Y similar ocurre con el ciclo de preludios. Veinticuatro escribió Chopin mientras que Debusst se quedó en doce... pero es que le dedica uno a las sextas, otro a las terceras, octavas, tal y como Chopin hizo antes... Sin olvidar el tratamiento que ambos hacen del estudio como elemento artístico, no sólo como desafío para las habilidades del instrumentista. Un estudio de Chopin, al igual que uno de Debussy, lo puedes tocar aisladamente en un recital y es una verdadera obra de arte.
Así, Debussy hereda muchísimas cosas de Chopin, profundizando en ellas y llevándolas a su propio lenguaje y su propia asimilación, desarrollando su propio estilo.