No ha sido buena la experiencia musical de Javier Camarena en el conocido programa humorístico La Resistencia, donde el tenor mexicano fue invitado a realizar una entrevista, como es habitual en este espacio presentado por David Broncano, en un tono humorístico que a veces tiende demasiado a la improvisación. El problema de tener mal preparado un programa viene cuando se trata de acompañar, siquiera en una sencilla canción de un puñado de acordes [La conocida y preciosa La malagueña], a uno de los más destacados tenores del momento. Micro en mano Javier Camarena comenzó a cantar la pieza hasta que uno de los músicos del programa se equivocó. «¡Re menor...!», pedía Camarena a un guitarrista incapaz de encontrar el «re-fa-la» del acorde. A partir de ese instante los momentos sin acompañamiento o con un acompañamiento equivocado, convirtieron lo que podría haber sido una bonita interpretación de la canción, en un momento delicado para el artista, que supo salir airoso, ora a capella ora con naturalidad y sentido del humor, de una situación inapropiada que, desde un punto de vista artístico, no tuvo gracia. No se puede decir que La Resistencia haya sabido estar a la altura de la importancia del invitado. No sucedió lo mismo ayer en el Auditorio de Oviedo, donde Camarena se metió al público en el bolsillo al final de su recital cantando, entre otras canciones, La malagueña, está vez sí, bien acompañado por el pianista Ángel Rodríguez.
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