Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia. Teatro Manzoni. 29-V-2018. Bologna Festival XXXVII edición. Sección Grandi Interpreti. Conciertos para violín n.1, n.4, n.5 de W. A. Mozart. Sifonía n.63 de F. J. Haydn. Violinista Isabelle Faust. Director Giovanni Antonini.
Muy esperado el retorno a Bolonia de la violinista alemana Isabelle Faust, famosa y apreciada por su versatilidad en afrontar técnicas y estilos diferentes, desde la música antigua a la contemporánea. Después de haber ganado jovencísima los prestigiosos concursos Leopold Mozart y Paganini, ha tocado y toca con las orquestas más importantes del mundo y ha conseguido a lo largo de su carrera muchos acreditados reconocimientos. En particular ha colaborado con Claudio Abbado y con la Orquesta Mozart, con la que, en una precedente edición de Grandi Interpreti, ha efectuado dos de los Conciertos para violín presentes también en el actual programa.
Isabelle Faust aquí se exhibe con Il Giardino Armonico dirigido por Giovanni Antonini, un grupo musical italiano cuya plantilla varía de tres a treinta músicos según la necesidad de la partitura, que tiene su centro predominante de interés en la música instrumental y vocal de los Siglos XVII y XVIII. Fue fundado en Milán en 1985 por el director actual junto a Luca Pianca, consagrado músico siempre en el campo de la interpretación musical con instrumentos originales. El ensemble recibe regularmente la invitación de los mayores Festivales Internacionales y desarrolla una intensa actividad concertista en los teatros mundiales más importantes; participa en numerosos proyectos, entre los cuales el "Progetto Haydn 2032" que prevé la grabación de todas las sinfonías durante el año del bicentenario del nacimiento del compositor.
Cinco son los Conciertos para violín atribuídos con seguridad W.A.Mozart, compuestos entre abril y diciembre de 1775, cuando el músico, de apenas dicinueve años, era Konzertmeister en la corte del arzobispo de Salzburgo. Reflejan la influencia de la música italiana y de análogos modelos de Nardini, Tardini y Boccherini, autores que Mozart ciertamente había conocido durante su viaje a Italia algunos años antes. Hay que tener presente que Mozart tenía familiaridad con el violín ya a los cuatro años, y por lo tanto era capaz de explotar las potencialidades técnicas y expresivas del instrumento de modo seguro y brillante, por lo que la fantasía, la soltura en la disposición de la materia musical, el equilibrio formal de la composición, son completamente suyos.
Isabelle Faust con Il Giardino Armonico ha presentado en esta velada tres de estos Conciertos: Concerto n.1 in si bemolle maggiore K 207, Concerto n. 4 in re maggiore K218 y Concerto n.5 in la maggiore K 219. La artista ha confirmado su profundo conocimiento y seguridad en el empleo de las posibilidades expresivas del violín. Ha alternado tonalidades diversas y cadencias breves e largas, y ha empleado los puntos de enlace entre instrumento solista y orquesta como espacios de variación tímbrica y temática. La sucesión de momentos armoniosos y de momentos dinámicos, de melodías y de pizzicati, de altos y de bajos, ha conferido un interesante vigor a la ejecución.
El maestro Antonini y su ensemble, compuesto en esta ocasión por diecinueve elementos, han ejecutado la Sinfonia n. 63 in do maggiore Hob. 1:63 "La Roxelane". Franz Joseph Haydn la compuso apresuradamente utilizando fragmentos de otra ópera suya para favorecer al príncipe Esterházy, que quería se representase una comedia orientalizante en la que Roxelane era una bella y virtuosa sultana. A continuación fue reconsiderada y valorizada por el composidor, que hizo de ella una sinfonía independiente en la que está presente el principio de unificación temática, que tuvo tanta fortuna en la segunda mitad del Siglo XIX.
La Roxelane es también el título del segundo movimento, en forma de doble variación, de la Sinfonía. El maestro Antonini con mano segura ha subrayado cada instrumento al que era confiada la interpretación de los temas y de las variaciones, así como el contraste y la alternancia entre arcos y orquesta. Muy agradable el dúo entre oboe y fagot solos, acompañado por el pizzicicato de los arcos. El público apreció la madurez ejecutiva e interpretativa de Antonini y del ensemble, y la maestría y habilidad técnica de la violinista, dedicándoles calurosos aplausos con petición de bis.
Por otro lado, en la sección Grandi Interpreti, Bologna Festival reserva siempre un concierto a una joven promesa del mundo musical, y así este año, el 9 de mayo, ha presentado al pianista ruso de ventiséis años Dmitry Shishkin, conocido en muchos países europeos y asiáticos por haber participado con éxito en numerosos conciertos de piano y por haberse exhibido en recitales como solista, obteniendo siempre amplio consenso. Su temperamento artístico emerge sobre todo en la literatura pianística rusa. En el concierto del 9 de mayo en el Teatro Manzoni ha ejecutado un programa tardo romántico que comprende precisamente a tres compositores afines a él, en concreto la Sonate-fantasie n.2 de Scriabin , la Sonata n.2 op.37 de Tchaikovski, y los Études-tableaux op. 39 de Rachmaninov. Muy apreciada su ejecución, que ha resaltado la excelente capacidad técnica unida a un fino y seguro sentimiento interpretativo.
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