Madrid, Teatro de La Zarzuela, 7-11-2012. Isabel Rey, soprano. Coro del Teatro de La Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Director Musical: Cristóbal Soler.
ISABEL REY, 25 AÑOS DE GRAN CLASE
La soprano valenciana Isabel Rey celebró el pasado miércoles sus 25 años sobre los escenarios con un recital en el Teatro de La Zarzuela, escenario en el que debutara en Madrid en el año 1991 con el papel de Ilia de Idomeneo de Mozart. El programa, compuesto todo él por música española, comenzó con las Canciones de la Floresta de Antón García Abril, orquestadas especialmente para la soprano. Las tres piezas, de un suave y elegante melodismo, encontraron a la soprano aún fría, con el sonido sin liberar, velado, pobre y escasamente proyectado. Tampoco le favoreció el acompañamiento anodino y sin matices de Soler, pero tampoco impidió que la soprano mostrara, al menos, su innegable gusto.
Tras la interpretación de Mysteria por parte de la orquesta, composición por la que Tomás Marco obtuvo en 1971 el premio de la Fundación Gaudeamus de Holanda, la cantante cerró la primera parte del programa con las Siete canciones populares españolas de Manuel de Falla en la habitual orquestación de Ernesto Halffter. Ya con la voz más suelta y sonora, con un centro un tanto cargado y engrosado, destacó en las dos piezas más recogidas e íntimas del magnífico ciclo, Asturiana y Nana, en las que mostró morbidez, refinamiento y clase en su sentida y sobria interpretación. Se echó en falta algo de gracejo y vivacidad en El paño moruno y el Polo, así como una dicción más nítida. Tampoco le ayudó demasiado el acompañamiento orquestal invasivo, aparatoso, ayuno de dinámicas y de sonido escasamente refinado.
La segunda parte, dedicada totalmente a la zarzuela, comenzó con la fabulosa Romanza de la duquesa de esa joya del género que es Jugar con fuego del genial Francisco Asenjo Barbieri. La pieza fue delineada impecablemente y con gran clase por la soprano, que se mostró coqueta y divertida en la siguiente página, la poco habitual y arrevistada Couplets de la comedia musical Margot de Joaquín Turina, en la que contó con el acompañamiento del coro titular del teatro.
La orquesta y su director alcanzaron su mejor momento de la noche en la interpretación del preludio del acto II de la justamente popular zarzuela El Caserio, que dio paso a una elegante y interpretación por parte de Isabel Rey de la bellísima romanza de Mirentxu cantada en su original euskera. Ambas piezas del gran compositor alavés Jesús Guridi.
Ataviada con un mantón de manila, la cantante interpretó de manera racial pero siempre controlada y sin excesos, la emblemática De España vengo, de España soy de El niño Judio de Pablo Luna, que sustituyó a la pieza inicialmente prevista, la canción de los granaderos de El sargento Federico de Barbieri.
El coro demostró su solera y dominio del repertorio en una magnífica interpretación del Coro de enamorados de La del soto del Parral, que dio paso a la última pieza del programa, la Petenera de La Marchenera de Moreno Torroba, bien cantada a pesar de algún ascenso un tanto forzado.
Las dos propinas del recital sirvieron para que la soprano homenajeara a ese Madrid que adora, según manifestó en la entrevista que concedió a CODALARIO. Muy bien acompañada por el coro titular, interpretó el Chotis del Eliseo de La Gran Vía de Chueca y Valverde, y la conocidísima Canción de Paloma de El Barberillo de Lavapiés de Barbieri, obras que, con más elegancia y distinción que garbo castizo, sirvieron de colofón al concierto entre las ovaciones que el público dedicó a una cantante de una trayectoria irreprochable durante 25 años, un número que no todos los que se suben a un escenario pueden llegar a cumplir.
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