¿Quiénes le han influido?
Aunque parezca mentira, llevo 30 años de carrera. Las personas que me metieron el gusanillo del canto, aunque he cantado desde pequeño, han sido dos de los profesores que tuve en el Conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona: Edurne Arregui, profesora de canto y Pascual Aldave, compositor y director del conservatorio recientemente fallecido. El fue quien, de alguna forma, me obligó a estudiar canto. Como muchos otros, empecé a cantar en la escolanía. Fundamos el grupo Aula de Música en la Universidad y años después la capilla Peñaflorida. Luego volví al conservatorio y después decidí dedicarme exclusivamente a la música. En Barcelona, becado por el Gobierno de Navarra, fui discípulo de Victoria de los Ángeles durante 12 años, que fue, evidentemente, quien más influyó en mi manera de acercarme al universo musical. También trabajé con Gérard Souzay e Irmgard Seefried. No puedo olvidar al maestro Peter Maag que influyó de manera determinante en el acercamiento y estudio de la obra mozartiana.
¿Algún intérprete de su cuerda?
El primer disco que escuché de Schumann fue en la voz de Dietrich Fischer-Dieskau. "Yo quiero cantar esto", me dije a mí mismo. En el conservatorio se reían de mí. Aunque a lo largo de mi carrera he cantado unas cuantas óperas, gracias a él descubrí la interpretación del lied a mediados de los años setenta. Es evidente que en la historia de la interpretación ha marcado un hito.
¿Quiénes han sido los más grandes liederistas?
Es muy difícil responder a esa pregunta pero, desde luego, no podríamos olvidarnos de los grandes ciclos de Schubert ni de Schumann o Brahms. También está la música francesa de Fauré o Henri Duparc, que con solo 16 canciones ya ha hecho historia. Por Debussy, Richard Strauss y tantos otros que llenan las páginas de la Historia de la Música.
¿Es obligatorio conocer bien el idioma en que se canta?
Hay muchas anécdotas que se podrían contar en este sentido. En mi opinión, es conveniente. Cuando empezamos a conocer la lengua hay muchas cosas que cambian. Yo paso casi todos los días un ratito con los idiomas: francés, italiano, alemán etc Conocer una lengua ayuda mucho, si bien es cierto que algunos de los más grandes artistas han cantado en distintos idiomas sin conocerlos. También es cierto que, de un tiempo a esta parte, el estudio de los idiomas ha cambiado mucho y los estudiantes se preparan desde el principio.
¿Cómo se definiría como cantante?
Yo soy un barítono-bajo o un bajo-barítono, según dicen ahora. Artísticamente me encuentro muy bien de voz. De hecho, creo que estoy pasando por mi mejor momento vocal y artístico. La voz no está cansada porque me he cuidado. Es algo que he querido cumplir a rajatabla. Siempre les digo a los jóvenes que tengan paciencia. Soy un cantante al que le encanta estudiar; disfruto más que haciendo el concierto. A nivel interpretativo, de un tiempo a esta parte he ido abandonando la ópera, que hacía 4 o 5 veces al año, para dedicarme por entero al mundo del recital. Lo que no significa que renuncie a algún que otro espectáculo lírico.En el mundo del canto hay que saber esperar, cuidarse y aprender a situarse. Recuerdo cuando en el 92 me ofrecieron cantar "Rigoletto" de Verdi, un auténtico disparate, porque es un papel en el que no solo se trata únicamente de dar las notas. Hay tantas cosas que influyen. Ahora tengo una carrera tranquila en la que también he querido dedicar tiempo a la pedagogía. Disfruto mucho ayudando a un cantante joven a montar una obra. Creo además que es un campo en el que tengo cosas que aportar.
¿Qué piensa del repertorio español?
También está la crisis
Tal vez en otros tiempos se cometieron excesos. En España no hemos tenido la oportunidad de pasar 50 años programando música y teatro, algo que sí ha sucedido en países como Italia, Alemania o incluso en un país tan pequeño como Suiza. Si en España los cantantes solo podemos depender de Bilbao, Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Jerez u Oviedo, no parece que sobren las oportunidades. Todavía no hemos creado ese círculo que propicie que las carreras se desarrollen de manera natural. Ahora, debido a la crisis, nos encontramos con una problemática mayor y más compleja. Tuvimos algo, pero ya nos falta incluso aquello. Tan solo nos queda la voluntad y unas ganas enormes de sacar esto adelante.
Foto: Mikel Saiz
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