Con iniciativa privada, el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid rinde homenaje al maestro Giuseppe Verdi en el año del bicentenario de su nacimiento, programando las tres óperas de su trilogía popular. La ópera inspirada en la tragedia medieval del dramaturgo español Antonio García Gutiérrez es la que ha inaugurado este ciclo. La compañía encargada de llevar a escena las tres óperas del compositor italiano es Estudio Lírico de Madrid, que dirige desde 2003 Belkys Domínguez, integrada por diversos artistas entre cantantes líricos, músicos, actores y bailarines. La compañía pone en escena títulos de ópera y zarzuela apostando por una escenografía y vestuarios clásicos, respetando la acción original de las obras.
Il Trovatore, con libreto de Salvatore Cammarano y estrenada el 19 de enero de 1853, hace ahora 160 años, en el Teatro Apolo de Roma, es una ópera que según manifestó el mítico Enrico Caruso, necesitaba de los cuatro mejores cantantes del momento para ser representada. En el caso que nos ocupa, asistimos a un reparto de estupendas voces.
El Manrico de la última función, el joven tenor José Tablada, fue el auténtico triunfador de la velada, por encima de todos. Dotó al trovador de gran presencia escénica, con una enorme nobleza heroica. El bello timbre de su voz, muy varonil, nos recuerda vivamente el metal, la amplitud y extensión de otro gran intérprete histórico de este papel, el legendario Mario del Mónaco. Entonó un "Ah si, ben mio" de un profundo lirismo con un impecable fraseo en las medias voces. Aun así, tuvo algunos desafortunados desajustes en la siempre tan esperada "Pira" final del tercer acto pero, salvando este obstáculo, regaló bellísimos momentos en el dramático dúo con Azucena del segundo acto ("Mal reggendo all'aspro assalto...") o en el final del cuarto acto, junto a Leonora. Destacar asimismo sus momentos cantados fuera de escena ("Deserto sulla terra") y su parte del Miserere. Desde aquí auguramos a este magnífico tenor una carrera sembrada de éxitos.
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