ZUBIN MEHTA Y LA BAYERISCHEN RUNDFUNKS OFRECEN UN CONCIERTO EN EL AUDITORIO NACIONAL DE MADRID, DENTRO DEL CICLO DE IBERMÚSICA

     El Ciclo Orquestas y Solistas del Mundo recibe el mes de marzo con un concierto excepcional - este próximo domingo 3 de marzo (19.30 horas) Auditorio Nacional -, que se encuadra dentro de la Serie Barbieri de Ibermúsica, a cargo de la gran orquesta de Baviera, la Bayerischen Rundfunks con Zubin Mehta en el podio acompañado por el pianista Yefim Bronfman que interpretará el Concierto para piano núm. 2 Sz. 95 de Bartók. El programa se completa con obras de Liszt (Mazeppa, poema sinfónico, S. 100), y Chaikovsky (Sinfonía núm. 5 en Mi menor, Op. 64)
      Poco después de su fundación en 1949, la  Symphonieorchester des Bayerischen  Rundfunks comenzó a lograr su reconocimiento internacional. Situada en el ranking de las 10 mejores orquestas del mundo de la revista Gramophone, su trayectoria está estrechamente unida al nombre de los que han sido sus Directores Titulares: Eugen Jochum (1949-1961), Rafael Kubelík (1961- 1979), Sir Colin Davis (1983-1992), Lorin Maazel (1993-2002), y Mariss Jansons (desde 2003).
      Nacido en Bombay en 1936, Zubin Mehta  recibió su primera educación musical de parte de su padre, Mehli Mehta, destacado violinista y fundador de la Bombay Symphony Orchestra. En 1961, ya había dirigido las Filarmónicas de Viena, Berlín e Israel, celebrando ya los 50 años de colaboración musical con estas agrupaciones. Ha recibido numerosos premios y distinciones y es Director Honorífico de grandes orquestas como la Wiener Philharmoniker, Münchner Philharmoniker o la Bayerisches Staatsorchester, entre otras.
      En el concierto Mehta estará acompañado del pianista Yefim Bronfman quien debutó internacionalmente en 1975 precisamente de la mano de este director al frente de la Symphonique de Montréal. Desde entonces, actúa como invitado de las más destacadas orquestas del mundo y colabora con los más grandes directores. En 1997 recibió un premio Grammy por su grabación de tres conciertos para piano de Bartók, con Esa-Pekka Salonen y Los Angeles Philharmonic Orchestra. En 1991 fue distinguido con el premio Avery Fisher.