Es costumbre que, en los momentos previos al comienzo de un partido de fútbol internacional, se interpreten los himnos de los equipos en liza. Es una ocasión perfecta para que las cámaras de televisión recorran los semblantes reverdecidos de orgullo de los jugadores de ambos equipos mientras lo interpretan o, como el caso del Himno Español, que no tiene letra, lo tararean -o más bien "lalalean". Pues bien, los españoles con frecuencia observamos, no sin cierta envidia que, cuando suenan los demás himnos, no sólo son interpretados por los deportistas, sino por el público enfervorecido que, voz en grito, lo canta de memoria, sin error y, enmascarado en su gran número, bien afinado.
Pero, cuando le llega el turno a los españoles, la cosa cambia. Lo primero es que, como todo el mundo sabe, nuestro Himno no tiene letra. Se la intentaron poner hace algún tiempo pero no fue del gusto de nadie y el intento fracasó. Así que, sin letra, cuando las cámaras repasan los semblantes de nuestros representantes futbolísticos, observamos que ninguno lo canta y, a pesar de que, efectivamente, sus rostros delatan una cierta inspiración patriótica, tampoco lo tararean, seguramente porque piensan que hacerlo sería una falta de respeto. Lo peor llega cuando el público español de las bancadas intenta cantarlo tarareando y se confunde con la repetición. En todas las ocasiones en las que hemos asistido a algún evento de este tipo, cuando el público debe repetir la primera de las dos estrofas musicales de las que se compone el Himno de España, buena parte no lo hace y opta por seguir cantando la segunda estrofa, con el evidente choque contrapuntístico. El error dura poco, pero el mal ya está hecho, porque millones de personas de todo el mundo acaban de asistir al único ejemplo que conocemos de un país incapaz de cantar correctamente su himno nacional.
La razones de este error no son pocas. Una de las más importantes es que los españoles no estamos acostumbrados a cantarlo, fundamentalmente porque no tiene letra y, no teniéndola, parece que tampoco se ha contemplado nunca oficialmente lo idóneo de tararearla, salvo en la informalidad de cierto tipo de eventos deportivos. Pero ya puestos a no tener letra, ocurre también que la primera de sus dos estrofas concluye de forma melódica tal que más invita a seguir con la segunda estrofa que a repetir la primera. ¿Y por qué se debe repetir dos veces cada una de las estrofas de nuestro Himno Nacional? Muy sencillo, porque es muy corto. Los españoles observamos, no sin cierto grado de frustración que, mientras el himno italiano o el francés, por poner dos ejemplos muy claros, tienen una duración de entre un minuto y minuto y medio de duración -según la velocidad con que se interpreten-, el de España apenas llega al minuto, contando las repeticiones y un considerable grado de lentitud. Este criterio merece una cierta reflexión ya que, para las empresas que patrocinan a deportistas de élite, es importante el tiempo que la imagen de sus marcas o productos se muestre en televisión. Aparte de que es injusto que se dedique más tiempo a la "gloria" hímnica de un país que a la de otro.
Hay otro aspecto fundamental para explicar tanta confusión entre los aficionados. Y es que nuestro Himno no siempre se hace con la citada repetición. El protocolo también admite tocarlo sin ella en alguna ocasión e, incluso, como se pudo ver el domingo, cuando Fernando Alonso se hizo con el Gran Premio de Europa en Valencia, se puede repetir dos veces la primera estrofa y nada menos que tres la segunda. Con esta falta de consenso, ni Plácido Domingo atinaría a cantarlo correctamente. El resultado de todo este desbarajuste es que, cuando los alrededor de 1.500 españoles que asistieron al partido entre España y Francia en la pasada Eurocopa se pusieron a cantar el Himno Español, se volvieron a equivocar de estrofa, al empezar la segunda sin haber repetido la primera. ¿Y cuál es la solución a este trascendental y engorroso problema que saca los colores a cualquiera que tenga un poco de amor propio por su país? Es muy sencillo: hay que practicar.
Compartir
Aviso: el comentario no será publicado hasta que no sea validado.