Una gran acción - para el caso, la de Wagner y su obra-, con frecuencia conlleva numerosas ramificaciones o variantes, que tratan de diferenciarse del árbol madre del que derivan. Esto es lo que parece haber sucedido con la obra de Humperdinck, compositor que bebió del torrente armónico y orquestal del autor de Tristán e Isolda, pero que le dio un toque popular y algo retro, desenfadado y aligerado, tomando el mundo infantil como excusa...
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