Crítica: Gustavo Dudamel dirige las sinfonías de Beethoven en el Palau de la Música de Barcelona

DUDAMEL DIRIGE LAS NUEVE SINFONÍAS BAJO LA SEVERA MIRADA DE BEETHOVEN

  Por Robert Benito
Barcelona,  del 12 al 14 de marzo de 2017. Palau de la Música. Integral de las sinfonías de L.van Beethoven y Oberturas, Orquesta Simón Bolivar de Venezuela. Dirección musical: Gustavo Dudamel.

   No es la primera vez que se ofrece en pocos días la integral de las sinfonías del genio de Bonn por la misma orquesta y bajo la misma batuta. Hace años ya se propuso un maratón sinfónico beethoveniano si no me equivoco en el Auditorio de Madrid bajo la dirección de Jesús López Cobos. Igualmente hace también hace algunas temporadas se ofrecieron en el Audiori de Barcelona y dentro de la temporada de la Sinfónica de Barcelona los conciertos para piano en el mismo fin de semana.

   Sin embargo la expectación del mediático Dudamel dirigiendo una de sus orquestas, mejor dicho, su alma mater orquestal, y tras pocas semanas de su enlace matrimonial con la actriz española María Valverde junto con un apabullante mecanismo de marketing por parte del Palau de la Música de Barcelona han hecho de esta propuesta musical un éxito de temporada a nivel de público y recaudación colgando el cartel de “todo vendido” en la mayoría de los 5 conciertos de esta propuesta.

   El maratón Beethoven comenzó el domingo con una doble cita, por la mañana a las 12 fue el disparo de salida de este baño beethoveniano en el que se interpretaron las dos primeras sinfonías teniendo como teloneras las dos oberturas Egmont y Coriolano respectivamente.

   Así como las oberturas se programan como inició-aperitivo de muchos conciertos no sucede así con las primeras sinfonías lo cual es de agradecer este acercamiento cronológico por el mundo sinfónico de Beethoven.

   En esta velada matinal la orquesta sonó fresca, juvenil, mezclando la elegancia de la herencia clasicista de la que respiran estas sinfonías con el heroísmo de las dos oberturas.

   En la sesión de la tarde se nos ofreció sin ningún complemento musical las dos siguientes sinfonías, si bien una hora antes del concierto se pudo escuchar una introducción a cargo del profesor Carlos Calderón que durante varias semanas antes ha realizado un ciclo de conferencias sobre el sinfonismo beethoveniano organizado por el mismo Palau de la Música en un brillante proyecto que va más allá de ofrecer las sinfonías de Beethoven incluyendo música de cámara y estas conferencias alrededor de este primer trimestre del año.

   La Cuarta sinfonía nuevamente nos evocó una lectura equilibrada más del pasado que de lo que estaba por venir a partir de la Tercera.

   La Heroica en manos de Dudamel estuvo llena de energía, algunas veces desbocada y doblando el viento a la manera americana, sin saber muy bien la razón ya que el resultado no mejoraba.

   El lunes le llegó el turno a dos de los tops beethovenianos, la quinta y sexta sinfonías donde ya se vislumbró que la energía y la velocidad predominan por encima de una lectura cuidada y pausada de la partitura. Nos dio la impresión de una interpretación de cara a la galería aunque eso no resta para elevar la categoría de la cuerda de esta formación, precisa, limpia con una paleta dinámica admirable, con una precisión casi germánica sin perder el entusiasmo contagioso de sus intérpretes caribeños.

   En la sesión del martes consagrada a la magnífica séptima sinfonía y a su posterior octava se vislumbró un cansancio de la orquesta con algunos fallos en la sección de metales que intentaron paliar con un apretones de acelerador en tempos y excesivo volumen que a veces rompía el discurso musical.

   El miércoles y con un Palau absolutamente completo y entregado llegó el momento de la Novena y última cita de este maratón, para ello se invitó como coro al titular de la casa, al Orfeó Catalá, reforzado por el Cor de Cambra del Palau, que ofrecieron una buena prestación musical cantando de memoria como ya lo hicieran en pasadas ocasiones bajo la dirección de su anterior gran director y compositor Josep Vila, si bien en esta ocasión fueron preparados por el director titular actual Simon Halsey. Atentos a la batuta resultaros compactos si bien la cuerda más grave de los hombres pasó excesivamente discreta, y algunas veces en los tutti en fuerte casi imperceptible. De hecho para una orquesta como la Simón Bolivar y una batuta tan entusiasta como la de Dudamel que se deja llevar por los decibelios no hubiera estado mal haber contado con una prestación voval coral más numerosa para compensar.

   El cuarteto solista de jóvenes cantantes en su mayoría americanos fue correctamente discreto brillando más las voces femeninas que las masculinas, la soprano Julianna di Giacomo de proyección poderosa destacó juntó a la mezzo Tamara Munford. Y la parte masculina contó con el tenor Joshua Guerrero en carrera ascendente pero que en esta ocasión se quedó un poco corto de volumen en su solo y en los conjuntos. El bajo afroamericano Soloman Howard de poderoso instrumento le falló el enfoque y resolución de los agudos, si bien se agradece por fin oír a un bajo cantando la parte de bajo cuando nos tienen acostumbrados a voces baritonales en contra del criterio beethoveniano.

   En la parte derecha (desde lado público) del pórtico escultórico que abre el escenario y sobre una columna de estilo dórico encontramos un busto de Beethoven circunspecto que miraba desde las alturas la energía a veces desmesurada de Dudamel y su orquesta en esta epopeya sinfónica, pero así como él revolucionó los cánones de la sinfonía clásica, Dudamel y la Simón Bolivar revolucionaron a un público que durante cinco jornadas se immersionó de la revolución beethoveniana.

   Felicitar a los gestores del Palau por este esfuerzo titánico que tan buenos resultados ha tenido económicos y mediáticos.

 Todos los conciertos que se grabaron por Medici.tv están colgados en la web del palau de manera gratuita en el siguiente link: www.palaumusica.cat/ca/simfonies-1-i-2-de-beethoven-amb-gustavo-dudamel-en-directe_476636 hasta el 12 de abril.