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Crítica: Fred Hersch en el Festival Internacional de Jazz de Málaga

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Autor: José Antonio Cantón
6 de noviembre de 2024

Crítica del recital ofrecido por Fred Hersch en el Festival Internacional de Jazz de Málaga

Fred Hersch en el Festival Internacional de Jazz de Málaga

Rica Introspección musical 

Por José Antonio Cantón
Málaga, 2-XI-2024. Teatro Cervantes. 38 Festival Internacional de Jazz de Málaga. Fred Hersch (piano). Obra: Silent, Listening.

 Entre los ocho conciertos programados en la trigésimo octava edición del Festival Internacional de Jazz de Málaga, la presencia del pianista norteamericano Fred Hersch ha constituido un punto muy relevante en cuanto a la calidad de este evento que todos los otoños tiene cabida con máximo interés en la amplia oferta cultural del principal escenario de la capital malagueña. La figura de este músico no puede entenderse en plenitud sin el magistral antecedente del mítico Bill Evans, sugestivo teclista poseedor de una inspiración musical sustentada en su vasta formación armónica, que le permitía explorar las posibilidades polifónicas del piano en su amplia dimensión dinámica y en el equilibrio de un variado espectro de registros. Es también el caso de este pianista nacido en Cincinatti en 1955, que ha llegado a convertirse en una referencia al situarse más allá del estilo be-bop e instalarse en un ortodoxia de improvisación diríamos culta en su esencia estructural. Estas características se encuentran condensadas en este registro fonográfico grabado para el prestigioso sello alemán ECM, cuyo contenido ha presentado en este recital. Titulado Silent, Listening, se impone en él una escucha atenta y bien informada, entendida como ese indispensable tercer factor de la fenomenología musical que está protagonizado por el oyente después del compositor y el intérprete.

   Bajo tal condición de pensamiento, se dispuso a ofrecer el contenido de este disco, que le ha servido para ocupar un lugar preferente del selecto catálogo de músicos de la mencionada discográfica muniquesa. Adoptando un marcado aire contemplativo, aspecto de su creatividad musical acentuado después de superar unos serios problemas de salud, Hersch se sumergía en un discurso en el que las fluctuaciones tonales se percibían potenciadas como contraste al silencio que representa la nada, la muerte o la oscuridad en términos existenciales, estados que llegó a experimentar este músico hace tres lustros ante una enfermedad que le llevó a un estado de coma prolongado del que está totalmente recuperado.

   Los sucesivos temas de este trabajo discurrían con un sentido de naturalidad armónica propio de un alto nivel de inspiración, que sólo podría entenderse desde un ejercicio de meditación previa al resultado musical, enriquecido por la improvisación añadida en cada motivo, que constantemente se manifiesta como elemento impulsor del discurso, en el que un perenne lirismo estimula la percepción de quien escucha con suma atención. Todo ello inmerso en un proceso de cambio continuo sin un plan previo particular, lo que le permitía renovar registros, modificar la densidad de sonido proveniente de su tratamiento del pedal, variar los ataques de su pulsación y sorprender en su forma de frasear desde un original modo de entender la importancia que puede resultar de una rica policromía en articulación y ornamento, entendidos como factores que enriquecen los desarrollos melódicos en pos de alcanzar ese grado de autenticidad que llegue a la disrupción misma de la naturaleza musical como ocurre en el tema Acrasia, todo un logro de originalidad creativa en la Fred Hersch alcanza máximo nivel como compositor instantáneo, que atiende al impulso que le viene en cada momento sorprendiéndose a sí mismo y al oyente, que viene a sentirse envuelto en el mágico e incisivo toque de este pianista siempre al servicio de su propio arte grande de hacer música de máxima trascendencia.

   Con un resultado de sonido semejante al de un disco, el escenario del Teatro Cervantes se convirtió en un estudio de grabación con todas sus connotaciones, lo que daba a su actuación un sugestivo carácter fonográfico en el que todo parecía producto del más penetrante y minucioso análisis. Sólo un tratamiento algo farrogoso de los registros graves desde la mesa de mezclas impidió que pudiera apreciarse plenamente el dominio absoluto que tiene Hersch de las frecuencias bajas, que propician siempre una especial atención en el que escucha, justificando así la idea que encierra el término Listening contenido en el título de esta extraordinaria creación fonográfica que se potencia al ser experimentada en vivo y en directo.

   Como puede llegar a inferirse de esta actuación memorable, de las que hacen grande al Festival MálagaJazz, la experiencia de Fred Hersch como músico privilegiado ha llegado a una dimensión cuyo entendimiento y saber se sitúa más allá de un fenómeno acústico para colocarse en un estadio trascendente de ese inmenso arte de la música considerado como esencial entre las cuatro vías del conocimiento (quadrivium) iniciadas y descritas ya en la Grecia Clásica.

Foto: Daniel Pérez

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