Una entrevista de Ruth Prieto
El 30 de Julio del 2018 en el Gstaad Music Festival, en Suiza, tendrá lugar el estreno de la última obra Rizoma del compositor español Francisco Coll, compuesta para dos grandes intérpretes: Patricia Kopatchinskaja y Sol Gabetta, que además ha sido la semilla de un Doble Concerto titulado Les Plaisirs Illuminés, encargo de la Camerata Bern como parte de su residencia la próxima temporada. Coll será compositor residente este año en la citada Camerata, en la Orquesta de Valencia y en la SMR de Cuenca. Este mes de julio tiene varios estrenos en Australia, Alemania, España y EEUU. Le llueven los encargos por todas partes del mundo, incluida una nueva ópera, tiene pendiente la grabación de varios cedés, su música es reconocida por algunos de los mejores intérpretes actuales, pero de momento él se lo toma todo con paciencia, sin dejar de componer: “A veces la composición es mi amiga, a veces mi enemiga, a veces hace una función terapéutica, a veces me atormenta como ninguna otra cosa. El caso es que no puedo dejar de componer”
El 30 de Julio del 2018 en el Gstaad Music Festival, en Suiza tendrá lugar el estreno de su obra Rizoma ¿Qué puede comentarnos de este estreno?
Hace más de un año estaba en Madrid estrenando con la Orquesta Nacional de España y el Cuarteto Casals cuando recibí una llamada. Era Patricia Kopatchinskaja, y me preguntó si estaría interesado en escribir un dúo de unos pocos minutos para violín y cello. Me comentó que la idea era estrenarlo dentro de la programación del Gstaad Music Festival.
Rizoma va a ser estrenada por dos grandes instrumentistas: Patricia Kopatchinskaja y Sol Gabetta, ¿cómo ha sido el trabajo con ellas?
Efectivamente, se trata de dos grandes artistas, con una capacidad extraordinaria. Rizoma ha sido nuestra primera colaboración. Y ya hemos hablado sobre más obras para un futuro cercano. Escribiré una pieza para cello solo para Gabetta, y un Concierto para violín para Kopatchinskaja. Este último se trata de un encargo conjunto de seis orquestas de Europa y Estados Unidos. Es un verdadero honor poder trabajar junto a artistas con una personalidad tan fuerte.
¿Cómo ha sido el proceso creativo de esta obra?
Escribir esta pieza ha sido más difícil de lo que en un principio imaginé. A pesar de tratarse de una pieza de corta duración, pasé varios meses trabajando con pincel fino en el contrapunto de las voces. Y otras semanas hasta conseguir una estructura compacta. Por suerte hace unas semanas recibí un correo electrónico desde París de Kopatchinskaja y Sol Gabetta felicitándome por el resultado. Rizoma es, como su nombre deja entrever, la semilla para un Doble concerto que he titulado Les Plaisirs Illuminés. Se trata de un encargo de Camerata Bern como parte de mi residencia con ellos la próxima temporada.
La idea del programa del concierto era ampliar el repertorio de obras para violín y violonchelo. El primer paso se realizó en 2014 con el estreno mundial del compositor letón Pēteris Vasks Duo y el segundo paso tendrá lugar en la iglesia de Zweisimmen con no solo uno sino seis estrenos mundiales incluido su encargo. ¿Qué nos vamos a encontrar en el concierto?, ¿qué ha intentado usted aportar al repertorio de violín y cello?
Tanto Gabetta como Kopatchinskaja tienen un gran compromiso con la música actual. A diferencia de otros grandes solistas internacionales que abarcan un repertorio más convencional, ellas están continuamente interpretando obras de reciente creación. Por desgracia se trata de algo inusual, y uno no deja de sorprenderse del amor y la energía que ponen en cada nueva obra. Rizoma se estrenará, entre otras, junto a obras de Jörg Widmann, Peter Eötvös, Ligeti, Scarlatti o Bach. Sin duda se trata de un programa muy atractivo.
Patricia Kopatchinskaja y Sol Gabetta van a interpretar cuatro dúos barrocos y cuatro dúos contemporáneos en el programa del concierto. En su opinión, ¿encaja bien la música barroca con la contemporánea, es una buena idea esta mezcla?
Posiblemente el quid de la cuestión reside en no entenderlo como una mezcla. Todos los compositores de la historia de la música fueron modernos, ya que llevaron las reglas de su tiempo al límite. Eso los convierte de algún modo en eternos vanguardistas. Lo intentaré explicar con una experiencia personal. El día que conocí a Patricia Kopatchinskaja, esta interpretó junto a la Orquesta Filarmónica de Luxemburgo y Gustavo Gimeno el Concierto para violín y orquesta de Schumann. Pues bien, escuchar esa versión fue como atender el estreno del Concerto. Nunca antes había entendido de una manera tan evidente el porqué Schumann había sido considerado en vida un verdadero revolucionario. Personas como Kopatchinskaja y Gabetta son capaces de ello. Tienen la capacidad de encontrar el mensaje revolucionario que cada compositor escribió, aunque lo hicieran hace más de 250 años. Es como si la tinta que Bach utilizó para escribir sus dúos nunca se hubiera secado.
Próximamente va usted a ser compositor residente en la Camerata Bern (empieza en septiembre su residencia con ellos). En septiembre empieza su residencia con la Orquesta de Valencia (donde interpretaran varias obras suyas) y también será compositor residente en la SMR de Cuenca. ¿cómo va a ser esta experiencia? ¿Y qué supone ser compositor residente en cada una de estas instituciones? ¿Son importantes las residencias para un compositor?
En el pasado fui compositor residente de la JOGV y del Orfeón Universitario de Valencia. Fueron dos experiencias muy enriquecedoras y ambas me dieron oportunidad de escribir y estrenar, y por lo tanto de crecer como artista. Desde hace un año soy compositor residente de la SMR de Cuenca y de nuevo he podido desarrollar y ampliar mis horizontes artísticos. Por otra parte ha sido toda una sorpresa que Ramón Tebar me nombrara compositor residente de la Orquesta de Valencia, ya que hasta la fecha no había tenido ningún contacto con dicha orquesta y tampoco conocía a Tebar personalmente. Es ilusionante poder llevar a cabo este proyecto en mi ciudad. Durante las próximas dos temporadas mi música se podrá escuchar en el Palau de la Música de Valencia. Por otra parte Patricia Kopatchinskaja fue nombrada nueva directora artística de Camerata Bern, y a su vez ella me ha nombrado compositor residente para la próxima temporada. Se interpretarán varias de mis obras de cámara y para orquesta, y se grabará un CD que incluirá mi obra de encargo. Por último, y aunque esto todavía no ha salido a la luz, se está cerrando con el Instituto Cervantes en Bremen una residencia junto con la Deustche Kammerphilarmonie para 2019. Interpretarán y grabarán un CD con mi música. Mi actividad como compositor me obliga a llevar un estilo de vida muy sedentario, ser compositor residente en varios sitios me ayuda también a salir de casa (risas).
Este mes de julio además tiene usted varios estrenos en varios países: Cantos se estrena en Australia el día 3 y en Alemania el 22, Hidd'n Blue se estrena el 24 en España y Four Iberian Miniatures se estrena el 26 en EEUU. Se encuentra usted en un momento muy bueno de trabajo, pero como compositor, ¿en qué momento se encuentra?
Componer se puede convertir en una actividad muy compleja y difícil, pero a la vez puede regalarte los más intensos placeres. Actualmente me dedico solamente a escribir música, y todo lo que hago gira en torno a mi actividad como compositor. Estoy realmente fascinado por la recepción que mi música está teniendo en algunos círculos artísticos. De algún modo he caído en la rutina de la felicidad, y aunque como digo, el acto de componer puede conllevar muchos fracasos, todo se convierte en satisfacción cuando finalmente encuentras ese intervalo o ese acorde que en un principio se había resistido a salir.
Se habla mucho últimamente de la crisis de la cultura, ¿cómo ve la panorámica de la creación contemporánea en el mundo?
Se tiende siempre a ser pesimista en este campo. Además cuando uno lee historia se da cuenta de que también sucedía así en el pasado. Yo creo que no podemos hablar de crisis cultural teniendo actualmente en activo a compositores de la talla de Thomas Adès o Hans Abrahamsen, pintores como Anselm Kiefer o Miquel Barceló y escritores como Peter Handke o Don Delillo ofreciéndonos obras de primer orden. Supongo que posiblemente haya más crisis en la gestión cultural y eso complique todo el sistema.
Le llueven los encargos por todas partes del mundo, pero en España, ¿siente reconocida su labor como compositor?
Nunca me he quejado en este aspecto. Y no voy a hacerlo ahora. Si que es verdad que en un principio, cuando empecé a componer, siempre pensé que sería mi país el que me ayudaría a dar mis primeros pasos. No fue así. Pero tampoco me fue mal, por lo tanto no es algo que me preocupe especialmente. Posiblemente se trate de una cuestión de tiempo. Y como la paciencia es un aspecto que mi trabajo diario me exige, no hay problema, les doy el tiempo que necesiten.
En agosto, estará finalizando su doble concerto Les Plaisirs Illumniés para violín, chelo y orquesta, ¿qué nos puede comentar de esta obra?
Se trata de una obra en la que he estado trabajando durante un año. En agosto espero poder terminarla. La idea de escribir un doble concerto vino directamente de Patricia Kopatchinskaja. El estreno será en junio de 2019 en Olsberg, dentro de la programación del SOLsberg Festival, con Kopatchinskaja y Gabetta como solistas y Camerata Bern. A continuación se interpretará de nuevo en Berna. También la grabarán en CD.
Usted comenzó su andadura como compositor en el Conservatorio Superior de Valencia y paralelamente estudió composición como alumno privado con Thomas Adès, siendo su único alumno. ¿Cómo ha sido esta trayectoria desde su Valencia natal hasta llegar hasta ahora?
Hace más de doce años que pasé por el Conservatorio Superior de Valencia. Mi paso fue breve, pero intenso. Mi tutor fue Andrés Valero. Recuerdo que, aunque teníamos ideas estéticas bastante alejadas, siempre respetó mi visión artística e hizo todo lo que estaba en su mano por ayudarme y animarme cuando el obcecado sistema educativo del conservatorio me decepcionaba. Finalmente tuve que abandonar mis estudios oficiales en el conservatorio y decidí formarme por mi cuenta. Fue entonces cuando Thomas Adès me invitó a ir a Londres para estudiar con él en privado. Fueron cuatro años maravillosos en la capital inglesa, en los que también realicé un máster de composición en la Guildhall School of Music con Richard Baker y firmé un contrato con Faber Music.
He leído muchas veces grandes elogios de Thomas Adès sobre su música, ¿que ha supuesto Adès en su trayectoria como persona y como compositor?
Thomas Adès creyó firmemente en mí desde el principio y me lo demostró de la mejor manera posible; ofreciéndome mis primeras oportunidades como compositor. A nivel personal hoy en día somos amigos. Estamos en contacto continuamente y todavía le consulto y le muestro mi trabajo. Pienso que es el compositor más importante de la actualidad y me siento muy afortunado de tener una relación tan estrecha con él. Es un visionario y poder compartir mis obsesiones con él ha sido decisivo para mi formación como compositor.
Hace cuatro años le pregunté que es componer para usted y me contestó “Para mí lo es todo. Mi existencia gira alrededor de la creación musical. Sin embargo es evidente que actualmente, y por desgracia, dicha creación está realmente afectada. La composición es la gran ignorada de entre todas las artes por la sociedad contemporánea. Al dedicarme a ello, podría suscitar algunas sonrisas si empiezo a defender y explicar el porqué de la importancia de la composición musical actual, por lo tanto me limitaré a decir que el tiempo devolverá a la creación musical el lugar que le corresponde”, ¿qué piensa hoy sobre que es componer para usted?
Supongo que pienso lo mismo. En el fondo se trata de una pregunta bastante difícil de contestar, ya que como digo mi vida gira en torno a la composición, y por lo tanto no tengo la perspectiva suficiente para saber lo que significa. A veces la composición es mi amiga, a veces mi enemiga, a veces hace una función terapéutica, a veces me atormenta como ninguna otra cosa. El caso es que no puedo dejar de componer.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
En julio debutaré en el Tanglewood Music Festival de Boston. En los próximos años estaré bastante entretenido al ser compositor residente en varios lugares. A parte del Violin concerto para Kopatchinskaja y una obra sinfónica para la Orquesta de Valencia, también escribiré varias obras de cámara. Además tengo planes de escribir una nueva ópera.
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