Henry Timms, presidente y director ejecutivo de Lincoln Center, y Deborah Borda, presidente y directora ejecutiva de la Filarmónica de Nueva York, acaban de dar a conocer sus planes para transformar el David Geffen Hall, actual sede de la orquesta, en una de las salas de conciertos más importantes del mundo. El proyecto pretende transformar la sala, que tradicionalmente ha tenido muchos problemas de acústica y comodidad, mejorando «la experiencia de conciertos, fomentando un sentido de comunidad y creando formas audaces e innovadoras para conectarse con el mundo exterior», explican ambas entidades en nota de prensa.
Trabajando en conjunto, el Lincoln Center y la Filarmónica de Nueva York han contratado a un equipo de empresas de diseño arquitectónico y expertos, que contarán con un presupuesto de 550 millones de dólares. Diamond Schmitt Architects, dirigido por Gary McCluskie, diseñará la sala de conciertos. Por su parte, Tod Williams Billie Tsien Architects, ganadores del prestigioso Praemium Imperiale 2019, se encargará de diseñar todos los espacios públicos. También participará el experto en acústica Paul Scarbrough de Akustiks y el diseñador de teatro Joshua Dachs de Fisher Dachs Associates. La nueva sala de conciertos éliminará el proscenio y moverá el escenario hacia adelante varios mestros, haciendo que los asientos del público envuelvan el escenario. La capacidad se reducirá en 500 asientos, hasta los 2200,
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