La Filarmónica de Dresde inauguró por fin su nueva sala de conciertos. Nueva entre comillas, pues se trata del Palacio de la Cultura de Dresde, construido en 1969 como un edificio multiusos que, a la hora de contener conciertos sinfónicos, siempre se caracterizó por tener muy mala acústica. Cien millones de euros es lo que ha costado su renovación en los últimos cinco años para conseguir una sala que posea una acústica a la altura de la orquesta cuyo titular es Michael Sanderling quien, según la Radio alemana, ya ha expresado su satisfacción por las cualidades sonoras del recinto. El concierto inaugural, ofrecido el pasado 28 de abril, contó con un programa formado por obras de Shostakovich, Schubert y Beethoven.
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