El Janáček Brno Festival afronta su séptima edición. «A pesar de su corta historia, sólo 7 ediciones contando la actual, se ha convertido en una referencia para los amantes del compositor moravo, como Bayreuth lo es para los wagnerianos, Pésaro para los rossinianos o Bérgamo para los donizettianos».
Séptima edición del Festival Janáček de Brno
Un reportaje de Pedro J. Lapeña Rey
Los orígenes de Brno, la capital de Moravia y la segunda ciudad más grande de la República Checa, se remontan a la prehistoria, aunque es en el S. XIII cuando se funda la ciudad que poco después se integraría en lo que sería el Imperio Austrohúngaro. Hoy en día es una ciudad moderna con innumerables atractivos turísticos, edificios representativos, parques señoriales y una importante comunidad universitaria que dan a la ciudad un ambiente alegre y festivo. Además, su cercanía a Viena y a Praga hacen que llegar allí sea fácil y cómodo.
Para los amantes de la arquitectura tiene un atractivo especial. Además de importantes edificios históricos como la Catedral de San Pedro y San Pablo, el castillo Špilberk o la Sala Reduta -uno de los teatros más antiguos de Europa central, donde Mozart tocó el piano en su juventud- tiene varias villas construidas en las primeras décadas del S. XX como la Villa Stiassni del arquitecto Ernst Wiesner, la Villa Löw-Beer, o la imponente Villa Tugendhat, obra de Mies van der Rohe, y patrimonio de la humanidad desde 2001.
Para los melómanos de todo el mundo, además de importantes temporadas de ópera y conciertos, destaca el festival dedicado a la memoria de Leoš Janáček, uno de sus paisanos más ilustres, y una figura de especial importancia en la ciudad donde pasó cerca de 50 años. A pesar de su corta historia, solo 7 ediciones contando la actual, se ha convertido en una referencia para los amantes del compositor moravo, como Bayreuth lo es para los wagnerianos, Pésaro para los rossinianos o Bérgamo para los donizettianos.
El festival tiene un carácter total. Aunque evidentemente las producciones operísticas son el mayor reclamo, también tienen su sitio la música de cámara o la coral, con el atractivo añadido de que algunos de los conciertos se llevan a cabo en los escenarios donde compuso, vivió y trabajó. La idea inicial se empezó a bosquejar en 2004, cuando se celebró el sesquicentenario del nacimiento del compositor. Esa temporada se vieron en Brno todas sus óperas, e inspiró la idea de programar un festival bianual, que se ha celebrado con éxito desde su Primera edición en 2008.
La estatua del compositor preside la esplanada frente al Teatro Janacek. Foto Pedro J. Lapeña
La Segunda edición, en 2010, se dedicó a la memoria del mayor adalid de Janáček, el maestro británico Sir Charles Mackerras, que había muerto semanas antes de la inauguración. El programa, «Janáček versus Expressionism», permitió escuchar su música frente a la de la Segunda escuela de Viena -Arnold Schönberg, veinte años más joven que él y sus discípulos Anton Webern y Alban Berg-. Dos años después llegó la 3ª edición, y en ésta, su música sonó con la de otros compositores nacidos en la ciudad como Pavel Haas -alumno suyo que acabó sus días en Auschwitz-, Josef Berg -uno de los punteros de la música contemporánea checa tras la 2ª Guerra Mundial- o Erich Wolfgang Korngold -el niño prodigio «vienés», autor de La ciudad muerta, que en 1934 huyó de la amenaza nazi y se convirtió en uno los grandes compositores de Hollywood, de quien se representó su ópera de 1927, Das Wunder der Heliane.
La 4ª edición en 2014, bajo el nombre de «¡Happy Birthday Leoš!», coincidió con su 160º aniversario. Se concentró en 10 días y junto a algunas de sus obras de cámara y sinfónicas, se volvieron a interpretar todas sus óperas. En 2016, se amplió el espectro con El castillo de Barba Azul de Béla Bartók y Erwartung de Arnold Schonberg.
La 6ª edición en 2018 fue quizás la que más éxito ha tenido hasta la fecha. El festival se dedicó al centenario de la independencia de Checoslovaquia. También se reabría el Teatro Janáček tras una importante remodelación. Se programaron todo tipo de conciertos orquestales, de cámara, y recitales de lied, además de la totalidad de las óperas, bien escenificadas, bien en versión concierto. Participaron nombres clave de la escena actual como la Jenufa de Alvis Hermanis, la Katia Kabanova de Robert Carsen o De la casa de los muertos de David Poutney. El éxito de la edición fue incontestable. Récord en el número de asistentes que vinieron de más de treinta países, un 95% de ocupación, y la victoria como mejor festival en los International Opera Awards de 2019.
Como al resto de temporadas y festival por todo el orbe, la pandemia afectó seriamente a la 7ª edición, la de 2020. El festival comenzó el 28 de septiembre, pero a mediados de octubre se tuvo que interrumpir por un nuevo confinamiento provocado por el aumento de casos. Aun así, se pudo hacer el estreno de Osud y se dieron 4 conciertos online. En vez de optar por la cancelación, la dirección del Festival pospuso una parte importante del mismo al otoño de 2021. Así que, si el covid no lo impide de nuevo, todos los amantes de la música del genial compositor moravo, tenemos la ocasión de asistir en noviembre de 2021 a la parte final del festival 2020.
Robert Carsen en los ensayos del estreno de Osud en el otoño pasado. Foto Marek Olbrzymek
¿Qué queda por ver de aquí a fin de mes? Aún hay ocasión de ver 8 espectáculos. En el plano operístico, destacan las 3 representaciones -días 5, 7 y 19 de noviembre- de La pasión griega, última de las 16 óperas de Bohuslav Martinu, que a pesar de terminarse en 1959, tiene un argumento de temática plenamente actual: los refugiados de un pueblo griego saqueado por los turcos llegan a otro para pedir ayuda y asilo. Los «receptores» encabezados por las fuerzas vivas locales, se lo niegan airadamente y les obligan a buscar refugio en las montañas cercanas. A partir de ahí, Martinu describe de manera impresionante la historia de una sociedad que es manipulada y fanatizada. ¿Les suena? Algo de tremenda actualidad hoy, más de 60 años después de la composición. Un elenco totalmente autóctono, la dirección escénica a cargo de Jiří Heřman, actual director del Teatro, y la musical a cargo del jovencísimo Robert Kružík, son las bazas de estas representaciones que prometen mucho.
Los días 26 y 27 de noviembre también hay una nueva oportunidad para ver Osud, Destino, la obra que abrió el festival en 2020, cuarta de las óperas de Janáček y una de las pocas que aun no han entrado de manera clara en el repertorio. Hasta donde yo recuerdo, la única vez que se ha visto en España fue en el Teatro Real de Madrid hace ya casi 20 años en una excelente producción de Robert Wilson dirigida en lo musical por José Ramón Encinar y con un reparto eminentemente checo en el que destacaron Stefan Margita, Eva Urbanova y Jaroslav Brezina, además de la excelente actriz Sona Cervená en el papel del Destino. En esta ocasión, la producción corre a cargo del canadiense Robert Carsen, de quien todos recordamos su excepcional Kátia Kabanová para la Opera de Flandes, que pudimos ver en Madrid en diciembre de 2008 con la actuación estelar de Karita Mattila y la dirección del recordado y añorado Jiri Belohlávek. Para quienes no puedan acercarse a Brno, tienen la opción de seguir la representación del día 27 a través de la plataforma Operavisión.
A estas 5 funciones, se le añaden 3 conciertos más. El próximo día 13, el barítono Tomáš Král y el pianista Ivo Kahanek ofrecen un recital con obras de Debussy, Mahler y Janáček con el atractivo añadido de realizarse en la Villa Tugendhat.
El sábado 20, en el coqueto auditorio Besední dům, el Coro Filarmónico de Praga ofrece un viaje por algunas de las obras corales bohemias y moravas más interesantes de las dos primeras décadas del siglo XX. A la figura de Leos Janáček se sumarán las de Bohuslav Foerster y Vítězslav Novák. El concierto terminará con Las Bodas de Igor Stravinsky, compuesta en 1923 y que nos ofrecerá un interesante contraste.
El festival cerrará sus puertas el martes 30 de noviembre en el Teatro Reduta con un recital de canciones a cargo del tenor Pavol Breslik, donde a los habituales Debussy, Strauss, Berg y Janáček, se suma en esta ocasión El poema en forma de canciones de Joaquín Turina. Operavisión también lo retransmitirá en directo.
Días después empezaremos a tener información sobre la edición 2022, la octava, que esperemos pueda celebrarse en condiciones normales.
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