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FÉLIX ALCARAZ: 'La OCNE tiene que posicionarse a nivel internacional'.

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Autor: Aurelio M. Seco
7 de junio de 2016

Félix Alcaraz: “La OCNE tiene que posicionarse a nivel internacional”.

  Una entrevista de Aurelio M. Seco
  Fotografía: Fernando Frade
Recién presentada la temporada 2016/17 de la Orquesta y Coro Nacionales de España, hablamos con su director técnico sobre el presente y futuro de la institución, que del 14 al 21 de julio afrontará una ambiciosa gira por Japón que dejará ver el trabajo de la OCNE en ciudades como Tokio, Yokohama, Nagoya, Osaka, Fukuoka, Ohita y Kagoshima. En la maleta, el Capricho español de Rimsky-Korsakov, El sombrero de tres picos y las Noches en los jardines de España, de Falla, esta última puesta en manos de la pianista Judith Jáuregui, siempre bajo la dirección de Antonio Méndez. Félix Alcaraz es gestor moderno y, más que de ideas claras, meridianas. Su perfil es el del gerente amable y sereno que no renuncia a la sonrisa a pesar de las durezas y dificultades de un cargo de enorme responsabilidad en el que, lo sabe y lo dice, no se puede contentar a todo el mundo. El buen talante no evita, en cualquier caso, la firmeza y solidez de convicciones. Bajo su mano, la OCNE afronta por primera vez en su historia una dirección musical que incluye las tres edades del hombre: la juventud de David Afkham, la madurez de Juanjo Mena y la experimentada tercera edad de Christoph Eschenbach. 

Me llama la atención que use imágenes tan llamativas para publicitar las temporadas de la Orquesta y Coro Nacionales de España. Son impactantes estéticamente para quien echa un vistazo a la web de la OCNE. ¿Son realmente necesarias? ¿Es importante poner título a cada temporada y encontrar una frase o temática brillante para justificar una temporada, concierto o ciclo de conciertos?

No, necesario no es. Personalmente nunca había usado una temática a la hora de programar una temporada, pero cuando llegué a la OCNE y vi que aquí ya se hacía, me pareció interesante seguir trabajando con esa idea. Entiendo que todo tiene algo positivo y, si hay algo que se ha hecho bien y el público lo respeta, hay que seguir adelante con la idea. Lo que sí he hecho es adaptar las temáticas a mi forma de ser. Pretendo programar en torno a una idea que al público le parezca atractiva y que a nosotros también nos sirva para vertebrar toda la imagen y los conciertos de la temporada, aunque no siempre tenga una trasfondo musicológico importante. Llevamos tres temporadas con tres temáticas fuertes, “Revoluciones”, “Malditos” y “Locuras”. La idea general cobra más sentido en la gala. Por tanto, no es necesario, pero al público le resulta atractivo y siempre es una ayuda para nosotros.

¿Por qué se usa la denominación de “director principal” respecto a David Afkham? ¿Por qué no director titular sin más?

Es un término que se negoció entre ambas partes. Hay muchas orquestas que tienen esta terminología u otras diferentes para nombrar a sus directores. No es nada más que una denominación. Hay muchos tipos de directores titulares. David Afkham tiene ocho programas de temporada y es el maestro encargado de mejorar artísticamente la orquesta, el que dictamina qué se necesita para poder seguir avanzando. Respecto al número de conciertos que afronta, él no cree que sea necesario que esté más en la temporada. Esa figura del Kapellmeister que está cada semana con la orquesta hoy es casi imposible de mantener. Los calendarios de los artistas son muy exigentes en ese sentido.

Entonces, él es el director artístico de la OCNE.

No, la dirección artística de la orquesta -o sea, la programación- recae sobre mí, aunque lógicamente tenemos una comunicación muy fluida al respecto, ya que él tiene mucho que decir sobre el repertorio que necesita afrontar la orquesta. Los dos hablamos mucho sobre la línea a seguir. Este año y los posteriores, por ejemplo, hemos quedado en que la orquesta necesita tocar más repertorio clásico.

¿No cree que lo mejor para una orquesta es que el director artístico sea el director musical?

En esto hay tantos modelos como casos. A cada casa le funciona lo suyo, pero también depende del perfil que uno tenga. Yo tengo experiencia en gestión pero también como programador. Soy músico y puedo hacer las dos cosas. Al final, el contenido artístico forma parte de la estrategia de la institución. Para mí es básico que la persona encargada de la estrategia de la organización pueda decidir y participar en la programación.

¿De dónde sale la idea de realizar una gala multimedia para presentar la temporada?

La primera vez que presenté una temporada de la Orquesta y Coro Nacionales de España hicimos un evento paralelo a la rueda de prensa para presentar todos nuestros conciertos de una manera más informal al público en general. Tuvo mucho éxito y de ahí surgió la idea de preparar una gala un poco más elaborada, pensada básicamente como un espectáculo que regalaríamos a nuestros abonados más fieles. Creo que fuimos los primeros en hacer una presentación de este calibre, algo que encaja a la perfección en nuestra búsqueda continua de nuevos formatos y sobre nuevas formas de aproximarse al público, pero veo que poco a poco hay otras orquestas que se van animando, lo cuál es muy positivo.

De siempre se ha dicho que la OCNE tiene ciertas trabas administrativas que impiden realizar ciertas cuestiones con agilidad o realizarlas sin más. Sin embargo, usted no parece encontrar demasiados problemas para realizar su proyecto.

Las cosas no son tan fáciles como parecen, pero somos muy tenaces y cuando pienso que es bueno hacer algo, me cuesta admitir un no por respuesta si creo que hay que hacerlo. El engranaje ministerial es complicado, porque el ciudadano exige mecanismos de control que llevados a la práctica entorpecen la gestión, pero también hay cosas muy positivas: hay pocas orquestas en España al que se le den nuevas plazas para cubrir vacantes y nosotros hemos ofertado veintiséis en tres años.

¿Quién ha apostado por contratar a Christoph Eschenbach?

Ha sido decisión personal mía. Siempre me ha fascinado su trabajo y creo que tiene mucho que aportar a la orquesta. Sucedió algo parecido con Juanjo Mena. Estuvo muchos años sin venir. Vino en mi primera temporada y todo fue muy bien. Esa colaboración llevó a más invitaciones. Cuando ves que hay una muy buena conexión entre director y orquesta y que las cosas pueden funcionar bien, es positivo formalizar la relación.

David Afkham ya no se puede considerar una joven promesa sino un talento consolidado. Tiene 32 años. Luego está Juanjo Mena, que es, a mi juicio, uno de los maestros españoles más sobresalientes y después está el director de orquesta que está de vuelta, como Eschenbach. Representan tres franjas de edad diferentes y también tres estados anímicos y mentales, y creo que cada uno puede aportar algo muy diferente y bueno a la orquesta. Es por ello que creo que es muy positivo crear un equipo estable de maestros que dirijan una parte importante de la temporada.

¿Cuál es el presupuesto anual de la OCNE?

El presupuesto de producción es de cuatro millones cien mil euros.

¿Sale lo suficiente a otras ciudades españolas la OCNE, por ejemplo a Barcelona?

En Barcelona estuvimos hace menos de dos años, en el Palau de la Música. Es la eterna discusión. Todos los años intentamos salir a dos o tres capitales españolas. Hemos estado en Sevilla y Valladolid este año… Trasladar una orquesta con tantos músicos no es fácil ni barato. La ciudad a la que vayamos tiene que compartir los gastos. Lo que no puede ser es que la orquesta lo pague todo porque si no la OCNE podría hacer muy pocos conciertos al cabo del año. En cualquier caso, sabemos que parte de nuestra función es salir y mostrar la orquesta fuera. Este año estaremos en Japón, Méjico y, el año que viene, está anunciado el Festival de Granada. Con Valladolid, por ejemplo, realizamos un intercambio con al Orquesta Sinfónica de Castilla y León. El problema es que a veces hay sitios que te llaman pensando que todo lo debe pagar la OCNE y eso es inviable.

¿En qué momento está su contrato como gerente y director artístico de la OCNE?

Yo gané un concurso público y tengo un contrato por cinco años con posible renovación de tres más. Acabado ese período ya no podría volver, salvo que ganara otro concurso. Ahora mismo voy a cumplir cuatro años trabajando. Me queda año y medio y el año que viene tendría que renovar.

¿Tiene voluntad de seguir?

Sí, creo que me quedan cosas por hacer: solidificar todo lo que hemos hecho en cuanto a creación de nuevos públicos, afianzar el nivel artístico y seguir trabajando con David Afkham, porque la orquesta tiene que posicionarse a nivel internacional. También debemos consolidar nuestra estrategia discográfica, que ahora está vertebrada en torno a nuestro propio sello.

Hábleme de sus ideas para apoyar a los compositores e intérpretes españoles.

La misión de la OCNE está regulada por Real Decreto. Se trata de hacer grabaciones, giras, conciertos y apoyar a la música española. Respecto a las giras, que es el primer punto de nuestra misión: este año hacemos dos giras. La primera la hacemos del 14 al 31 de julio en Japón, bajo la dirección de Antonio Méndez y con Judith Jáuregui como pianista, con un repertorio cien por cien español: Noches en los jardines de España, El sombrero de tres picos y el Capricho español de Rimsky-Korsakov. En octubre haremos otra gira por Méjico con David Afkham. No tenemos un titular español, pero lo hemos elegido así porque pensamos que eso no era lo más importante. Sin embargo, sí haremos un fuerte trabajo con solistas españoles y vamos, como he dicho, con un repertorio netamente español. Respecto a las grabaciones, llevamos nueve grabaciones discográficas. Además del Carmina burana de con Frühbeck de Burgos, el resto de los ocho CDs tienen maestro español interpretando repertorio español. El año pasado hicimos uno con Nacho de Paz e Iñaki Alberdi, que incluye música de autores como Sánchez Verdú o Jesús Torres. Hemos grabado la integral de Joaquín Rodrigo con Juanjo Mena y Joaquín Achúcarro. En este caso, hablo de CDs que todavía no han visto la luz. El cuarenta por ciento de los solistas de la temporada son españoles. Salvo lo dirigido por David, el veinticinco por ciento de los maestros que viene también son españoles. Respecto a las obras encargadas, hasta 2020 tenemos nueve obras. Programar es elegir y elegir es descartar. Los encargos se están haciendo a gente joven y con proyección,  atendiendo a mis propios criterios de programación. En todo caso, soy plenamente consciente de que no se puede contentar a todo el mundo.

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