Eulàlia Solé goza de una larga y sólida trayectoria como pianista, que le ha llevado a transitar repertorios tan dispares como el Barroco o la música del siglo XX, a la que se ha dedicado con especial fortuna e intensidad. La pianista descalza que adora a Bach, habla para CODALARIO de su último trabajo discográfico, que lleva por título "En el nombre de Bach", de sus principios estéticos y de su actual situación artística.
¿Cómo se desarrolló el proceso de grabación del disco?
El Cd "En el nombre de Bach" lo grabé en un piano Steinway de la ESMUC. Esta es la marca de piano que prefiero; también es el que tengo en mi casa, y para el cual sí tengo mi propio afinador. Por supuesto, es muy importante que el piano responda a todo lo que le pido, lo que deseo interpretar y cómo deseo hacerlo, con el tacto, el sonido y su belleza, como si fuera la prolongación de mí misma. Y siempre lo hace, con lo cual ¡nos tenemos una profunda gratitud mutua! La afinación también es importante, lógicamente. El proceso de la grabación de "En el nombre de Bach" fue tal como me gusta hacerlo: en un solo día y en pocas horas. Me gusta interpretar las obras enteras, del principio al final, pues siento que de este modo es más verdadera la música. La sonoridad está ya trabajada antes, me gusta grabar como si fuera un concierto en directo. Si en un momento dado deseo rectificar alguna cosa la vuelvo a interpretar. Algunas obras salen muy bien la primera vez, algunas las grabo dos veces, y en alguna ha hecho falta una tercera para quedar del todo satisfecha. Pero realmente me gusta grabar con una continuidad y en pocas horas, para estar en forma. Cuantas más horas dura una grabación más cansancio, por ello prefiero tener las obras muy a punto para grabar en poco tiempo. Como he dicho antes, me gusta el "efecto del directo" para mis grabaciones. Los técnicos de grabación de "En el nombre de Bach" son magníficos: Enric Giné y Ferran Conangla. Estos técnicos son, por cierto, y por mencionar algunos de los proyectos en los que trabajan, los técnicos de la discográfica propia de las hermanas Labèque y de muchas de las más importantes orquestas de nuestro país. También es la segunda vez que trabajo con ellos; la primera fue en la grabación de Variaciones Goldberg el año 2006, que también fueron grabadas en menos de un día.
Se ha fijado mucho en Bach a lo largo de su carrera. ¿Por qué? ¿Puede influir el tamaño de sus manos para el repertorio o no considera este aspecto importante?
El tamaño de mis manos nada tiene que ver con ello, puesto que he interpretado música de casi todos los tiempos. Creo que mi "fijación" por Bach es una cuestión de vivencia. Es difícil de explicar en palabras. Podría decir que hay una afinidad artística, pero creo que va mucho más allá. Aunque resulte un tanto extraño lo que voy a decir, es como si se hubiera dado un "reencuentro" de almas. Lo digo sin ningún afán de ponerme ningún mérito, es algo que siento desde lo más profundo. Interpretar a Bach es para mí sentirme a gusto con su música y conmigo misma. Es algo que va más allá de las conjeturas intelectuales, simplemente vivo esta música con todo mi ser.
¿Qué ideas y circunstancias le llevaron a querer grabar "En el nombre de Bach"?
Después de haber grabado las Variaciones Goldberg y habiendo ya interpretado en concierto todo El clave bien temperado, tenía ganas de continuar grabando su música. Pero tenía que empezar por algo y deseaba que este "algo" tuviera un sentido. De ahí, hablando un día con un alumno muy querido, surgió la idea de que el hilo conductor podía ser su propio nombre: grabar los preludios y fugas de El clave... que estuvieran en las tonalidades de las letras que forman el nombre de B A C H: B (si bemol), A (la), C (do) y H (si natural). Es este además un juego muy dieciochesco y un guiño al propio Bach, ya que él mismo jugó en su propia obra con las notas musicales que se correspondían con las letras de su apellido en la nomenclatura alemana. Todo ello lo explica la también pianista Marta Espinós con una gran erudición en el magnífico libreto que escribió para el CD En el nombre de Bach.
Las Variaciones Goldberg se han interpretado y grabado en muchas ocasiones. ¿Cuál era su idea a la hora de llevar al disco la obra, aportar algo personal diferente a los escuchado en otras grabaciones?
Cuando me pongo a trabajar una obra, lo hago siempre sin escucharla previamente. Eso no significa, por supuesto, que no la haya oído y escuchado antes. Pero me refiero a que prefiero trabajarla y tener mi propio criterio y visión de la obra hasta que está interiorizada. Después puedo escucharla, y cuantas más versiones mejor, pero siendo coherente conmigo misma sobre lo que hago y lo que siento. Como usted dice, se ha interpretado muchísimas veces y hay muchas grabaciones. La mía es una más. Yo tuve la gran suerte de que me encargaran esta grabación en 2006, después de que la interpretara en el Festival Castell de Peralada y en el Teatro Nacional de Cataluña, entre otros lugares. Cuatro años después esta misma grabación fue editada por la discográfica Verso, permitiendo así que estuviera accesible y comercializada con distribución nacional e internacional. Respecto a los adornos, no siempre los hago de la misma forma... en los recitales a menudo improviso algún mordente, adorno, sin hacerlos siempre igual. Me gusta la espontaneidad siempre que sea compatible con la belleza tal y como yo la siento y con el estilo en el que estoy interpretando. Precisamente Bach daba mucha libertad a sus alumnos, lo cual me parece maravilloso, y yo también me aprovecho de ello... ¡con un gran amor y respeto, por supuesto!
Ha dedicado buena parte de su carrera a la música española contemporánea. ¿Cómo valora la desaparición de Ramón Barce?
A nivel personal la desaparición de Ramón Barce me causó una gran tristeza. Éramos grandes amigos y he sido siempre admiradora de su obra, la cual he interpretado numerosas veces y he grabado una buena parte de ella. Era un hombre de una inteligencia muy brillante y seguramente por esa causa algunos le han considerado muy intelectual. Sin embargo, era un grandísimo amante de la música y le interesaba toda. Siempre que iba a su casa le encontraba escuchando música, y no precisamente contemporánea, siempre disfrutando la música de todas las épocas.
Durante unos años, algunos hemos tenido la sensación de que no estaba tan presente en el contexto musical nacional. ¿Prefirió estar alejada durante un tiempo y, de ser así, a qué se debió esta decisión?
En ningún momento he deseado estar alejada de los escenarios. Siempre he disfrutado muchísimo ofreciendo recitales y conciertos. Ha habido épocas en las que he estado más presente en las salas de concierto españolas que en otras, pero como bien sabe, los conciertos están más en función de los programadores que de los intérpretes. La visibilidad de un intérprete en el contexto musical nacional depende en muchas ocasiones del marketing o de la comunicación que tenga un artista detrás; nunca me ha representado una gran agencia de representación de artistas, puede que sea este un motivo por el cual haya estado menos presente en el circuito en algunas épocas de mi carrera; lo que no significa que haya dejado de dar conciertos, pero quizá tenían menor visibilidad mediática.
¿Qué quiere aportar Eulàlia Solé al contexto musical de la actualidad?
Considero que la música tiene que estar más al alcance de todos los públicos y que ha de ser más asequible para todos. A mí me gusta hacer música, ofrecerla, compartirla... para mí la Música es un acto de compartir, de expresar, para que se cree una comunión entre la música, el intérprete y el oyente, todos somos lo mismo... Me gustaría que a ella tuvieran acceso personas que normalmente tienen dificultades para escuchar música en directo. Quizá falte más flexibilidad y personas dispuestas o con posibilidades para facilitarlo. Estamos acostumbrados a los mismos escenarios, los mismos "clichés"... Estamos en momentos de cambios profundos y nuestras propuestas y programaciones antiguas deben cambiar. No me refiero a que no se sigan interpretando los clásicos, pero con otros parámetros más abiertos y posibilidades de accesibilidad. Esto es lo que me gustaría aportar al contexto musical de la actualidad.
¿Por qué ha decidido fundar su propia discográfica?
Cuando publicamos las Variaciones Goldberg con Verso la autoedición resultaba todavía de difícil acceso para nosotras, para mi representante, con quien he levantado el proyecto de "En el nombre de Bach", y para mí. Para nosotras entonces era importante que mis proyectos discográficos tuvieran acceso a la distribución nacional e internacional, y entonces esto sólo era posible a través de una discográfica. Podríamos decir que la crisis del sector discográfico que se inició hace unos años benefició a proyectos pequeños como el mío, ya que estos últimos años han aparecido empresas que, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, facilitan el acceso a la distribución digital de pequeños sellos discográficos o artistas independientes. La distribución para nosotras, como decía, era importante; por ello, cuando encontramos el acceso a la distribución digital (iTunes, Spotify y otras plataformas) encontramos la plataforma para la autoedición y para autoeditar En el nombre de Bach. La misma empresa con la que firmamos el contrato de distribución digital es también distribuidora, por lo que es esa misma empresa la que distribuye el CD físico. Gracias a ello y a la infraestructura de gestión que controla mi representante he podido autoeditar mi propio proyecto discográfico, lo que por otra parte, y esto es importante para mí, me ha permitido mayor libertad creativa. En cuanto a mis futuros proyectos discográficos, si encontráramos financiación para grabar El clave bien temperado, lo grabaría. Es sin embargo este un proyecto de gran envergadura, por lo tanto, no descarto volver a grabar otra selección de preludios y fugas de Bach.
¿Por qué tocar descalza?¿Es realmente necesario?
Toco descalza por varias razones: tengo contacto directo con el suelo, la tierra; también con los pedales, que se convierten en la prolongación de mis pies. Recuerdo perfectamente el día que empecé a tocar descalza en público. Fue en el marco del Festival de Perelada, en el claustro de la Iglesia, precioso, al aire libre, una noche de verano... yo iba con unas sandalias preciosas, con unos tacones finos e impresionantemente altos, incómoda para poner los pedales... y me dije ¿por qué y para quién? ¿qué más da si toco descalza, como en mi casa? Iba vestida muy elegantemente... ¡y descalza! Unos grandes amigos que fueron a escucharme me sugirieron que me atreviera a tocar descalza, así que les hice caso y esa fue la primera vez que lo hice y así he continuado, ¡feliz de tocar descalza! Y no, no es necesario para tocar el piano, ¡pero yo me siento mucho más cómoda!
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