Para algunos el nombre de Enrique García Revilla supone un pequeño destello de luz en el panorama bibliográfico español gracias a sus aportaciones en torno Berlioz en los últimos años. Lo ofrecido aquí dista de ello aunque el influjo del compositor francés como ensayista es obvio a la vez que sigue el modelo y lo homenajea.
Los cafés de la orquesta es un libro redactado entre los veranos de 2013 y 2014, tras la aclamada traducción y edición de Las tertulias de la orquesta de Berlioz (Akal, 2015). Se trata de una obra con valor literario que, tomando como base el contenido musical, entretiene a la vez que refleja los hábitos y relaciones de la fauna musical en auditorios y teatros, tanto encima del escenario como en los pasillos y en las butacas. Para los que gusten de leer sobre música fuera del ámbito histórico y académico encontrarán aquí personajes de ficción que conversan y actúan con tópicos y mediocridades harto conocidas por todos en una realidad musical sociológicamente variada, coloquial y más humanizada y, puntualmente, irritante: desde el tosedor al pesado del móvil, ambos inoportunos, hasta el cabezota ignorante que insiste en el nazismo de Wagner pasando por divulgación de curiosidades sobre la historia de la música. Todo ello y más se da cita con ingenio, amenidad y pizcas de ironía –¡e incluso chistes sobre músicos!- en un loable esfuerzo por hacer la música más presente en nuestra intelectualidad actual. Ni que sea con ficciones, ardua elaboración de diálogos y situaciones fantasiosas asimilables a guiones para series televisivas como la conocida Mozart in the jungle. Para morbo de algunos, tampoco faltan crímenes, no sólo musicales.
Como confiesa el autor: “la literatura y la narración, como la música, son fuentes de conocimiento y cultura que permiten al melómano lector mantener la mente abierta hacia el goce estético y receptiva ante la creatividad artística. Por este motivo, como músico, no veo "género literario" que más me atraiga que el musical”. Cabe destacar que Los cafés de la orquesta obtuvo el premio internacional Fray Luis de León de narrativa en la convocatoria de 2014, que se falló en septiembre de 2015, última edición celebrada por la Junta de Castilla y León. Ello refuerza el valor puramente literario en una obra que trata de manera esencial sobre música y músicos.
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