Por Iván Sánchez-Moreno
Ennio Morricone (2016). “Conducts His Greatests Hits”. Sony Classical. Ref. 88985354872
Coincidiendo con una integral de Ennio Morricone, Sony Classical lanza al mercado este breve avance de manera independiente, donde el músico italiano se pone al frente de su fiel Orquesta de la Academia de Santa Cecilia.
Ningún recopilatorio va a quedar nunca al gusto de todo el mundo. Este que ahora nos ocupa no va a ser menos, aunque su título haga pasar el repertorio elegido por una colección de grandes éxitos. Son muchos los temas que se han quedado fuera (Los intocables de Eliott Ness, Érase una vez en América, Novecento, Días de cielo, Sacco y Vanzetti, más un largo etcétera) en detrimento de otros cortes menos conocidos como H2S o Love Circle –este último, extraído del film Metti, Una Sera a Cena (Giuseppe Patroni Griffi, 1969)– que son una magnífica sorpresa porque recuperan al Morricone más clásico. Cierto es que se han marginado piezas mucho más arriesgadas y experimentales como las que compuso para diversas películas de corte erótico o del género giallo –Mike Patton y John Zorn se encargarían de compilar por su cuenta las más significativas de este período en Crime & Dissonance (Ipecac, 2005)–, pero escoger dos almibarados temas de Cinema Paradiso y otros dos de La Misión no oculta el objetivo meramente comercial de este producto.
Sin embargo, y a diferencia de tantas otras desafortunadas compilaciones de música compuesta por Ennio Morricone, éste presenta nuevos arreglos –supeditados a las numerosas intervenciones que incluyen puntuales guitarras eléctricas y sintetizadores– que por desgracia no consiguen borrar el recuerdo de las versiones originales. El tramo más castigado es, contra todo pronóstico, el dedicado a los spaghetti Western dirigidos por Sergio Leone, sustituyendo la armónica por un oboe, reduciendo la percusión de El bueno, el feo y el malo a un solo piano y desvirtuando su característica y cacofónica trompetería. Amén de estos discutibles cambios, también se echa de menos la voz de la gran Edda dell’Orso, aunque Gemma Bertagnolli hace lo que puede con buena nota. Otros arreglos son mucho más acertados, realzando cortes más opacos hasta dotarlos de una épica majestuosa, como logra Morricone introduciendo los coros de Aboliçao.
La verdad es que a Morricone se lo debemos perdonar todo. Autor de más de 500 partituras –casi todas para la gran pantalla–, su obra quedará paralelamente asociada a la trayectoria artística de realizadores cinematográficos como Brian de Palma, Giuseppe Tornatore, Gillo Pontecorvo, Roland Joffé y el citado Leone, de quienes se rescatan algunos títulos en este CD. Morricone es, ante todo, una fuente inagotable de melodías, escritas con un peculiar estilo basado en los ritmos sincopados y en ciertas obsesiones heredadas de sus tiempos entre las filas del Gruppo di Improvvisazione Nuova Consonanza. Algo de ese nervio se mantiene en The Working Class Goes To Heaven, donde Morricone se apoya a conciencia en unos destacadísimos apuntes industriales. El juego de disonancias también se asume en Bugsy, haciendo dialogar un inquietante saxo con la sensualidad de los violines.
Grabado hace casi veinte años, Ennio Morricone conducts his greatest hits no es precisamente una referencia fundamental para los neófitos, aunque cuenta con notables aportes como los de Angelo Branduardi –quien pone voz a la canción Ricordare–, mientras que la fadista Dulce Pontes hace lo propio en A brisa do coraçao para la película Sostiene Pereira (Roberto Faenza, 1996), además de músicos de la escudería Morricone como Gilda Buttà, nombre a tener en cuenta por encargarse posteriormente de esgrimir la batuta cuando las energías del viejo maestro ya no dan para tantos trotes.
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