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Crítica: Emmanuel Pahud estrena el «Segundo concierto para flauta» de Albert Guinovart con la Sinfónica de Castilla y León

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Autor: Agustín Achúcarro
12 de junio de 2024

Crítica del concierto de la Sinfónica de Castilla y León, con el flautista Emmanuel Pahud estrenando el Concierto nº 2 para flauta y orquesta del compositor español Albert Guinovart, bajo la dirección de Thierry Fischer

Emmanuel Pahud estrena el «Segundo concierto para flauta» de Albert Guinovart con la Sinfónica de Castilla y León

 Entre el éxito seguro y lo sorprendente

Por Agustín Achúcarro
Valladolid, 6-VI-2024. Auditorio de Valladolid, Sala Sinfónica Jesús López Cobos. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Solista: Emmanuel Pahud, flauta. Director: Thierry Fischer. Obras: Concierto para flauta nº2 de Albert Guinovart y la Sinfonía nº7 en do mayor, op. 60 Leningrado de Shostakóvich.

   Quizá lo más lógico sería empezar el comentario con todo lo relacionado con el estreno del Concierto para flauta nº2 de Albert Guinovart. Y no tanto por seguir el orden cronológico en la interpretación de las obras, sino por lo relevante que suele ser asistir al estreno de una obra y que ésta obtenga un gran éxito.

   Sin embargo, la interpretación de la Sinfonía nº 7 de Shostakóvich se salió de lo que a priori podía ser previsible, debido a la versión que realizó Thierry Fischer, que mueve a empezar por ella. De esta sinfonía, que incluso se convirtió en una leyenda antes de ser estrenada, se espera espectacularidad y un sonido apabullante, y se reconoce por su relación con el sitio de Leningrado, en la Segunda Guerra Mundial. Y todo esto, a veces tan manido, no faltó, pero hubo mucho más en la versión de Fischer, lo que convirtió la escucha en una narración inmensa de la sinfonía del compositor ruso. El director extrajo sonoridades, colores y timbres que suelen perderse en la potencia y el empuje de la partitura, abriendo la puerta a detalles que, sin dejar de serlo, permitieron escuchar sonidos, y sus consiguientes efectos, que a veces permanecen ocultos, y más en una interpretación en vivo. Fischer controló el sonido del movimiento inicial, producto del brutal maquinismo, al conseguir que esa melodía simple, que va sumando potencia sin desfallecer, funcionara con una precisión inaudita. Se plantearon texturas, a veces densas, otras frágiles, unidas a una profunda sensación de inmensidad desoladora. En el último movimiento, Fischer consiguió dominar esa sonoridad tendente a lo aparatoso, con un sonido bien redondeado en los metales, redoblando así su carácter incisivo. Los músicos de la OSCyL respondieron con una precisión y un empaste total. A lo que se unió la magnífica labor de los solistas. La programación de esta sinfonía resultó muy oportuna, ya que el primero de los conciertos coincidió con los actos conmemorativos del 80º Aniversario del desembarco de Normandía, que a la postre supondría la derrota decisiva del nacismo.

Emmanuel Pahud estrena el «Segundo concierto para flauta» de Albert Guinovart con la Sinfónica de Castilla y León

   Antes, el Concierto nº2 para flauta de Albert Guinovart había conseguido alcanzar el éxito en su primera audición. El experimentado autor buscaba un lenguaje comprensible, en el que primara la melodía y el poner la obra al servicio de una estrella como el flautista Emmanuel Pahud, y la apuesta le salió redonda. En la previa a este concierto concedida a este medio por Guinovart, éste afirmó lo siguiente: «He buscado ir a favor de las grandes cualidades de Pahud, que tiene muchas, y además del evidente virtuosismo, incido en su expresividad y el sonido de los cantábiles, con frases muy melódicas, sobre todo en los graves, con muchos temas». Y esas premisas se cumplieron a rajatabla. Tras una cadencia inicial, original, que podría sugerir otra dirección de la que tomó el resto de la obra, Guinovart estructura con agilidad la relación entre la orquesta y el solista, al tiempo que le da a éste un marcado protagonismo, con un lenguaje próximo al cinematográfico, con algunos pasajes que incluso firmaría el universo Disney. Pahud fue el intérprete ideal, y no solamente por su capacidad para lucirse en el virtuosismo o en las citadas y profusas melodías, sino por ese rasgo de gran flautista que al tiempo que se atiene a la obra crea un espacio de libertad sonora. Guinovart consiguió dar en la diana al conseguir que su obra fuera tanto del gusto de los intérpretes-Pahud bien puede tomarla como una referencia en su repertorio-como del público. A modo de propina se sumaron a Emmanuel Pahud, los flautistas de la OSCyL Ignacio de Nicolás, José Lanuza y el propio Thierry Fischer para interpretar un arreglo para cuatro flautas en torno a La flauta mágica de Mozart.

Foto: OSCyL

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