Elías Arranz pone en sonido el Viaje de invierno de Schubert en la Semana Internacional de la Música de Medina del Campo, acompañado por Rubén Fernández Aguirre
Un Winterreise para recordar
Por Agustín Achúcarro
Medina del Campo, 12-XI-2022. Semana Internacional de la Música de Medina del Campo. Auditorio Municipal Emiliano Allende. Elías Arranz, barítono, Rubén Fernández Aguirre, piano. Obra: Viaje de invierno de Schubert.
El ciclo Viaje de invierno de Schubert sobre poemas de Wilhelm Müller es una de esas joyas de la música que deja al espectador conmocionado ante el arte cuando se dan las circunstancias precisas. La Semana Internacional de Medina del Campo apostó por el barítono Elías Arranz y el pianista Rubén Fernández Aguirre y, si bien, podía pensarse a priori que sería un buen concierto las expectativas se quedaron cortas ante lo logrado. Fue una de esas actuaciones especiales, que quedan grabadas en la mente del espectador, y que alcanzan algo inexplicable. Baste decir, como prueba de lo comentado, que las toses se fueron suprimiendo a partir del cuarto lied y hubo momentos en que podía cortarse el silencio. El propio Schubert, según reflejó Spaun, se mostró durante el periodo de composición de Viaje de invierno especialmente taciturno y afectado. Cuando le preguntaron cuáles eran las razones de su estado de ánimo respondió: «Bueno, pronto lo escucharéis y comprenderéis».
Voz y piano fueron paulatinamente subiendo el nivel artístico, creando el clima apropiado, hasta llegar a ese último lied, El zanfonista, desnudo y desolador, que dejó al oyente anonadado. Desde el inicio Elías Arranz demostró poseer una voz plena en toda la tesitura, pero esto no bastaría por sí mismo para justificar su interpretación del Winterreise. El barítono contaba con otra carta imprescindible: el ser un cantante, en toda la acepción de la palabra. Y teniendo en cuenta que al parecer era la primera vez que lo interpretaba, se hace complicado pensar hasta dónde puede llegar. A su lado, no se puede hablar en este caso de acompañante, y menos ante una partitura que trata al piano y a la voz en un plano de igualdad, estaba Rubén Fernández Aguirre. Un pianista que sabe dar a cada nota una expresión, que se vuelca, que hace del piano un vehículo de una personalidad arrolladora al tiempo que potencia al otro intérprete, a la voz. Un recorrido sin pausa, escalofriante en los 24 lieder, para nada interpretado de forma lacrimógena, algo de lo que Schubert huyó para crear una obra maestra en la que todo parece estar escrito, pero hay que desentrañarlo. En su música está la naturaleza, el invierno, su belleza y su dureza, siempre unidos, y el caminante que se enfrenta a ese mundo y al suyo propio, convirtiéndose en metáfora de la vida y de la muerte.
A esto hay que sumar las imágenes que se proyectaron durante la interpretación del ciclo. Baste decir que fue un empeño de Emiliano Allende, el director de la Semana, y que en las pinturas y los paisajes dejó retratado el porqué es un hombre de música y de cine. Cuánto cariño y cuánta precisión en lo elegido.
Y al final, como ya se ha reflejado, en el último lied unas simples estrofas desnudas, que llevan a un punto anímico que paraliza. Y todo esto se dio y se vivió en este concierto, por eso no se hará en este escrito alusión a nada en concreto. Simple y llanamente porque cuando se consigue lo que lograron estos intérpretes es mejor seguir caminado para encontrar en algún lugar otro Winterreise que te trasporte como éste, aunque sus intérpretes sean otros y su forma de verlo sea diferente.
Hay una intrahistoria con respecto a esta actuación de La Semana medinense, que recordó el pianista antes de comenzar el concierto. Un joven talentoso subió al escenario de la Semana junto a la magnífica soprano Elena de la Merced. De aquel concierto salió una fructífera relación entre el pianista y la Semana. Cada año Allende le reclamaba la interpretación de Viaje de invierno. Ha habido que esperar veinte años para que llegara ese momento, del que los intérpretes hicieron un homenaje más que merecido a Emiliano Allende.
Foto: Festival Medina del Campo
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