Por David Santana / @DSantanaHL
La violinista noruega Eldbjørg Hemsing llega a Valencia después de haber demostrado en diferentes lugares de Europa su maestría con el violín. Su sonido cristalino y puro se ha convertido en un embajador excepcional para la música nórdica, de la cual le interesa rescatar a autores como Hjalmar Borgstrøm, cuyo concierto para violín grabó en marzo de 2018 junto con la Orquesta Sinfónica de Viena bajo el sello sueco de BIS Records. Su interés por el redescubrimiento de obras olvidadas, así como por estrenar piezas de nuevos compositores le convierten en una artista sumamente interesante a la que vale la pena descubrir.
La primera pregunta es casi obligatoria, ¿cómo se convierte en una solista de relevancia internacional?
Es una larga historia, pero en resumidas cuentas, empecé a estudiar violín siendo muy joven, con unos cinco años y medio, y tuve ya mi primer concierto un poco más importante tan solo con seis, cuando toqué para la familia real de Noruega. Desde entonces fui logrando más conciertos cada vez más importantes. Una cosa llevó a la otra y aquí estoy, dedicándome a ser solista. Es todo un privilegio, en mi opinión.
¿Fue siempre su meta el llegar a ser solista?
Desde siempre me ha gustado ser libre. Me refiero a poder expresar lo que yo siento sin estar sujeta a ninguna organización o institución. En mi opinión tocar en conjunto y como solista son dos cosas muy diferentes, tanto a la hora de hacer música como en el modo de vida que lleva cada camino. Ser solista ha sido mi sueño, desde que tengo memoria.
Pero imagino que debe ser difícil estar en lo más alto.
No menos que en cualquier trabajo. Si quieres llegar a lo más alto tienes que ser consciente de que vas a tener que hacer muchos sacrificios y trabajar duro, nada se consigue de la noche a la mañana. De todas formas, no creo que sea mucho más difícil que tocar, por ejemplo, en orquesta. Es una manera diferente de hacer música y cada una tiene su dificultad. El objetivo que te marques depende más bien de tu personalidad y de lo que desees hacer.
En cuanto a su repertorio, ¿hay un interés por mostrarnos que Noruega es algo más que Edvard Grieg?
Sí, absolutamente, es uno de mis objetivos. En Noruega tenemos muchos compositores y mucha música de gran calidad que me gustaría mostrar al mundo en la medida de lo posible. Se podría decir que es algo que me tomo como una misión, rescatar obras o incluso compositores que la gente, por un motivo u otro ha olvidado a pesar de ser música de gran belleza y calidad.
Como, por ejemplo, el concierto para violín de HjalmarBorgstrøm que grabó con la Orquesta Sinfónica de Viena.
Exacto. Esa partitura llegó a mí por pura casualidad. Me la dio un amigo, yo me la llevé a casa y no le hice mucho caso hasta que un día, buscando nuevo repertorio lo cogí y empecé a tocarlo. Entonces me di cuenta de que era una música fabulosa y que solamente se había interpretado en dos ocasiones y sólo aquí en Noruega.
¿Y por qué cree que ocurrió esto?
El concierto para violín fue estrenado en 1914, y en esa época el gusto del público noruego se inclinaba más hacia las nuevas tendencias impresionistas que hacia el estilo romántico de Borgstrøm que se había quedado algo desfasado. Además, Borgstrøm estudió en Leipzig, incorporando la sonoridad alemana a sus composiciones y lo alemán no era muy bien recibido en Noruega, especialmente después de las dos guerras mundiales. Si esto lo unes al deseo de los noruegos de establecer una identidad nacional... En fin, fueron una serie de cuestiones más sociales que musicales las que relegaron esta música al olvido.
Entonces, ¿es un buen concierto?
¡Por supuesto! Es un estilo post-romántico muy trabajado y, sobre todo muy puro, con un sonido muy muy nórdico. Es una pieza fascinante.
¿Y cómo es para usted el sonido nórdico?
Es una música muy lírica y pura, sin excesivas complicaciones técnicas. Cuando escuchas música nórdica puedes sentir la conexión entre ésta y la naturaleza. Ya sabes que en Noruega todo son fiordos, montañas y un ambiente muy puro en general.
Por otra parte, también tenemos una tradición folklórica muy importante cuya influencia se ve en la obra de los compositores noruegos.
¿Y a la hora de tocar, tiene también alguna influencia nórdica? ¿Existe una escuela noruega de violín?
Bueno, en Noruega tenemos un instrumento que se llama hardingfele. Es un violín tradicional noruego de ocho o nueve cuerdas que ha tenido una gran influencia ya no solo en el folklore, sino también en la música clásica noruega.
Por ejemplo, una de las obras más famosas de Edvard Grieg, La mañana de la Suite de Peer Gynt comienza con una melodía que es exactamente la misma que se usa en el hardingfele para afinar el instrumento.
Otra parte importante de su trabajo lo ocupa el repertorio contemporáneo.
Sí, de hecho me gusta trabajar con compositores vivos porque puedes hablar con ellos de lo que quieren expresar y eso es algo muy interesante. Eso te da también mayor flexibilidad, puedes trabajar con el compositor, cambiar cosas para conseguir expresar aquello que se desea. Mi experiencia con Tan Dun en ese aspecto ha sido muy buena, grabé con él dos concierto para violín Rhapsody & Fantasia y Fire Ritual y en ningún caso presentaba las obras como un producto final, sino como algo orgánico que se podía cambiar.
¿Y qué hay del repertorio habitual? Por ejemplo, cuando aborda un Mendelssohn o un Chaikovski, ¿qué puede aportar nuevo?
Es una buena pregunta. Creo que el aspecto clave está en subirse al escenario y tocar, sea lo que sea, como nunca lo hayan escuchado. Porque, de algún modo cada uno es diferente y eso tiene que reflejarse en la música, tiene que comunicar algo.
Hemos hablado mucho de los compositores noruegos, sin embargo, a Valencia nos trae a un polaco, Karol Szymanowski.
Es un compositor fantástico. Conecté enseguida con él porque hace un uso excelente del folklore, es una sonoridad como de cuento de hadas, aunque es un gran concierto, con una orquesta enorme y pasajes realmente complicados. Su color es sumamente interesante. De hecho toqué el año pasado su Concierto para violín nº 2 con el mismo director, Rune Bergmann y, la verdad, tenía ya ganas de tocar también este primero.
Así mismo, me hace mucha ilusión tocar en España, estoy muy contenta y estoy deseando aprender mucho de vuestra cultura tan rica y de vuestra música.
Foto: Nikolaj Lund
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