Un 16 de enero de 1928 nacía la soprano zaragozana Pilar Lorengar, fallecida en Berlín un 2 de junio de 1996. Aunque su nombre completo original era Lorenza Pilar García Sola, adoptó tempranamente el nombre artístico de Pilar Lorengar, ya en sus primeras actuaciones en salones y cafés de la capital aragonesa. Debutaba en 1949 con el coro del Teatro de la Zarzuela y se presentó en Barcelona en 1952 con una Novena sinfonía de Beethoven y un Réquiem alemán de Brahms. Su debut como solista se produjo sin embargo tres años después en Aix-en-Provence, como Cherubino, saltando desde allí al Covent Garden para ser Violetta en La traviata. Tan sólo un año más tarde se presentaba también en el Festival de Glyndebourne. En 1958 dio el salto al otro lado del oceano, debutando con La flauta mágica en el Colón de Buenos Aires. Ese mismo año tuvo una especial significación para Lorengar, que fue contratada desde entonces como cantante estable de la Detusche Oper de Berlín, donde desarrolló su vasto repertorio. La Deutsche Oper la distinguió en 1963 con el título de Kammersängerin. En 1961 llegaría su debut en Salzburgo, con Idomeneo, y en 1966 se le abrían por fin las puertas del Metropolitan de Nueva York, como Donna Elvira en Don Giovanni. Su nómina de actuaciones en el teatro neoyorquino supera con creces el centenar. Destacable es asimismo su estrecha vinculación con la zarzuela, genero que grabó una y otra vez de la mano de la Ataulfo Argent. Su extenso repertorio iba desde Mozart (Cherubino, Pamina, Ilia, Donna Elvira, Fiordiligi, etc.) a Wagner (Elsa en Lohengrin, Elisabeth en Tannhäuser) pasando por Verdi (Traviata, Elisabetta de Don Carlo), Weber (Agathe), Puccini (Mimi) o Meyerbeer (Valentine). Trabajó con las más grandes batutas de su tiempo, como Sir Georg Solti, Lorin Maazel, Karl Böhm, Richard Bonynge, Ferenc Fricsay o Colin Davis. La crítica reconoció a Pilar Lorengar de forma unánime por la inconfundible personalidad de su voz, con ese color tan propio, con ese vibrato singular y con ese acento a un tiempo elegante y sencillo. Fue galardonada en 1991 con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, junto a Victoria de los Ángeles, Teresa Berganza, Montserrat Caballé, José Carreras, Alfredo Kraus y Plácido Domingo. También fue honrada en 1994 con la Orden al Mérito del Estado de Berlín.
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