Efeméride: Un 21 de enero de 1958 fallecía el director de orquesta Ataúlfo Argenta

"Un hombre delgado y alto en el podio. Pelo oscuro, tez morena. Español tanto en apariencia externa como de temperamento musical. Fue una verdadera interpretación de temperamento español, no alborotada en absoluto, pero punzante por precisión rítmica, rigurosa en los tiempos, acentuada en la estructura instrumental. Los miembros de la Filarmónica lo siguieron con atención maravillosamente, y el público quedó entusiasmado". Así describía la prensa alemán el trabajo del gran director Ataúlfo Argenta, quien falleció en Madrid un 21 de enero de 1958. Encontramos la cita en la biografía del director de orquesta "Ataúlfo Argenta. Claves de un mito de la dirección de orquesta", de Juan González-Castelao. En la publicación, el pianista Alexis Weissenberg valora su trayectoria: "Ha sido uno de los más importantes directores y músicos de orquesta y los que hemos tenido la suerte de tocar con él, tenemos una sola tristeza, y es no haberlo hecho más seguido y más veces, incluso grabar discos con él. Lo que logró Argenta en los pocos años que ha vivido, ah sido tal vez más importante que muchas cosas logradas por hombres de mucho talento que han vivido mucho más tiempo".

Con todo, seguramente quien con más justicia le ha descrito es quien con más cariño reivindió en vida su figura, su hijo Fernando Argenta, que en 2013 dejaba escrito en el Anuario Codalario 2013 las siguientes palabras:

"Poco a poco y gracias a su empeño, trabajo y optimismo, logró dirigir varias orquestas, teniendo la suerte de poder sustituir al maestro Pérez Casas, por entonces director de la Orquesta Nacional de España, en diversas ocasiones, obteniendo tal éxito que, al retirarse por la edad el citado director, fue nombrado como director titular de la Orquesta. A partir de entonces su carrera fue meteórica dadas sus impresionantes facultades.

A su excelente preparación como músico, mi padre añadía sus especiales dotes innatas como director de orquesta [...] No obsstante, también tuvo que pasar momentos difíciles por una tuberculosis intestinal que le obligó a retirarse durante medio año, en 1956. Superó dicha enfermedad y ya su carrera internacional fue imparable. Dirigió con gran éxito más de 40 orquestas europeas [...] Sus proyectos más cercanos, antes de morir, eran la grabación de las cuatro sinfonías de Brahms con la Filarmónica de Viena, las nueve sinfonías de Beethoven con la de Israel, una gira por los Estados unidos, siendo el director de orquesta mejor pagado de todos los tiempos, y conciertos y conciertos aquí y allá. Así pues, cuando todo parecía sonreírle en la vida, tras tanto sufrimiento y esfuerzo, cuando le esperaba un futuro brillante y espléndido, un estúpido accidente en el coche acabó con todo ello, causándole la muerte a los cuarenta y cuatro años de edad".